Los dedos en garra ocurren cuando se produce un desequilibrio entre los músculos que son los que mueven las articulaciones.
Los dedos en garra, en martillo o en mazo son deformidades de los pies que pueden llegar a ser dolorosas y se producen por una alteración en la alineación de los dedos.
Pueden tener diversos orígenes, desde un uso de calzado inadecuado hasta causas hereditarias.
¿Qué son los dedos en garra, martillo o mazo?
Los dedos en garra, maza o martillo, tal como explica la podóloga Maite García, “ocurren cuando se produce un desequilibrio entre los músculos que son los que mueven las articulaciones”.
El movimiento de los dedos de los pies lo controlan los músculos, especialmente los extensores (que hacen que los dedos se muevan hacia arriba) y los flexores (los que hacen que se flexionen).
- Si los músculos extensores son más débiles que los flexores, los dedos comienzan a contraerse hacia abajo, formando una garra.
- Si, por el contrario, son los flexores los más débiles los dedos estarán como flotando.
Diferentes tipos de deformidades en los dedos del pie
Las deformidades en los dedos de los pies pueden ser de diversos tipos, en función de la articulación afectada. En este sentido, hay que recordar que los dedos de pie tienen tres huesos y tres articulaciones (excepto el dedo gordo que tiene dos).
- Aunque la deformidad puede ocurrir en cualquier dedo, lo más común es que afecten al segundo, tercero o cuarto.
Los diferentes tipos de deformidades de los dedos de los pies incluyen:
- Dedos en garra: afecta a dos articulaciones, que dibujan una especie de puente.
- Dedos en martillo: la articulación del medio es la afectada, la que queda doblada.
- Dedos en mazo: la articulación afectada es la primera, la que está más cerca de la punta del dedo.
- Hallux flexus: cuando el dedo afectado es el primero (el dedo gordo). Se ve con frecuencia en futbolistas, ciclistas y otros deportistas.
Sin embargo, tal como señala la especialista, “lo importante para el paciente no es tanto qué tipo de garra tiene sino cuál es el motivo por el que tiene una garra para intentar solucionar el origen del problema”.
¿Cuáles son los síntomas de los dedos en garra?
Antes de que la deformidad sea evidente, hay algunos signos de alerta:
- Dolor en los dedos del pie que, en función del tipo de deformidad, estará localizado en una zona u otra.
- Pérdida de sensibilidad en los dedos afectados.
- Llagas, roces o pequeñas heridas en el dorso de los dedos o en la zona de debajo de la uña.
Causas de las deformidades en los dedos del pie
Hay diversas causas que favorecen la aparición de los dedos en garra, mazo o martillo y normalmente se dan varias a la vez. Entre las principales están:
- Causas genéticas hereditarias: a menudo hay antecedentes familiares con deformidades en los dedos de los pies.
- Usar calzado inadecuado, ya sea porque tiene una horma demasiado estrecha o porque es de una talla incorrecta (demasiado pequeña o demasiado grande). Las hormas de los zapatos para mujeres suelen ser más estrechas, lo que hace que este tipo de deformidades de los dedos sean más frecuentes en ellas.
- Alteraciones en la forma del puente o del pie que hacen que la persona no camine bien. Un mal apoyo de los pies que hace que los dedos se contraigan para buscar la estabilidad.
- La artritis reumatoide puede afectar a los dedos y deformarlos.
¿Cómo se corrigen los dedos en garra, martillo o mazo?
En función del tipo de deformidad, del estado de la persona y de su actividad, el tratamiento será más o menos conservador. Lo fundamental en cualquier caso es determinar el origen del problema.
Los tratamientos más conservadores, explica la podóloga, “consisten en adecuar el calzado, emplear productos ortopédicos como pueden ser plantillas a medida, ortesis de silicona a medida, vendajes o potenciar cierta musculatura en función de la debilidad muscular que tenga”.
Con la edad, los dedos en garra pueden empeorar porque la deformidad está más establecida y es más difícil de corregir. “Una vez el cuerpo ha dejado de crecer, las articulaciones cogen forma y no puedes forzarlas, entonces la manera de corregirlo es quirúrgica”, señala.
- También recurren a la cirugía las personas que quieren evitar que la deformidad vaya a más y duela o mejorar estéticamente, entre otras razones.
Hay distintos tratamientos quirúrgicos para corregir la alineación del dedo:
- Técnicas sencillas que con pequeños cortes en las partes blandas consiguen alargar los tendones sin necesidad de tocar el hueso. Esta técnica se emplea cuando la deformidad es flexible, es decir, cuando al estirarla vuelve a su posición.
- Cuando la deformidad es rígida, existen diferentes técnicas para reparar el hueso o los tendones y alinear el dedo.
“Aunque depende de cada caso, en general un dedo en garra tiene una recuperación de un mes y medio aproximadamente”, explica García. “Las cirugías de hoy en día permiten que el paciente pueda hacer vida más o menos normal, en ocasiones con un calzado posquirúrgico”.