Hacer deporte quita el hambre: la molécula que lo consigue

Una investigación ha descubierto una molécula que se activa cuando hacemos ejercicio y que, en varios experimentos, ha permitido determinar que está relacionada con el apetito. Pero no provoca hambre, como suele pensarse, sino al contrario: lo inhibe. Esto podría servir para hacer medicamentos que ayuden a adelgazar.

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Hacer ejercicio quita el hambre
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Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Lo normal después de hacer ejercicio es que te entre hambre, puesto que has estado gastando energía y el cuerpo nos pide recuperar los nutrientes perdidos. Hay investigaciones que han comprobado esta relación.

Sin embargo, la relación causa efecto no es tan sencilla. En los mecanismos que nos incitan a comer intervienen numerosos factores: la intensidad y duración del ejercicio realizado, nuestra composición corporal, factores psicológicos y la genética, entre otros.

Ahora una investigación ha dado una nueva sorpresa.

La molécula que inhibe el apetito

Unos científicos de la Universidad de Baylor (Texas) y Stanford (California) han localizado una molécula, denominada Lac Phe (lacto-penilalanina), que ha demostrado tener una capacidad de inhibir las ganas de comer durante varias horas.

Lo significativo es que esta molécula se crea a partir de una sustancia, el ácido láctico,que se produce precisamente cuando hacemos ejercicio. El ácido láctico se convierte en lactato, que es el responsable de que tengamos la sensación de esfuerzo muscular, y la molécula Lac Phe se produce en una reacción del lactato.

Los experimentos con ratones obesos han demostrado que al fomentar esta molécula comían menos sin perder actividad

Hay que aclarar que aún no podemos decir con seguridad que esta molécula quita el hambre en las personas, porque este aspecto se ha demostrado a partir de las pruebas con ratones.

Lo que hicieron los científicos norteamericanos es administrar un fármaco con Lac-Phe a ratones macho con obesidad. El resultado es que los ratones:

  • Disminuyeron el consumo de comida en un 50%.
  • Bajaron la grasa corporal
  • Tuvieron un mejor control de la glucosa.

Otros ratones del grupo que no sintetizaron esta molécula consumieron más comida.

Aumenta cuando haces ejercicio

No se han realizado aún pruebas con personas, aunque las comparativas previas nos permiten suponer que en el cuerpo humano la hormona se comporta de manera similar. Pero los científicos, prudentes, señalan que sus resultados se limitan a confirmar la respuesta en ratones machos obesos. Ni siquiera podemos asegurar igual respuesta en las hembras.

Un aviso de los problemas con los que se pueden encontrar es que no han podido obtener iguales resultados en ratones sin sobrepeso. “Por el momento no sabemos el motivo de esta diferencia”, admite el doctor Jonathan Long, uno de los autores. Una posible explicación es que esta hormona no es la única que actúa en la regulación del apetito.

Un grupo de personas que se estuvo ejercitando tuvo niveles altos de esta hormona hasta tres horas más tarde

Lo que sí se ha confirmado, no solo en animales sino también en personas, es que esta molécula Lac-Phe se sintetiza cuando hacemos ejercicio. Para demostrarlo hicieron correr a ratones y caballos. Los análisis posteriores mostraron unos niveles muy altos en la sangre.

En un grupo de personas que estuvieron ejercitándose durante media hora, y que fueron monotorizadas en todo el proceso, esta molécula empezó a aumentar ya desde el inicio de la actividad y siguió creciendo hasta 30 minutos después de parar. Tres horas después aún estaba en unos niveles por encima del inicio.

La actividad ayuda a regular el peso

Este descubrimiento, publicado en la revista Nature, confirma otros trabajos donde se ha demostrado que el ejercicio ayuda a perder peso.

El ejercicio regula el hambre y mejora el perfil metabólico, sobre todo en personas con sobrepeso. Si podemos comprender el mecanismo por el que el ejercicio aporta estos beneficios, estamos más cerca de ayudar a muchas personas a mejorar su salud”, ha dicho el doctor Yong Xu, profesor en Baylor y otro de los autores.

Frente a la vida sedentaria, el mantener un buen nivel muscular hace que el metabolismo (el gasto que hacemos incluso en reposo) sea mayor y se consuma más energía. Por el contrario, con un tono muscular bajo es más fácil que engordemos.

Al hacer un desgaste de energía nuestro cuerpo quiere recuperar parte de los nutrientes y por tanto es importante saber elegir alimentos que los recuperen bien. No escojamos azúcares rápidos de bollería industrial.

¿La clave para un nuevo medicamento?

El descubrimiento del papel de la Lac-Phe pone las bases para un posible tratamiento médico de la obesidad. Igual que se ha conseguido bajar el peso en ratones, podría funcionar en personas.

La investigación pone las bases para estudiar un medicamento que quite el hambre, aún lejano

Este fármaco experimental aplicado a los ratones obesos consiguió que dejaran de comer tanto y no por ello disminuyeron su actividad. No obstante, los autores avisan que quedan muchos pasos antes de que haya una versión para humanos que se pueda probar.

No niegan que, en teoría, podría servir para que personas con sobrepeso y sedentarias pudieran tener un mecanismo para reducir el hambre. Pero antes se han de hacer muchas otras comprobaciones. La primera, como queda dicho, si la Lac-Phe funciona de una manera tan efectiva en humanos.