Pérdida de estatura: ¿cuáles pueden ser las causas?

Perder altura a medida que envejecemos es un proceso común y, por eso, es algo a lo que no solemos darle importancia. Pero a veces sí que la tiene, porque medir menos puede ser síntoma también de alguna alteración de salud.

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Pérdida de estatura
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Medir un poco menos conforme nos hacemos mayores es habitual. De hecho, se estima que a partir de los 38-40 años perdemos entre 0,6 y 0,9 cm de estatura cada 10 años. El proceso se acelera, sobre todo, después de los 70 años.

  • La pérdida de hueso y músculo, y también la compresión de la columna, son las causas principales que explican por qué, de mayores, nos acabamos encogiendo.

Pero pese a que es algo natural, conviene estar atentos, sobre todo en ciertos casos.

  • Si se pierden 5 cm de altura en 15-20 años, saltan las alarmas, también en los mayores de 65 años. Y esto es así porque restar tantos centímetros incrementa significativamente las posibilidades de sufrir una fractura de cadera, sobre todo en los hombres.

De media, conforme envejecemos solemos perder entre 2,5 y 7,5 cm de altura

  • La pérdida de altura también puede estar relacionada con una serie de cambios metabólicos y fisiológicos, que pueden tener un impacto negativo en la salud. Por ejemplo, según un estudio llevado a cabo en Suecia y Dinamarca, las mujeres que, en la mediana edad, pierden más de 2 centímetros en 10-13 años aumentan notablemente su riesgo cardiovascular.

Si, además, se acompaña de dolor

Cuando la pérdida de estatura se acompaña de dolor, cómo se notan las molestias da pistas del trastorno que puede haber detrás de que midas menos.

Si es poco intenso pero constante

Es probable que se deba a la osteoporosis.

  • Además de una pérdida de masa ósea (que provoca que los huesos se vuelvan más frágiles), los discos que tenemos situados entre las vértebras se adelgazan.
  • Las dos cosas hacen que la columna se debilite y se vaya aplanando poco a poco, provocando una pérdida de estatura.

Aunque al principio la osteoporosis no duele, a medida que va avanzando puede hacer que nuestra espalda se deforme, curvándose hacia delante y provocando un dolor continuo en la zona, que muchas veces es el síntoma que lleva al diagnóstico de este trastorno óseo.

Cuando es agudo y aparece de repente

Este tipo de dolor suele indicar que alguna de las vértebras se ha fracturado.

  • Ocurre debido a la compresión generada por la osteoporosis, pero también por otras causas (como un fuerte traumatismo provocado por un accidente).
  • Es posible que las molestias aumenten, además, al ponerse de pie, inclinarse hacia delante o estar mucho rato sentados, limitando la movilidad.

¿Notas que has perdido fuerza?

Con la edad, no solo disminuye la masa ósea. La musculatura también se debilita, sobre todo si no la mantenemos en forma con un estilo de vida activo y con ejercicios de fuerza que contribuyan a conservar o aumentar el tono muscular.

  • Es sobre los 40 años cuando empezamos a perder músculo.

Una rutina de ejercicios y una dieta equilibrada pueden prevenir y evitar la pérdida de masa muscular

  • Caminar encorvados, una posible consecuencia. Al reducir fuerza y resistencia muscular uno de los efectos, si no se hace nada por ponerle remedio, es la tendencia a caminar con la espalda encorvada y los hombros caídos. Una postura que nos hace perder altura no solo visualmente, también cuando nos miden en la consulta médica.
  • Subir y bajar escaleras, sentarnos y levantarnos de una silla como una rutina de ejercicio o salir a pasear habitualmente puede lograr que se recupere mucha de la fuerza muscular perdida.

Cuando la causa está en los pies

Tal vez esta relación te sorprenda, pero que el arco del pie se aplane un poco con la edad es frecuente. Y esto, por lógica, también reduce nuestros centímetros totales.

Ponerte de puntillas te costará si el tendón que mantiene el arco (el tibial posterior) está dañado y provoca que se aplane

  • Pero puede aplanarse mucho más cuando la persona padece trastornos reumáticos, inflamatorios, obesidad o diabetes, debido al daño que estas enfermedades son capaces de generar en los tejidos (sobre todo tendones y ligamentos) del pie.

Recuperar altura es posible a veces

En los casos en los que la pérdida de estatura está asociada a la edad, a una debilidad muscular o al sedentarismo, existen disciplinas que pueden estabilizar y mejorar tanto nuestra postura como nuestra altura.

  • El yoga, el pilates, nadar o hacer aquagym, los estiramientos, la reeducación postural o la fisioterapia favorecen que la columna y el resto de huesos estén mejor alineados.
  • Se pueden recuperar desde medio a varios centímetros, según las características de la persona y la causa que haya detrás de su pérdida de altura. Pero es importante tener bien claro que los tratamientos milagrosos que hacen crecer no existen.