Adelgazar en la cena: el hábito que deberías cumplir y que no tiene que ver con la comida

Los hábitos de vida que llevamos son tan importantes como los alimentos que comemos a la hora de perder peso. Por tanto, aunque la cantidad de calorías es importante, hay otros factores que no deberías pasar por alto.

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Eva Carnero

Periodista especializada en bienestar y nutrición

Actualizado a

mujer comiendo sentada en el sofá

Existen estudios que relacionan comer delante de una pantalla con el aumento de peso.

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Quien dice cena, dice comida, merienda o desayuno. Y es que el hábito que influye en el aumento de peso y que no está relacionado con los alimentos que ingerimos, podría protagonizar cualquier momento del día. 

Cada vez son más los estudios que corroboran la importancia de los factores externos y, aparentemente, ajenos a la nutrición, a la hora de diseñar un plan de adelgazamiento. Así, los expertos nos hablan de cómo influye en el peso la hora en la que comemos, si lo hacemos en compañía, si nos sentamos a la mesa malhumorados, o como dicen los últimos estudios, si comemos mirando una pantalla, ya sea el móvil, la tablet, el ordenador o la televisión.

Engorda, y no son calorías

La influencia de los factores mencionados puede concretarse de diversas maneras. Es decir, puede que en función de las prisas o de si comemos en solitario o en compañía, elijamos un tipo de comida más calórica o quizá comamos más rápido, o tal vez preparemos cantidades más pequeñas. A partir de esas conductas, los efectos serán unos u otros. Así, si priorizamos los alimentos ultraprocesados, estaremos alterando la dieta con opciones muy poco saludables, mientras que si el problema son las prisas, puede que estemos comiendo sano, pero los nervios harán que la digestión se complique.

Por tanto, no deberíamos infravalorar el poder de los factores no nutricionales para modular el estado de la salud digestiva, y en concreto, para controlar nuestro peso corporal

ALIMENTOS ULTRAPROCESADOS

Los ulraprocesados son ricos en grasas, azúcares y aditivos.

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En este sentido, uno de los hábitos que se ha comprobado que influye en la pérdida de peso es comer delante de las pantallas. Así, el estudio Screen time use and ultra-processed food consumption in adolescentes: a focus group qualitative study, liderado por Mònica Rodríguez-Barniol, investigadora del FoodLab de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y médica, concluye que hay una serie de factores determinantes que influyen en el consumo de alimentos ultraprocesados delante de las pantallas —ya sea del móvil o de otro dispositivo—: la soledad y los encuentros con los amigos son momentos en los que se aumenta su consumo.

También influyen su alta disponibilidad y el sabor agradable, además de los precios bajos que suelen tener estos productos. Otro factor que condiciona es la actitud de los padres respecto a este tipo de alimentos.

a cualquier edad

Aunque el objetivo del estudio ha sido explorar y analizar las motivaciones y percepciones de los adolescentes sobre el consumo de ultraprocesados delante de las pantallas, es probable que sea posible extrapolar los resultados a la población de más edad. En cualquier caso, el trabajo realizado por la UOC demostró que cuando los adolescentes están solos delante de las pantallas se acentúa la necesidad de consumir productos ultraprocesados y que, una vez han empezado a comer, a menudo les es difícil parar y los consumen compulsivamente.

Los investigadores recogieron las opiniones de treinta adolescentes de entre doce y dieciséis años de un instituto de Vilanova i la Geltrú, que participaron en cuatro discusiones de grupo (focus groups).

Para su realización consideraron como ultraprocesados las preparaciones industriales comestibles elaboradas con ingredientes estabilizantes, potenciadores del gusto, colorantes, aromatizantes, emulsionantes, etc. Se trata de productos como refrescos, pizzas, zumos industriales, patatas fritas, bollería industrial, barritas, dulces y algunos precocinados, entre otros.

Comer con personas, no con pantallas

Partiendo de las conclusiones del estudio de la UOC, y de muchos otros que apuntan en la misma dirección, otra de las conclusiones que se podrían sacar es la que titula este artículo. Es decir, recuperar la costumbre de sentarse a comer en compañía de personas, y no de las pantallas de los móviles, solo puede traer efectos positivos sobre la salud física y mental.

Al retirar las pantallas, la elección de los alimentos será mucho más saludable. Además, según el estudio mencionado, las pantallas pueden estar privando de los efectos beneficiosos de la comida en compañía, o de la convivencia familiar, asociada a la dieta mediterránea, además de facilitar que no lleguen las señales de saciedad.

Más televisión, más ultraprocesados

En línea con la idea que relaciona el número de horas mirando una pantalla con la calidad de lo que comemos, otro estudio, esta vez publicado en la revista Pediatrics mostró que los adolescentes que prestaban más atención a la televisión pesaban más que los que usaban el móvil para enviar mensajes. Los investigadores explican estos datos con el argumento de que al tener las manos ocupadas escribiendo, no comen de más, mientras que los que ven la televisión, tienen las manos libres y sí pueden hacerlo. Además, no solo ingieren más comida, también es de peor calidad (ultraprocesados). 

Por tanto, aunque los expertos señalan a las computadoras, televisores, móviles, tabletas y videojuegos, en gran parte, como responsables del sedentarismo de la sociedad actual, solo la televisión es culpable del aumento de peso.