Ligera, digestiva y depurativa, la granada contiene polifenoles, que no solo poseen poder antioxidante: estudios científicos han apuntado que también aumentan la sensación de saciedad. Su fibra y el hecho de tenerla que masticar bien refuerzan esa virtud.
Sus granos quedan fabulosos, por ejemplo, combinados con escarola y naranja. De hecho, usarla como ingrediente en las ensaladas de otoño es una de las opciones más populares de esta fruta. Pero no es la única, tal y como te mostramos a continuación.
Pero antes, te explicamos cómo desgranarla fácilmente. Primero, golpéala por toda la superficie con el dorso de una cuchara. Pártela luego por la mitad y vuélcala sobre un plato para que caigan los granos (golpéala un poco más si se quedan pegados). Retira los restos de pielecilla amarilla que pudieran quedar porque tiene un sabor amargo... ¡y listo!