Los horarios son una imposición de los adultos. Pretendemos que existan horarios para cosas naturales y fisiológicas como son comer o dormir, cuando deben ser los niños los que establezcan su propio horario de comidas, tanto si son lactantes como si no.
En el momento en que empiecen a integrarse en la sociedad, ya se irán adaptando a los horarios de los adultos.
Si por razones de organización familiar te resulta imprescindible que la niña coma a unas horas determinadas, puedes plantear esta acción con cariño y paciencia, mucha paciencia.