La gastroenteritis es una inflamación del estómago y los intestinos muy habitual en bebés y niños pequeños. De hecho, es el tercer diagnóstico más frecuente en edad pediátrica, después del catarro común y la otitis.
Suele estar causada por un virus, aunque también puede deberse a una infección bacteriana o parasitaria, y puede provocar diarrea, vómitos, dolor abdominal, fiebre y deshidratación.
También se conoce como diarrea aguda o enteritis aguda y acostumbra a solucionarse sola al cabo de unos días.
¿Qué es la gastroenteritis?
La gastroenteritis se produce por la inflamación aguda de la mucosa del estómago (gastro) y/o de la mucosa del intestino (enteritis) que provoca un aumento de la producción de heces o de la eliminación de agua por el intestino, acompañado en muchas ocasiones de vómitos, fiebre y dolor en el abdomen.
Todas las diarreas agudas se caracterizan por menor absorción del agua y de los alimentos y por el aumento de la secreción de agua y electrolitos a través de la mucosa intestinal, produciendo una excesiva pérdida de ambos.
Causas de la gastroenteritis en bebés
La causa más frecuente es una infección del intestino por virus, bacterias o parásitos (80% de los casos).
Los virus más frecuentes que causan diarreas graves son el Rotavirus y los Adenovirus; las bacterias más comunes son la Salmonella spp. y el Campylobacter; y el parásito más frecuente es la Giardia Lamblia.
También puede ser debida a causas no infecciosas tales como:
- Intolerancias alimentarias (a las proteínas de la leche de vaca o a la lactosa o al gluten).
- Por una anomalía congénita del intestino.
- Por una causa metabólica (enfermedad que se produce por un fallo en el proceso de aprovechamiento de los nutrientes).
- Por un tóxico o una mala preparación de los biberones u otros alimentos.
- Por una infección parenteral (situada fuera del intestino, como es el caso de una otitis).
Síntomas de la gastroenteritis en los bebés
El síntoma principal es la diarrea (aumento en la frecuencia de las deposiciones y/o disminución de su consistencia).
- Se acompaña en muchas ocasiones de vómitos, de fiebre y de dolor abdominal.
- Es necesario saber que en los niños menores de 2 años el número habitual de deposiciones diarias puede ser alto (hasta 4 diarias) y la consistencia disminuida (pastosa). En este caso, hablaremos de diarrea cuando cambie el hábito intestinal del niño y aumente el número diario de deposiciones o disminuya aún más la consistencia.
- Cuando haya afectación del colon (colitis), la diarrea puede contener sangre roja lo que indica un grado de inflamación intestinal importante.
Cómo aparece la gastroenteritis
- En el niño mayor, la diarrea acostumbra a aparecer de forma brusca, con fiebre alta y sin vómitos acompañantes.
- En el lactante (niños menores de 12 meses) las deposiciones se hacen progresivamente más líquidas y frecuentes en un periodo de pocas horas a días, a menudo acompañadas de vómitos y dolor abdominal.
- La falta de apetito es un elemento común a todas las edades. Ello por un lado dificulta el correcto tratamiento y por otro lado inquieta a los padres.
La gastroenteritis se trata y se cura fácilmente en la gran mayoría de los casos. El proceso dura entre 2 y 7 días. Es un cuadro leve y benigno en la mayoría de los casos y perfectamente abordable por las familias en sus casas. Solo un tanto por ciento muy pequeño de enfermos requiere hospitalización.
Prevención de la gastroenteritis en los bebés
Los padres deben asegurarse de que la hidratación del niño se mantenga. Esto se consigue habitualmente ofreciendo de manera constante pequeñas cantidades (con cuchara o jeringuilla) de soluciones de rehidratación oral, que contienen glucosa, sales minerales y agua en proporciones adecuadas.
Hemos de evitar que el niño tome de golpe grandes cantidades de líquido o alimentos que pueden acabar provocando vómitos.
Cuándo acudir al médico por una gastroenteritis
- Cuando vomite incluso las pequeñas cantidades de líquido que le ofrecemos o, si no lo hace, cuando las deposiciones superen en cantidad y frecuencia a los líquidos que ingiere.
- Cuando tenga vómitos continuos de más de 12 horas.
- Si tiene diarreas de más de 5 días de duración.
- En caso de que el niño esté muy irritable o muy aletargado.
- Cuando haya sangre en las heces o en los vómitos.
- Ausencia de lágrimas al llorar.
- Ausencia de orina por 8 horas o más.
- Ojos de apariencia hundida.
- Punto blando (fontanela) hundido en la cabeza de un bebé.
El diagnóstico de la gastroenteritis es clínico (por la presencia de vómitos y diarreas). Cuando sospechamos una gastroenteritis de origen infeccioso se pueden hacer cultivos de heces para bacterias o parásitos o bien determinar antígenos específicos de algunos virus.
Tratamiento de la gastroenteritis en bebés
El objetivo del tratamiento es mantener tanto la hidratación como la alimentación precoz, ya que las diarreas pueden prolongarse debido a la dieta astringente. La leche materna cumple con los dos objetivos.
- La base del tratamiento son las soluciones de rehidratación oral (SRO) que evitan la deshidratación y acortan la duración de los vómitos y de las diarreas. Las SRO contienen agua, iones (sodio, potasio, cloro) y una fuente de glucosa en unas proporciones adecuadas para que sean eficaces. Se basan en el hecho de que los mecanismos de absorción de agua, azúcar y sales minerales se conservan intactos en el intestino aunque esté muy inflamado.
- La lactancia materna (si la está tomando) debe mantenerse durante todo el episodio de diarrea.
- La dieta normal debe recuperarse lo antes posible. Inicialmente ha de ser suave y apetecible para el niño, con alimentos como la patata, la pasta, los cereales, el pan y el aceite de oliva. La leche puede ser la que habitualmente tome el niño.
- Las dietas astringentesa base de plátano, manzana, zanahoria y arroz (muy utilizadas hasta hace unos años) ayudaban inicialmente a reducir el volumen de las heces, pero no acortaban el periodo de diarrea. Además son demasiado bajas en calorías y no son apetecibles para el niño enfermo, por lo que han dejado de ser utilizadas.
- Hemos de tener en cuenta que el niño con gastroenteritis aguda suele tener muy poco apetito mientras dura la enfermedad. Por ello, los padres deben respetar que coma poco y asegurarse que se hidrate bien.
- La mayoría de procesos de gastroenteritis son víricos y por ello no se administran antibióticos. Además, en muchas de las de origen bacteriano tampoco están indicados.
- Algunos probióticos acortan la duración de la diarrea en aproximadamente un día y la frecuencia de deposiciones en 1,6 veces. Los suplementos de zinc (Zn) disminuyen significativamente tanto la duración de la diarrea como aumentan la consistencia de las heces.
Cómo evoluciona la gastroenteritis
La gran mayoría de las gastroenteritis evolucionan favorablemente hacia la curación completa.
- La complicación más temida es la deshidratación, pero afortunadamente en la actualidad es muy poco frecuente.
- Otra complicación es la posibilidad de un síndrome post gastroenteritis (más de 15 días de duración de la diarrea). En este caso el pediatra debe estudiar a fondo la posible causa productora.
- Si la diarrea dura más de una semana se debe investigar si hay una intolerancia a la lactosa (azúcar presente en la leche) y en caso afirmativo debe darse una leche sin lactosa durante 10 a 15 días.
Vacunación contra el rotavirus
Existe actualmente la vacuna del Rotavirus que se administra junto a las otras vacunas del calendario habitual.
Su empleo está indicado en los lactantes menores de 8 meses para prevenir la diarrea por dicho virus que, a esta edad, puede ser causa de un proceso grave con deshidratación.
El Rotavirus afecta también a niños por encima del año de vida, pero su afectación es de menor gravedad y por lo tanto, la vacuna ya no está indicada.
Qué debemos evitar en caso de gastroenteritis
- No se debe utilizar soluciones caseras (limonada alcalina), ni refrescos comerciales para reponer las pérdidas producidas por las gastroenteritis.
- No administre a su hijo medicamentos para la diarrea o los vómitos sin consultar con su pediatra.