Muchas madres primerizas deben soportar la carga de estar continuamente recibiendo consejos, observaciones y comentarios sobre su forma de criar al bebé. ¿Por qué permiten esto? ¿Qué estamos haciendo mal como sociedad para tener esta actitud tan directiva?
Vivimos en la cultura del dar consejos, y cuando se trata de crianza, más todavía. Dedicamos poco tiempo a escuchar y, además, nos creemos que lo sabemos todo.
Antes de que te satures por culpa de las opiniones ajenas, puedes: escuchar y luego hacer lo que creas, ironizar con el consejo o decirles que lo agradeces, pero que tú piensas o lo haces diferente, sin dar larguísimas explicaciones a no ser que la persona las pida.
La clave es ir probando para descubrir con qué técnica te sientes tú mejor.