Hay una época en que los más pequeños todavía no conocen muchos de los prejuicios de los mayores, o si los conocen, son capaces de pasar por encima de ellos con toda naturalidad.
Hay niños que juegan con muñecas o se ponen diademas, y hay niñas que prefieren hacer carreras de coches o batirse en duelo.
Los niños construyen su género de acuerdo con los modelos que tienen a su alrededor, y esos modelos, cuando son pequeños, somos principalmente, y casi en exclusividad, sus padres.
Hago lo mismo que tú
Los estereotipos de género han evolucionado notablemente en nuestra sociedad, aunque siga habiendo realidades inamovibles como los nombres de niña o de niño.
Los papás de hoy van a buscar a sus hijos a la escuela, cambian los pañales y dan de comer a los bebés, cocinan. Las mamás conducen, van al trabajo y se traen trabajo a casa, son taxistas o pilotan aviones, disfrutan con los aparatos tecnológicos.
Los niños imitan y reproducen sus vivencias y experiencias y mostrarán esta realidad
Los primeros juegos de "hacer como si", en que los niños imitan y reproducen sus vivencias y experiencias, van a mostrar, sin duda, esta realidad.
Niños y niñas imitarán su entorno simplemente porque es lo que conocen. Querrán hacer aquello que nos ven hacer.
Como papá o como mamá
Antes de los dos años, los pequeños se clasifican sin dudas como niño o niña, interiorizando y expresando aquello que les hemos enseñado. A partir de este momento, irán poniendo cada vez más la atención en aquellos roles propios de su género.
A partir de los dos años, ponen cada vez más la atención a los roles propios de su género
Así, los niños querrán hacer todo lo que ven hacer a papá, y lo mismo las niñas con su mamá. Por lo tanto, si ven a su padre cambiar al bebé o llevarlo de paseo, imitarán ese comportamiento con toda naturalidad.
Es lógico y sano que los niños imiten esta nueva realidad, y no debe preocuparnos. ¡Al contrario!
Los niños y niñas que gozan de modelos abiertos y flexibles pueden construir su género de manera también abierta y flexible, con un enriquecimiento de roles y aprendizajes que fortalecerá su autoestima.
Los niños y niñas que gozan de modelos abiertos y flexibles pueden construir su género de la misma manera
Niños y niñas necesitan ensayar las mismas habilidades y capacidades, simultaneando valores asociados a uno y otro género: expresar la ternura, la escucha, la paciencia, la empatía o la tolerancia, y también la fuerza, el ingenio, la iniciativa o el liderazgo.
Y eso es lo que hacen cuando juegan saltándose este tipo de estereotipos sociales.
Los juguetes se regalan, no se imponen
- Ni debemos forzar a nuestro hijo a jugar con cocinitas si no es ese su juego –aunque le queramos educar en la igualdad–, ni limitar el juego de muñecas a nuestra hija por la misma razón. Ofrezcámosles una colección de juguetes variada.
- No hay que ridiculizarlos nunca; ellos juegan de manera sincera y natural.
- Es conveniente que les ofrezcamos patrones y modelos de relación entre géneros positivos y variados, ricos en matices.
- Participemos en el juego de manera alegre, positiva y libre de prejuicios, riéndonos con ellos de las transgresiones.