Las posturas de yoga que te activan por la mañana

Hacer yoga nada más levantarte puede ayudarte a desentumecer tus músculos y a empezar el día con más vitalidad. En el libro "La magia del yoga" encontrarás ejemplos de posturas para iniciarte en esta disciplina tan beneficiosa.

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Eva Mimbrero
Eva Mimbrero

Periodista especializada en salud

Que incorpores la práctica del yoga a tus rutinas diarias. Este es el objetivo de “La magia del yoga”, otro bestseller de la pareja japonesa formada por Mariko y Tomoya, cuyo canal de fitness en youtube es un éxito en su país.

Son autores, también, de “La magia del pilates”, que ha ayudado a un gran número de lectores a tonificar su cuerpo con sencillos (y breves) ejercicios.

El secreto: sesiones cortas pero varias al día

Para ayudarte a que el yoga forme parte de tu día a día, los autores dividen los ejercicios en tres sesiones diarias de pocos minutos (por la mañana, durante el día y por la noche).

Sin duda, uno de los momentos del día en el que más se notan los beneficios de su práctica es a primera hora de la mañana.

  • "El yoga matutino ayuda a elevar la temperatura corporal, a activar el metabolismo y a relajar el cuerpo", afirman los autores en su manual. Esto contribuye a sentirse más activos y a afrontar el día de forma positiva.

En "La magia del yoga", Mariko y Tomoya proponen realizar las siguientes posturas de yoga (o asanas) por la mañana.

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1 | 6 Primero, respira profundamente

Reservar dos o tres minutos a respirar profundamente como paso previo a las posturas de yoga te ayudará a concentrarte e incrementará la efectividad de los ejercicios.

  • Ponte una ropa que sea cómoda, siéntate sobre una esterilla y concéntrate en el sonido de tu respiración. Inspira y espira por la nariz como lo harías normalmente, siendo muy consciente de cómo el aire entra y sale de tus pulmones.
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2 | 6 Postura del gato y la vaca

Sobre la esterilla, colócate a cuatro patas. Las manos deben estar bajo los hombros y las rodillas, separadas a la altura de la cadera.

  • Coge aire y, al soltarlo, redondea el centro de la espalda (en una postura que recuerda a la de los gatos). Empuja el suelo con las manos, baja el coxis y también la cabeza (como si quisieras verte el ombligo).

Esta postura relaja los órganos internos y la espalda

  • Inhala de nuevo y, mientras lo haces, saca pecho, arquea la espalda (pero no demasiado) y levanta la mirada (el pecho y los ojos deben mirar al frente).
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3 | 6 Postura del gato estirado

En la postura inicial del ejercicio anterior, sin mover las caderas...

  • Extiende los brazos hacia delante y acerca el pecho y la barbilla al suelo. Eleva los glúteos hacia el techo y relaja tanto los hombros como el pecho. Respira profundamente entre tres y cinco veces.
  • Si no logras tocar el suelo con el pecho, puedes apoyar solo la frente.
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4 | 6 Postura del cerrojo

De rodillas, apoya el pie izquierdo sobre la colchoneta, con la pierna bien estirada.

  • Estira el brazo derecho hacia arriba, y apoya el izquierdo sobre la pierna del mismo lado. Mantén la pelvis recta y la columna estirada.

Al inclinarte, estiras el diafragma y los músculos respiratorios

  • Mientras espiras, inclínate ligeramente hacia la izquierda y mira hacia arriba. Mantente en esta posición y haz entre tres y cinco respiraciones profundas. Haz lo mismo con el otro lado y repite tantas veces como lo necesites.
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5 | 6 Postura del perro bocabajo

De nuevo a cuatro patas, con las piernas abiertas a la anchura de las caderas y las manos a la altura de los hombros, estira bien los dedos de las manos antes de apoyarlas sobre la colchoneta.

  • Lleva las caderas hacia arriba y extiende el tronco sin despegar las manos del suelo, intentando no doblar la espalda. Estira las rodillas y acerca los talones al suelo.
  • Si notas tensión en los hombros, abre bien los dedos y relaja el cuello. Mantén la posición y respira profundamente entre tres y cinco veces.
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6 | 6 Postura de la luna creciente

Colócate de rodillas y da una zancada hacia delante con la pierna derecha. La rodilla de la izquierda debe quedar detrás de la pelvis, y lo columna debe estar bien estirada.

  • Inhala, levanta los brazos y mira hacia el techo mientras llevas la pierna izquierda hacia atrás.

Gracias a ella aumentarás la flexibilidad de las articulaciones de la cadera

  • Procura que la rodilla derecha no sobrepase los dedos del pie (si esto ocurre, abre las piernas un poco más y mantén la posición durante tres o cinco respiraciones profundas). Luego, repite la postura con el otro lado.

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