Se calcula que un 32% de la población adulta española sufre algún tipo de dolor que afecta sobre todo a personas entre los 45 y los 54 años de edad, según la SEN.
El 40% de las consultas en Atención Primaria son por algún tipo de dolor y aproximadamente el 20% de estos pacientes experimenta dolor más de 6 meses, según la Sociedad Española de Neurología (SEN). El dolor se considera crónico cuando dura más de 3 meses.
Se estima que un 32% de la población adulta española sufre algún tipo de dolor y un 17% de forma crónica. El dolor afecta sobre todo a personas entre los 45 y los 54 años de edad, apunta la SEN.
Aunque el dolor puede ser síntoma de muchas afecciones, es también una enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) califica el dolor crónico como la mayor amenaza para la calidad de vida e insta a que se aborde como una enfermedad en sí misma, pero alrededor del dolor todavía existen muchos mitos y falsas creencias que dificultan tanto su diagnóstico como tratamiento e influyen de forma negativa en los afectados.
Rubén Nieto, psicólogo especialista en dolor persistente y profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC) y Mayte Serrat, también psicóloga, analizan las principales falsas creencias que todavía persisten.
"El dolor es una experiencia subjetiva que configura el cerebro a partir de la interacción de factores múltiples, entre los que desempeñan un papel muy importante los factores psicológicos. Por este motivo, son frecuentes las creencias generalizadas sobre el hecho de que el dolor crónico o persistente puede no ser real", explica Rubén Nieto.
1. Si no hay una causa física la persona se inventa el dolor
Encontrar la causa que provoca el dolor no siempre es fácil, por lo que pueda llevar a pensar que la persona se están inventado su dolor, pero "el dolor no suele inventarse ni se crea voluntariamente. El dolor siempre es real y se genera con independencia de lo que la persona pueda opinar o pensar", señalan los psicólogos Rubén Nieto y Mayte Serrat, autores de "Dolor y psicología: ¿por qué es necesaria la persona especialista en dolor?".
"Tradicionalmente, el dolor ha sido entendido desde un modelo biomédico asociado a tejidos dañados, y se ha interpretado que, cuanto más daño (cuanta más nocicepción) hay, más dolor se siente. Gracias a la neurociencia sabemos que esto no es así", aclara Serrat. Ejemplo de ello es el dolor real que puede sentir una persona en una parte del cuerpo que ya no tiene (miembro fantasma). "Es posible tener dolor sin un cuerpo físico y es exactamente igual de real que si se tuviera esta parte física. Hay que tener en cuenta que la nocicepción no es necesaria ni suficiente para generar dolor", afirma la psicóloga y fisioterapeuta.
Un alto porcentaje de las personas (alrededor de un 10%) que sufren dolor crónico en España padece lo que se conoce como dolor neuropático, apunta la SEN. "Este dolor tiende a cronificarse y no está causado como respuesta a un estímulo, sino que es un dolor causado por una lesión o enfermedad del sistema somatosensorial, a nivel central o periférico, que hace que el sistema nervioso interprete como dolorosos ciertos estímulos que en realidad no lo son", explica el Dr. Alan Luis Juárez-Belaúnde, Coordinador del Grupo de Estudio de Dolor Neuropático de la SEN.
"Estimamos que un 25% de las consultas por dolor en Atención Primaria pueden estar relacionadas con pacientes que padecen dolor neuropático, que es considerado como uno de los peores dolores, tanto por la dificultad de tratamiento, como por su enorme complejidad fisiopatológica, como por la intensidad en la que lo experimentan los pacientes", asegura el Dr. Alan Luis Juárez-Belaúnde.
2. El dolor es físico o psicológico
"El dolor es una opinión del cerebro que no tiene una relación directa con la cantidad de daño físico que pueda sufrirse, sino que tiene relación con la cantidad de amenaza o peligro que el cerebro interpreta que una lesión potencial o real puede generar", explican los expertos de la UOC.
Así pues, no tiene sentido establecer una división entre dolor físico o psicológico. "La experiencia del dolor es única y construida de manera única para cada persona a partir de la interacción de múltiples factores, aunque los factores psicológicos puedan tener un peso importante en la experiencia del dolor, esto no significa que se pueda categorizar el dolor como exclusivamente psicológico", subraya Nieto.
Ahora bien, sí es cierto que factores psicológicos como el estado de ánimo y el estrés pueden influir en la percepción del dolor. Si estamos tristes pueden aparecer pensamientos catastróficos que hacen que veamos el dolor como algo terrible frente al cual no podemos hacer nada. Estos pensamientos pueden generarnos "miedo a lesionarnos o realizar actividades que puedan incrementar el dolor, de modo que se cree un círculo vicioso que finalmente nos pueda hacer sentir peor", señala el profesor de la UOC. Está demostrado que el reposo, salvo situaciones excepcionales, no es aconsejable para combatir el dolor.
Según la SEN, los pacientes con dolor neuropático no solo experimentan un dolor más severo que pacientes con otro tipo de dolor, sino que la depresión (34%), la ansiedad (25%) y los trastornos del sueño (60%) son también más prevalentes.
3. Es imposible disminuir el dolor crónico
"El dolor no implica, necesariamente, que los tejidos estén dañados, pero el cerebro ha aprendido a asociar ciertas sensaciones y percepciones con el dolor. Se trata de enseñar al cerebro a reconceptualizar estas relaciones, reeducarlo. Y esta reconceptualización se puede hacer por medio de la educación en neurociencia del dolor, explicando los mecanismos por los que tienen lugar las asociaciones y por medio de diferentes técnicas y ejercicios", indica Mayte Serrat.
4. El dolor crónico es cosa de mujeres
Enfermedades que provocan dolor crónico como la fibromialgia se asocian sobre todo a mujeres. Esto explicaría en parte por qué el dolor crónico se considera una enfermedad femenina. Las cifras oficiales revelan que el 60% de las personas afectadas por algún tipo de dolor son mujeres, pero podría haber un infradiagnóstico del dolor, y en concreto de la fibromialgia, en hombres.
Las razones, apuntan los expertos de la UOC, son principalmente socioculturales. Existen "estigmas sociales como el carácter femenino de la misma enfermedad y el estereotipo de fortaleza de los hombres frente al dolor" que hacen que trastornos como la fibromialgia estén probablemente infradiagnosticados en el hombre.
5. No se puede hacer nada para ayudar a una persona con dolor crónico
El entorno –la pareja, familiares o amigos– juega un papel importante porque con su comportamiento puede influir en los factores implicados en la modulación del dolor de quien lo sufre, señalan los expertos.
Si las personas del entorno le hacen todas las tareas a la persona que sufre dolor le están influyendo de forma negativa porque el afectado reducirá aún más sus actividades y esto no es recomendable.
Por eso importante que las personas que rodean al enfermo estén informadas y le ayuden a enfrentarse al dolor de forma activa.
Causas de dolor crónico
Según la SEN, aunque los mecanismos desencadenantes del dolor crónico neuropático no son del todo conocidos, sí se sabe que surge asociado a:
- Cáncer. Un 33% de los pacientes sufren dolor crónico, sobre todo en cáncer de mama.
- Dolor lumbar (37%).
- Lesiones de la médula espinal (67%)
- Esclerosis múltiple (28%).
- Enfermedades como la diabetes, herpes zóster, ictus o Parkinson, bien como consecuencia de la enfermedad en sí o bien por haber tenido que someterse a ciertos tratamientos quirúrgicos o médicos.
- Un 3% de los pacientes sometidos a cirugía general u ortopédica sufren dolor crónico, pero estas cifras son aún más altas en caso de que se haya producido una amputación (el 85% de los pacientes) o de algún tipo de lesión traumática en el nervio periférico (50%).
- Tóxicos, fármacos, infecciones, alteraciones metabólicas y/o hereditarias son otras causas de dolor crónico.