Alberto Martínez Oller, podólogo: “El calzado barefoot favorece una pisada más natural y puede ayudar a reducir la tensión en la espalda y los músculos”

El calzado minimalista o barefoot está de moda. Los podólogos admiten que es una buena opción porque aporta numerosos beneficios para fortalecer los músculos y tener una mejor postura. Sin embargo, no es para todo el mundo ni para usar en todas las superficies, tal como explica el doctor Martínez Oller.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Actualizado a

calzado barefoot
iStock

El calzado barefoot, también conocido como calzado minimalista, ha ganado popularidad en los últimos años. Más allá de una moda planea una sana forma de calzar.

Su diseño busca imitar la sensación de caminar descalzo, permitiendo una mayor libertad de movimiento. Para ello utiliza una suela delgada y flexible, que facilita la adaptación del pie al terreno. Además, su puntera más ancha permite que los dedos se extiendan de manera natural.

Su objetivo es “promover una marcha y una postura más natural, fortaleciendo los músculos de los pies y las piernas”, ha explicado el doctor Alberto Martínez Oller, de la Clínica Podológica de Barcelona.

Hay muchas marcas, cada una con diversos modelos, y este especialista no entra a valorarlas. “Lo importante es que la anatomía elegida en cada caso sea lo más parecida a nuestros pies”, dice. Sin embargo, su uso no está exento de controversia y requiere conocer bien las excepciones al usar este calzado.

Los cinco principales beneficios del barefoot

El barefoot no tiene limitaciones de edad. Incluso es especialmente recomendable para niños porque les ayudará a tener una pisada más natural. Te sentirás como luciendo pies descalzos.

Zapatillas barefoot

Así son unas zapatillas barefoot. La horma es ancha y la suela fina y flexible.

Victoria

El doctor Martínez Oller enumera cinco grandes beneficios que puede reportarnos empezar a usar este tipo de calzado:

  1. Mejora la postura: al favorecer una pisada más natural, “puede ayudar a reducir la tensión en la espalda y los músculos”, apunta.
  2. Fortalece los músculos: la libertad de movimiento permite desarrollar la musculatura del pie y la pierna. También el core, la zona muscular en torno al estómago.
  3. Conectas con el suelo: la suela fina mejora la percepción del terreno, optimizando la propiocepción, que es la capacidad que tiene el cuerpo de percibir en qué postura están nuestras extremidades sin necesidad de mirarlas.
  4. Reduce lesiones: al mejorar la biomecánica del pie, se minimiza el riesgo de esguinces y sobrecargas.
  5. Los dedos están mejor alineados: la puntera ancha evita deformaciones como juanetes o dedos en martillo.

¿Cuándo no es recomendable este calzado?

A pesar de sus beneficios, el calzado barefoot no es adecuado para todos. Personas con lesiones previas, pies planos o problemas en el arco pueden experimentar molestias.

Si tienes juanetes, por ejemplo, tampoco es conveniente llevarlos. “Cuando tenemos juanetes se produce un desequilibrio en el reparto de fuerzas que llegan al pie”, señala el doctor Martínez Oller. Presionamos más con la zona central justo bajo los dedos. Este calzado sin apenas suela facilita que se dañe la zona.

Tampoco es para todos los deportes. Su uso en superficies duras o en deportes de contacto puede aumentar el riesgo de lesiones. Es decir, puede ir bien para correr, si no es por cemento, o practicar senderismo, siempre que no sean terrenos muy escarbados. No se recomienda en fútbol o atletismo, que necesitas tacos en la suela, o tenis y pádel que piden suelas con más adherencia.

La lógica también ha de servirnos para analizar si nos conviene o no. En zona muy frías necesitamos un calzado más cálido y protector.

Los errores al empezar a usarlo

Pasarse a este calzado minimalista tampoco puede hacerse de un día para otro. “Es fundamental realizar una transición progresiva para que los pies se acostumbren a esta nueva forma de caminar y correr”, advierte el doctor Martínez Oller. Si no, puede aumentar el riesgo de lesiones.

Es un tipo de calzado diferente y al principio puedes encontrarlo extraño. Hay que acostumbrarse, como se acostumbran los niños a los nuevos sabores en la comida.

La recomendación es que consultes con un podólogo para asegurarte de que es adecuado para ti y que no tienes problemas de pisada o lesiones no diagnosticada que luego te pasen factura.

Hay determinadas patologías, como el pie diabético y la neuropatía, que pueden afectar a la sensibilidad que tenemos en la planta de los pies. Son situaciones específicas que desaconsejan también su uso.

En definitiva, no hay que desanimarse por esta lista final de objeciones. El calzado barefoot representa una alternativa interesante para quienes buscan una pisada más natural. Simplemente, asegúrate de que es para ti.