Qué es la discalculia, la dislexia de los números

La discalculia es un trastorno del aprendizaje de causa neurobiológica caracterizado por una falta de habilidad para el procesamiento numérico y el cálculo. Este trastorno puede afectar de manera significativa al rendimiento académico y a las actividades de la vida cotidiana que requieren la utilización del cálculo.

Actualizado a
Qué es la discalculia: la dislexia de los números
iStock by Getty Images
Nuria Blasco

Periodista

Hay niños que presentan un aprendizaje adecuado a su edad en todas las áreas de aprendizaje, salvo en las matemáticas.

Un motivo puede ser que el niño padezca discalculia, una alteración que se podría denominar ‘dislexia para los números’, que según algunos estudios puede afectar a 1 de cada 25 niños.

Qué es la discalculia

La discalculia es un trastorno específico del neurodesarrollo que afecta al aprendizaje de las capacidades aritméticas y dificulta el entendimiento de las matemáticas.

Se calcula que hay unos 3 millones de personas con discalculia en nuestro país y su prevalencia entre la población escolar oscila entre el 3% y el 6%, con una distribución similar entre niños y niñas.

Todos al nacer tenemos un conjunto de habilidades y también de “no-habilidades” que son las que explican por qué hay cosas que no se nos dan bien y otras sí. Tener o no una determinada habilidad hace que aprendamos bien y con un esfuerzo normal a, por ejemplo, tocar un instrumento, conducir un vehículo, dibujar, jugar al ajedrez…. Lo mismo sucede con los aprendizajes escolares y la falta de habilidad para ellos, como son la dislexia para la lectura y la discalculia para el cálculo”, explica la Dra. Anna Sans Fitó, neuróloga pediátrica, especialista en trastornos del neurodesarrollo y aprendizaje infantil del Instituto SOM VIA de Neurodesarrollo y Aprendizaje de Barcelona.

“En ambos trastornos los niños que los padecen, a pesar de tener una inteligencia normal y haber ido a clase como los demás, siempre tienen más dificultad y deben realizar mucho más esfuerzo que sus compañeros. Y a pesar de ello nunca están al mismo nivel que los demás”.

Puede coexistir con otros trastornos

El cálculo y, en general, la asignatura de matemáticas es compleja y en su aprendizaje intervienen diversas y distintas funciones cerebrales, a diferencia de la dislexia y otros trastornos del aprendizaje en que las áreas cerebrales que están implicadas están más circunscritas.

Por ello las dificultades que tienen los niños, por ejemplo en la dislexia, son mucho más homogéneas. Por este motivo, en la discalculia las manifestaciones clínicas son distintas y variadas entre los niños que la padecen.

“En cuanto a los grados o gravedad de la discalculia, puede ser más o menos severa. Pero en los trastornos del aprendizaje, y por tanto en la discalculia, la gravedad viene también determinada por la coexistencia de otros trastornos. Es lo que se denomina comorbilidad y muy a menudo la discalculia coexiste con otros trastornos como la dislexia, los problemas de la atención y el TDAH”, afirma la neuróloga pediátrica.

Cuándo se detecta

Cuando se padece este trastorno, se puede empezar a observar alguna dificultad ya en educación infantil, pero es en educación primaria cuando los principales problemas son más evidentes y alertan a los maestros y a los padres.

“Las manifestaciones de la discalculia son muy precoces: Educación Infantil o primer ciclo de Primaria. Con la progresiva complejidad de las matemáticas a medida que avanzan los cursos, las dificultades que tienen estos niños van siendo progresivamente mayores”, asegura la Dra. Sans.

Síntomas de discalculia

En el niño pequeño puede observarse dificultad en:

  • Conceptos numéricos básicos como diferenciar muchos/pocos, más/menos…
  • Aprender a contar objetos.
  • Desarrollar la línea numérica mental.

Posteriormente se observarán dificultades en todos los aprendizajes matemáticos:

  • Cálculo mental.
  • Procedimiento de las operaciones.
  • Razonamiento de los problemas.

Los malos resultados escolares en la asignatura de matemáticas en comparación con el resto es también una constante. Reacciones como la ansiedad ante los exámenes de matemáticas o al salir a la pizarra suceden a menudo.

Cuáles son sus posibles causas

Como explica la experta en neurología pediátrica, el cerebro de la persona con discalculia, igual que el cerebro de la persona con dislexia, tienen un funcionamiento distinto al de las personas que no la padecen cuando realizan estas actividades bien sea leer o realizar cálculos.

“No se conocen las causas exactas, pero existe una base genética, a menudo con un componente hereditario. Es frecuente que el padre o la madre se sientan identificados en las dificultades de su hijo”.

La afectación en la vida diaria

Esta alteración conlleva consecuencias a nivel académico y psicológico en los niños, pero el problema se extiende también a acciones cotidianas. Y es que las matemáticas están muy presentes en nuestra vida: los números de las calles, de los transportes públicos, el reloj, manejo de cantidades diversas y del dinero, controlar las dosis de las medicinas…

De ahí que las personas con discalculia puedan tener problemas en distintas situaciones de la vida cotidiana, además de en la etapa escolar.

Cómo puede tratarse la discalculia

El tratamiento de cualquier trastorno del aprendizaje tienes tres pilares:

  1. Tratar la dificultad de base.
  2. Ofrecer al niño herramientas compensatorias de sus dificultades.
  3. Y adaptaciones escolares.

“Para tratar el déficit de base hay que trabajar con el niño con herramientas manipulativas para hacerles palpables los conceptos numéricos más básicos. Trabajar con objetos que se puedan contar, con un ábaco…”.

“Actualmente existen herramientas informáticas específicas para el aprendizaje numérico que son muy útiles en los niños pequeños siempre bajo la supervisión y guía de un especialista. Y herramientas compensatorias como la calculadora deben facilitarse de forma precoz”, explica la Dra. Anna Sans.

La escuela es un pilar fundamental. Detectar precozmente a los niños con trastornos del aprendizaje es lo más importante para realizar un diagnóstico pero, sobre todo, para iniciar un programa de reeducación lo más precozmente posible.

“El cerebro del niño tiene mayor capacidad para realizar conexiones cerebrales cuanta menor es la edad. El trabajo específico de las dificultades en edades muy precoces es la mejor manera de favorecer estas conexiones cerebrales, añade.

Cómo enseñar matemáticas a un niño con discalculia

Como describe la neuróloga infantil, las adaptaciones en las exigencias en cada curso escolar, la sensibilidad y la comprensión son fundamentales en la escuela. No se puede perder de vista que los niños con trastornos del aprendizaje hacen más esfuerzo, dedican más tiempo y sus resultados siempre son más bajos.

“La enseñanza debe ser más explícita y repetitiva. Aquello que los otros niños aprenden de forma natural, casi sin instrucción, debe enseñarse explícitamente y siempre de forma manipulativa y palpable”.

“No se le puede hacer avanzar si la base del aprendizaje previo no se ha consolidado. No sirve de nada que aprenda de forma mecánica una suma si no comprende ni sabe aplicar el concepto de la suma a la vida real”.

Como en otros trastornos del aprendizaje, en caso de discalculia es fundamental la coordinación entre la escuela, la familia y los especialistas para individualizar el aprendizaje.