La anestesia no tiene una historia muy larga: estamos hablando de que corría la década de 1840 cuando se comprobó que un cierto tipo de gas hacia que las personas, además de reírse y desinhibirse, no experimentaran dolor si se lesionaban.
Un gran avance médico que cambió el ejercicio de la medicina y supuso un notable aumento la esperanza de vida por las posibilidades de curación que abría poder intervenir a pacientes sin dolor.
- Se trata de fármacos, elaborados con fórmulas muy diversas y sofisticadas. Algunos, por ejemplo, son a partir de plantas opiáceas, conocidas desde la antigüedad por su capacidad adormecedora.
¿QUÉ TIPOS DE ANESTESIA HAY?
Hay varios tipos de anestesia:
- Local: se duerme la parte del cuerpo donde se interviene, pero el paciente sigue consciente. Se hace en operaciones muy concretas si hay que intervenir una mano, un pie, la boca o una zona concreta de la piel...
- Regional: Se administra cerca de la médula espinal y permite dormir una parte del cuerpo más grande que la anestesia local. La anestesia epidural sería un ejemplo.
- General: el paciente queda totalmente dormido. Varía la cantidad de anestesia administrada en proporción al tiempo que va a durar la intervención. Requiere intubar al paciente para que siga respirando. Se puede administrar como gas inhalado o vía endovenosa.
La sedación permite no intubar al paciente con lo que la recuperación es más fácil
- Hay determinadas intervenciones sencillas y cortas (de carácter ambulatorio) que se pueden hacer con lo que se conoce comúnmente como sedación donde el paciente está dormido ( o no llega a dormirse pero queda inmensamente relajado) pero no pierde la cosnciencia (no necesitará intubación para respirar). Se puede distinguir entre sedación consciente o profunda y se elige en función del procedimiento. Se suele aplicar por vía endovenosa o muscular.
Por lo general, con la anestesia se administra también un relajante muscular para que el paciente no se mueva durante la operación.
La anestesia regional duerme zonas más amplias que la anestesia local
En una procedimiento para realizar un diagnóstico, como por ejemplo en una colonoscopia, puede dormirse sin ese relajante. “Eso permite, por ejemplo, que el paciente respire por sí mismo -explica el anestesiólogo tinerfeño Miguel Díaz-. Cuando en una operación bajo anestesia general tendría que estar intubado y controlarlo con un respirador mecánico”.
CÓMO PREPARArse PARA LA ANESTESIA
Lo primero que hay que hacer es una entrevista con el/la anestesista.
Nos preguntará sobre enfermedades que padecemos, alergias, intervenciones quirúrgicas previas y nos informará de la técnica anestésica que va a emplear. También puede retirarnos algunos fármacos que podrían ser contraindicados.
- Antes de cualquier anestesia el paciente debe estar sin comer al menos seis horas y sin beber dos horas. “La razón es que dormido se pierde la capacidad de cerrar la laringe y, si se vomitara, corre el riesgo de que el vómito entrara en los pulmones, lo que es muy peligroso”, señala el doctor Díaz.
Te intuban ya que al dormirte también "se duermen" tus pulmones
- Antes de empezar a anestesiarte, te ponen unos monitores para controlar la frecuencia cardíaca, el oxígeno en la sangre y la presión arterial en todo momento.
- A la sala de operaciones hay que ir sin ningún tipo de joya ni reloj y sin maquillaje ni esmalte de uñas.
¿POR QUÉ TENGO QUE FIRMAR?
No es tranquilizador que antes de cualquier intervención tengas que dejar por escrito que asumes los riesgos de que te administren la anestesia y entre ellos la posibilidad de muerte.
Es imposible garantizar al 100% la inocuidad, como pasa con cualquier intervención. Pero las posibilidades de tener un percance relacionado con la administración de la no son altas.
El consentimiento informado es para conocer los riesgos que aunque mínimos, existen
“Ese hipotético riesgo depende de muchos factores. El primero es el tipo de paciente. No es lo mismo una persona sana que una con muchas enfermedades asociadas. También influirá el tipo de operación”, añade el anestesiólogo.
¿QUÉ ME PONEN?
Depende del tipo de cirugía se administra un tipo de anestesia diferente. Para dormir a la persona por completo se inyecta en la sangre un sedante, "un fármaco denominado inductor anestésico que te duerme en pocos segundos".
La anestesia se pone casi siempre de manera intravenosa, pinchándote y colocando un catéter en una vena, por regla general en la mano.
Suelen ser combinaciones de fármacos sedantes de distintos grados de eficacia
- La anestesia suele constar de varios fármacos con el mismo objetivo: un sedante hipnótico para dormir, un analgésico opioide para evitar el dolor y, en algunos casos, un relajante muscular.
- En el caso de los niños pequeños se suele optar por el gas, porque eso de las agujas les inquieta. Así que les pone una mascarilla y se les pide que respiren para que vayan inhalando el gas sin darse cuenta.
¿QUÉ VOY A SENTIR?
No sientes nada. Empiezas una cuanta atrás y no te acuerdas de haber llegado al cero. Luego te despiertas como si no hubiera pasado el tiempo.
Al despertar se puede percibir somnolencia, cierta desorientación o descoordinación muscular. Esta sensación varía en función de la cantidad de anestesia utilizada y desaparece al cabo de unas horas.
No sientes nada y te despiertas como si no hubiera pasado el tiempo
Suele pasar que algunas de las cosas que te dice el médico en esos minutos posteriores a despertarte las olvides. Por eso se recomienda que haya alguien contigo.
POSIBLES EFECTOS SECUNDARIOS de la anestesia
Los problemas son varios y dependen tanto de la pericia del anestesiólogo como de la medicación.
- En la anestesia completa, por ejemplo, pueden ser provocados por la intubación. Al pasarte el tubo puede producirse una herida en las encías o la cavidad bucal.
- También se puede ser alérgico a alguno de los fármacos utilizados y que sufrir algún tipo de reacción.
El dolor en la garganta o la boca es común a causa de la intubación
“Es erróneo pensar que la anestesia general tiene más riesgos que una sedación suave”, explica el doctor Díaz. "En una sedación se debe estar atento también a que el paciente no experimente una disminución respiratoria debido a los fármacos que se utilizan".
Y en ambas tienes riesgos inherentes, que dependen del procedimiento, de las características del paciente, de la duración de la cirugía, entro otras cosas.
¿ME PUEDO DESPERTAR EN PLENA OPERACIÓN?
Es uno de los grandes temores del paciente pero muy infundado. No se puede negar que existe esa posibilidad pero que ocurre en casos excepcionales.
“Hoy está todo monitorizado y ese riesgo es remoto”, tranquiliza el doctor Díaz. En el hipotético caso, el médico tiene la opción de aumentar la dosis para inducir al sueño de nuevo.
En los últimos 25 años las técnicas de anestesiología han avanzado y mejorado mucho en relación, sobre todo, a la seguridad de los pacientes. Aquí se hace indispensable la figura del anestesiólogo que es la persona formada y preparada para la administración y control de estos fármacos. Su presencia es fundamental en cualquier proceso quirúrgico, incluso en caso de sedación.
CÓMO SE ELIMINA LA ANESTESIA
La anestesia viaja a través de la sangre, se absorbe, se metaboliza en el hígado y se elimina como otros productos tóxicos de nuestro cuerpo, con la orina.
Es falso que haya pacientes que vomiten la anestesia. Lo que pasa es que uno de los posibles efectos de los fármacos anestésicos es provocar el vómito. De ahí que haya corrido la idea de que la anestesia se elimina vomitando.