Suena el despertador, te levantas como puedes y vas directo a la cocina a preparar un café. ¿Cuántas personas sienten que no se activan hasta que han realizado este ritual? Sin embargo, abusar del café como combustible para ponernos en marcha puede, a la larga, no ser tan buena idea.
El café aporta ciertos beneficios, tal y como explican entre otros científicos los especialistas del Johns Hopkins Medicine. También desde la Clínica Mayo indican que, en bajas dosis, el café puede ayudar a prevenir diversos padecimientos como: el Parkinson, la diabetes tipo 2 y otras dolencias.
En bajas dosis, el café puede ayudar a prevenir diversos padecimientos
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Pero si abusamos del café, sus beneficios pueden dar la vuelta y puede provocar algunos problemas. Por ejemplo, demasiado café puede acabar alterando el sueño, lo que nos mete en un círculo vicioso, según confirma el estudio The effect of caffeine on subsequent sleep, publicado en Sleep Med Rev en 2023.
Si tomamos mucho café, también puede aumentar la ansiedad o el nerviosismo. Además, puede generar picos y bajones de energía, lo que nos lleva también a una cierta dependencia.
Si estás en fase de reflexión y te planteas dejar el café y buscar otras alternativas, aquí te traemos algunas ideas para empezar el día encontrando la energía en otra parte.
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1. Haz estiramientos o ejercicios suaves de yoga
El yoga te ayuda a estirar el cuerpo
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Cuando suena el despertador, no es muy recomendable saltar de golpe de la cama y lanzarse al café. Es mejor destinar unos minutos a dejar que el cuerpo despierte de forma natural.
En ello puede ayudar realizar algunos estiramientos o ejercicios suaves de yoga. De esta manera, el cuerpo se activa, mejora la circulación y se oxigena el cerebro.
De hecho, un artículo de Harvard Health destaca los beneficios de realizar ejercicio por la mañana nada más despertar, aunque sea una rutina corta.
2. Toma un desayuno equilibrado
Dar importancia a lo que tomas para desayunar también puede ayudarte a eliminar el café de tu dieta. Para ello, no es recomendable comer una galleta y salir corriendo, sino preparar un desayuno de forma consciente y dedicarle un tiempo.
Un desayuno equilibrado incluye proteínas (que puedes obtener de los huevos, yogur o frutos secos), carbohidratos complejos (como avena o pan integral) y fruta. La combinación de todo ello te garantiza una energía sostenida para arrancar el día.
3. Deja que te toque el sol
Que te toque el sol a primera hora de la mañana activa todo el cuerpo.
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Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Metropolitana de Osaka (Japón) y publicado en Building and Environment demostró que exponerse a la luz natural al despertar nos ayuda a conectar con el ritmo del planeta, nos activa, reduce el estrés y equilibra la producción de melatonina.
Por eso, nada más despertar es ideal correr la cortina y abrir la ventana para que entre la luz. Si tienes balcón o terraza, sal un momento para entrar en contacto con el sol para activar tu organismo de forma natural.
4. Fíjate en la respiración
Según explican desde la Cleveland Clinic, existen diferentes técnicas de respiración consciente que ayudan a activar el organismo y oxigenar el cerebro.
Por ejemplo, puedes probar el método Wim Hof, que consiste en respirar profundamente y de manera controlada, con una serie de respiraciones rápidas y profundas seguidas de una exhalación suave.
5. Ducha revitalizante
Ducharse por las mañanas nos activa y despeja.
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Aunque los partidarios de la ducha matutina no se ponen de acuerdo con los que prefieren ducharse de noche, lo cierto es que, por la mañana, una buena ducha ayuda a despejarse, activa la circulación y aumenta la alerta mental.
Si, además, terminas con un toque de agua fría, estarás activando el sistema nervioso simpático, lo que mejora el estado de ánimo y contribuye a reducir la inflamación, según confirma un estudio publicado en el European Journal of Applied Physiology.
6. Infusiones naturales
Finalmente, existe una solución muy sencilla para dejar el café: sustituirlo por infusiones alternativas. Puedes tomar té negro o verde, o bien infusiones de jengibre o menta, que aportan un toque de energía sin una cafeína tan potente.
También existen alternativas al café como la malta, la achicoria y, por supuesto, el cacao.
Constancia y rutina
Si te has propuesto dejar el café, no te será difícil. La clave del éxito está en elegir una buena alternativa y ser constante. Puedes ir probando las ideas que te proponemos hasta descubrir cuál te funciona mejor para activarte por las mañanas. Y entonces, conviértela en parte de tu rutina diaria.