La costumbre de preparar una ensalada como primer plato habitual es sin duda una gran idea, tanto desde el punto de vista nutricional como gastronómico.
Y es que, por un lado, el elevado contenido en vitaminas y minerales que aporta, junto con la ausencia de grasas encaja a la perfección con la preparación de un segundo plato en el que entren en escena las proteínas y las grasas, y así completar el total de necesidades nutricionales del organismo.
Por otro lado, gastronómicamente, las ensaladas pueden dar mucho juego, ya que, permiten el uso de un amplísimo abanico de alimentos tanto para la base (lechuga, rúcula, canónigos, escarola, lombarda, endivias...) como para el resto de ingredientes que la acompañan (tomate, cebolla, pepino, atún, olivas...).
En esta galería hemos seleccionado 8 toppings que aportan sabor, color y textura a tus ensaladas, sin sumar apenas calorías.
¿CÓMO Y CUÁNDO ALIÑAR UNA ENSALADA?
A simple vista parece una de las tareas más sencillas que se pueden hacer en la cocina. Sin embargo, tanto el momento en que se hace como las proporciones del aceite y el vinagre son claves para no dar al traste con la ensalada.
El orden correcto es sal, vinagre y aceite, y las razones no responden a ningún capricho gastronómico si no a la ciencia.
- Empezamos por la sal porque es muy soluble y así penetrará en los ingredientes de la ensalada, seguimos con el vinagre, ya que su alto contenido en agua servirá para disolver la sal, y por último, el aceite, que aunque creará una película impermeable, eso no será un problema, ya que es el último ingrediente.
- En cuanto al momento en que aliñamos, es fundamental hacerlo justo antes de servirla, para evitar que la lechuga se reblandezca.