Los gases que emana un volcán son tóxicos y la erupción del Cumbre Vieja, en La Palma, están sembrando de inquietud. De estos gases preocupa sobre todo el dióxido de azufre.
Hace varios días que el volcán los expulsa y, de hecho, ya se han ido dispersando por todo el archipiélago canario, el norte de África y España.
El hecho de que la lava haya llegado al mar supone un nuevo riesgo, puesto que las reacciones químicas con el agua potencian otro efecto tóxico.
Qué gases expulsa el volcán
Junto a la lava, los cuatro principales gases que desprende el volcán son:
- Vapor de agua: producto de las altas temperaturas, es totalmente inofensivo.
- Dióxido de carbono (CO2): no es realmente un tóxico. Nosotros los exhalamos al respirar. El problema es que es muy pesado. En zona bajas las grandes cantidades expulsadas por el volcán puede acumularse desplazando al oxígeno y empeorar la calidad del aire.
- Sulfuro de hidrógeno: tiene un olor fuerte y desagradable. Es irritable y una respiración prolongada en grandes cantidades puede causar un edema pulmonar.
- Dióxido de azufre (SO2): es el que se desprende en mayores cantidades. También puede provocar irritación, edemas pulmonares o palpitaciones.
Según el Instituto Volcanológico de Canarias, el Cumbre Vieja expulsa más de 10.000 toneladas de dióxido de azufre al día.
El mayor riesgo son unos altos niveles de dióxido de azufre
El riesgo de estos gases dependerá de la concentración en el aire, por tanto son importantes factores como:
- Las circunstancias atmosféricas y de la cercanía al volcán.
- El tiempo que dure la exposición.
De momento, las autoridades isleñas no ven peligro y aseguran que la calidad del aire es buena.
Cómo afecta la llegada al mar
Nuevas reacciones químicas se producen cuando la lava reacciona con el agua del mar. No obstante, insisten los expertos que el riesgo es acercarse.
“La lava está a mil grados y al entrar en contacto con el agua hace que esta se evapore y en la reacción se provoquen pequeñas explosiones”, ha explicado Itahiza Domínguez, sismólogo del Instituto Geográfico Nacional a la televisión canaria.
- Cuando la lava se enfría de repente, los gases que contiene, principalmente el dióxido de azufre, también salen a la atmósfera en una humareda blanca muy perjudicial para la salud.
- La reacción del agua salada es que se evapore con humo clorhídrico y fluorhídrico, que son corrosivos para las personas.
“Mientras mantengamos una distancia de seguridad no tiene por qué haber peligro”, tranquiliza Domínguez.
Qué medidas se han tomado
En la isla de La Palma, las autoridades ya han tomado medidas para que la población no se vea afectada en exceso.
- Se ha creado un perímetro de seguridad de dos kilómetros que se considera suficiente para que las concentraciones de gases se hayan dispersado lo suficiente.
- También en el agua hay dos millas (tres kilómetros) de exclusión para las embarcaciones. Hace 50 años, un pescador murió asfixiado por navegar a menor distancia en otra explosión.
En las poblaciones cercanas, cuatro municipios muy próximos a la zona de erupción, se ha pedido a la gente que se confine en casa para exponerse lo menos posible a las sustancias químicas del aire.
Qué hacer si llegan estos gases
“Que se encierren en su casa con las ventanas y las puertas cerradas hasta que pase la nube tóxica”, explica el doctor German Peces-Barba, jefe de neumología del hospital Fundación Jiménez Díaz, en declaraciones a Efe.
Para la población general, no hay disponibles mascarillas que protejan contra estos gases
Contra el dióxido de azufre no hay ninguna mascarilla disponible para la población en general que proteja.
Según ha alertado la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), hay grupos de personas que han de tener una especial atención:
- Asmáticos o con enfermedades pulmonares.
- Personas con problemas cardiovasculares.
- Las personas ancianas y los bebés.
El riesgo de lluvia ácida
Se plantea también otra preocupación. Cuando el magma interacciona con el aire de la superficie puede expulsar otros productos como cloro, bromo y halógenos de flúor.
Estos productos y el dióxido de azufre se unen a la humedad de la atmósfera y pueden crear una lluvia ácida.
En el caso del volcán de La Palma este riesgo es muy pequeño. Las cantidades que se están distribuyendo en la atmósfera y las condiciones climáticas alejan el peligro.
- El agua de lluvia ya tiene un grado de acidez. Eso es normal y podría subir algo.
Por tanto, puede llegar a haber una lluvia algo más ácida en Canarias o la Península, pero sería una acidez mínima y sin peligro para la población, aseguran los expertos.