Reducir un poco la ingesta de proteínas puede tener efectos beneficiosos en el peso y en la salud.
Hasta ahora sabíamos que la restricción calórica moderada alarga la vida. Es sólida la evidencia científica que demuestra que ingerir aproximadamente un 20% menos de calorías al día disminuye el riesgo de enfermedades como la hipertensión, la obesidad o la diabetes.
¿Pero de dónde hay que reducir la calorías? ¿Hay que comer menos hidratos de carbono? ¿Es mejor disminuir las proteínas? En este sentido hay menos investigaciones que hayan indagado sobre ello.
Un nuevo estudio de Centro de Investigación Biomédica de Pennington, publicado en la revista Nature Communications, ha descubierto que reducir concretamente la ingesta proteica diaria provoca una serie de cambios favorables en la salud, incluido un aumento en la esperanza de vida.
Cómo afecta la ingesta de proteínas
Como decíamos, hace tiempo que la ciencia ha demostrado que disminuir las calorías diarias prolonga la vida, y ha habido un interés creciente en la posibilidad de que la reducción de la ingesta de proteínas o aminoácidos contribuya a este efecto beneficioso.
- Varios estudios recientes sugieren que las dietas bajas en proteínas, pero no tan bajas como para producir desnutrición, pueden mejorar la salud. Recordemos que las proteínas son nutrientes funcionales (necesarios para realizar funciones vitales en el cuerpo), por lo que no pueden eliminarse de la dieta.
- Por el contrario, el consumo excesivo de proteínas se ha relacionado con una mayor mortalidad en ciertos grupos de edad.
La cantidad de proteína que se recomienda en una dieta hiperproteica oscila entre 1,3 y 2 g de proteína por kg de peso corporal al día, cuando lo saludable para la población general se sitúa entorno a 0,8 g de proteína por kg de peso corporal, siempre que sean proteínas de alto valor biológico.
En las dietas muy ricas en proteínas el consumo de hidratos de carbono es bajo. Al no encontrar azúcares, el hígado recurre a la grasas para generar cuerpo cetónicos que utilizan las células como fuente de energía. Adelgazas porque el metabolismo consume grasa, pero si se mantiene en el tiempo puede provocar una cetoacidosis (exceso de cuerpos cetónicos en sangre). La cetoacidosis reduce el pH de la sangre, lo que afecta al transporte de oxígeno.
la Hormona metabólica
Reducir un poco la ingesta de proteínas puede tener efectos beneficiosos en el peso y en la salud. Y la explicación reside en una hormona metabólica llamada FGF21.
Este equipo de investigadores ya demostró en estudios anteriores realizados en ratones que esta hormona es una señal clave que comunica el cuerpo con el cerebro durante la restricción de proteínas.
- Cuando el hígado detecta niveles bajos de proteínas, activa las células que producen FGF21 y se libera la hormona en el torrente sanguíneo.
- Luego, el FGF21 llega hasta las neuronas del cerebro. Cuando las neuronas detectan la hormona, presionan el botón de alarma para indicar que la ingesta de proteínas es demasiado baja.
- Entonces, el cerebro reacciona enviando un conjunto complejo de instrucciones que, entre otras cosas, frena el crecimiento del ratón, altera la ingesta de alimentos y aumenta el número de calorías quemadas.
Los investigadores comprobaron que, sin esta hormona, los ratones jóvenes no pudieron cambiar su comportamiento de alimentación o su metabolismo cuando se les dio una dieta baja en proteínas.
“Nuestros datos sugieren que el FGF21 le habla al cerebro y que, sin esta señal, el ratón no ‘sabe’ que está comiendo una dieta baja en proteínas. Como resultado, el ratón no puede cambiar su metabolismo o comportamiento de alimentación de manera adaptativa”, señala Christopher Morrison, profesor y director del Laboratorio de Neuroseñalización Centro de Investigación Biomédica de Pennington.
Reducción de proteínas y longevidad
En el estudio actual se ha demostrado que las dietas bajas en proteínas producen efectos metabólicos beneficiosos en ratones de edad avanzada, mejorando la salud metabólica, reduciendo la fragilidad y prolongando la vida.
Estos efectos beneficiosos también fueron evidentes cuando se redujo la ingesta de proteínas en ratones de mediana edad, ya que redujeron la obesidad.
Es importante destacar que estos efectos beneficiosos no se observaron en ratones que carecían de FGF21, lo que sugiere que su acción en el cerebro es fundamental para aumentar la salud y la esperanza de vida.
“Estos datos brindan evidencia clara de que FGF21 es la primera hormona conocida que coordina el comportamiento de alimentación y la salud metabólica para mejorar la esperanza de vida durante la restricción de proteínas”, señala el Dr. Cristal M. Hill, autor del estudio.
“Esta investigación pionera tiene implicaciones importantes para mejorar la salud y la esperanza de vida de las personas. Si los científicos investigan para comprender mejor cómo las dietas y las hormonas nutricionales como FGF21 consiguen alargar la vida, podrían prevenirse muchos de los problemas de salud que ocurren en la mediana edad y más adelante”, concluye Hill.