Una cena de tapas no tiene por qué ser calórica si eliges bien los ingredientes y la forma de prepararlas.
Cuando pensamos en ir de tapas, solemos asociarlo con una comida rica en grasas y calórica, pero esto no tiene por qué ser así, especialmente si las preparas tú mismo y eliges bien los ingredientes.
Una cena de tapas ligeras es ideal para el verano porque estos pequeños bocados se suelen tomar fríos y, además de sabrosos, son fáciles de comer.
¿Cómo preparar tapas ligeras?
El secreto para elaborar una comida a base de tapas que no te pese y sea sana y equilibrada consiste en:
- No abusar de los fritos. Recurre mejor a técnicas como el horno, el vapor o la plancha para no añadir grasas.
- No olvidar las verduritas. Pueden ser también las protagonistas de cualquier tapa. Y lo mismo ocurre con el pescado.
- No tires mucho de pan. Puedes preparar un par de tapas sobre una tostada o en un minibocadillo, pero no más porque sería un exceso de hidratos de carbono.
- Mejor sin salsas. No hace falta condimentar los bocados que te sugerimos con salsas comerciales que lo único que hacen es disfrazar el sabor del alimento.
Las siguientes propuestas son un buen ejemplo de todo ello. Prepáralas y podrás disfrutar de una cena de picoteo saludable... ¡y riquísima!