Las mascotas, especialmente perros y gatos, son parte de miles de familias en todo el mundo y son considerados una fuente inagotable de felicidad. Hay varios estudios científicos que así lo confirman.
Estos estudios han comprobado que interactuar con ellos libera oxitocina, la hormona del amor, lo que genera sensación de bienestar. Además, reduce el estrés y la sensación de ansiedad. Una investigación incluso comprobó que sus efectos psicológicos pueden ser comparables con una relación de pareja.
Interactuar con una mascota libera oxitocina, la hormona del amor
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A estos estudios se acaba de sumar un programa, llevado a cabo por la Universidad de Monash, en Australia, que ha comprobado los importantes efectos que consiguen las mascotas para evitar el aislamiento social. Unos resultados que superan las expectativas.
El poder de las mascotas y la soledad
El estudio ha estado dirigido por la doctora Em Bould, del Centro de Rehabilitación, Envejecimiento y Vida Independiente. Esta investigadora lleva años analizando cómo ayudar a las personas mayores a mejorar su bienestar. Uno de los mayores problemas es la sensación de soledad que perciben muchas veces.
El aislamiento social aumenta el riesgo de depresión y de pérdida de capacidad cognitiva. Por eso, la doctora Bould ha puesto en marcha un programa que utilizaba a los animales para combatir la soledad. Para ver si tenía una base científica hizo una primera prueba tanto con ancianos de una residencia como con estudiantes universitarios que venían de otros países.
Interactuar con las mascotas libera oxitocina, la hormona del amor, lo que genera sensación de bienestar
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La idea parte de la propia vivencia de la doctora: “Vine a Australia solo con mi perro. No conocía a nadie. Soy del Reino Unido. La gente se detiene y te habla cuando estás paseando con un perro”. Su perro le dio compañía y le abrió el círculo social. Probó si ocurría lo mismo con estas personas más aisladas.
La experiencia de dejar que los 41 voluntarios del estudio se ocuparan de un perro dejó beneficios en todos los aspectos. Tras hacer varios test psicológicos, se comprobó que se reducía la sensación de soledad en una escala del 5 al 4.
Además, también refirieron mejoras desde el punto de vista físico y emocional. Los resultados se han publicado en la revista científica Complementary Therapies in Clinical Practice.
Cómo mejora la sensación de bienestar
"Descubrimos que tanto los adultos mayores como los estudiantes internacionales experimentaron una disminución importante en los sentimientos de soledad y un aumento significativo en su salud. La presencia de mascotas ayudó a romper el hielo y facilitó las conversaciones entre los participantes", dijo la doctora Bould.
La compañía de una mascota disminuye los sentimientos de soledad y aumenta la salud
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En unas declaraciones recogidas por la propia Universidad de Monash, una anciana participante explicaba su experiencia: "Me sentía sola, así que el programa me ha animado. Siento que he hecho algunos amigos y me ha hecho sentir menos sola".
Un estudiante se refirió en parecidos términos: "Después de compartir un rato con el perro, siempre siento que mi estado de ánimo mejora, y me siento más relajado y simplemente más feliz que antes".
"El piloto del programa Pets and People (Mascotas y Personas) y los resultados de la evaluación han demostrado ser un ejemplo prometedor de un programa de bajo coste que puede mejorar la calidad de vida relacionada con la salud, el bienestar y los sentimientos de soledad", confirmaba la doctora Bould.
Una idea que parte de la televisión
Lo curioso del programa que han puesto en marcha es que la idea inicial proviene de la televisión. Hay un programa muy popular, que se emite en varios países, y que consiste en hacer que gente joven se instale en casa de alguna persona mayor.
La interacción es muy buena. Ganan las dos partes. Tanto que algunas administraciones lo incentivan con sus propios programas sociales. El joven consigue alojamiento y los mayores tienen compañía. La doctora Bould pensó hacer lo mismo con mascotas. Señala que su programa con mascotas era más inclusivo ya que podría aplicarse a personas con movilidad limitada o con demencia.
El programa ha sido más amplio y no se ha limitado a dejar que los participantes interactúen con perros. También se proporcionaron gatos e incluso mascotas robots diseñados para provocar interacción. Uno de los resultados más inesperados fue que también los robots fueron una ayuda.
La doctora Bould relataba el caso de una anciana, a la que le gustan mucho los gatos. “Le regalé un gato robótico y al instante le encantó. Empezó a hablarle”, contaba. Hablaba del gato como si fuera real. “Dijo que le hacía compañía y que ojalá lo hubiera tenido durante la covid”, añadió.