Entre el 5 y el 20% de los adultos y hasta el 40% de los ancianos en Europa tienen periodontitis, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.
Esta enfermedad de las encías puede provocar pérdida de piezas dentales. De hecho, alrededor de un 30% de la población europea de entre 65 y 74 años ha perdido todos los dientes por esta causa.
El principal causante de la periodontitis es la bacteria P. gingivalis y a día de hoy no hay tratamientos que acaben completamente contra ella porque es una enfermedad crónica.
Científicos del CSIC en el Instituto de Biología Molecular de Barcelona han descifrado el mecanismo que explicaría por qué esta bacteria puede causar tales estragos en la salud de las encías.
Un gran hallazgo que podría servir para desarrollar antisépticos bucales específicos contra esta bacteria.
Los resultados del estudio han sido publicados en revista PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America).
Microbioma oral
El microbioma bucal humano está formado por más de 6.000 millones de bacterias de más de 770 especies y la mayoría contribuyen al mantenimiento de la homeostasis y la buena salud oral.
De hecho, la bacterias bucales forman el segundo microbioma más complejo del organismo después del intestino.
Sin embargo, una dieta inadecuada y una higiene insuficiente pueden provocar alteraciones en la composición del microbioma y favorecer el crecimiento desmesurado de especies patógenas y oportunistas.
Cuando las bacterias "malas" sobrepasan en número a las especies beneficiosas y toman el control del microbioma oral puede aparecer caries y periodontitis, que en los casos más graves desemboca en inflamación crónica y destrucción del tejido.
Y una de esas bacterias malas es la Porphyromonas gingivalis (P. gingivalis), principal causante de la periodontitis.
Cómo actúa la P. gingivalis
Esta bacteria mala del microbioma bucal puede actuar de forma muy virulenta contra las encías. El mecanismo es el siguiente:
- La P. gingivalis tiene un sistema de secreción para enviar proteínas (se llaman proteínas cargo) al medio que la rodea, que en este caso es el tejido gingival que rodea los dientes.
- Estas proteínas producidas por la P.gingivalis hacen que la bacteria sea más virulenta, dando lugar a inflamación de las encías, destrucción de tejido y, en última instancia, pérdida de piezas dentales en caso de periodontitis grave.
- Pero el quid de la cuestión no son estas proteínas cargo en sí, sino una enzima que también genera este sistema de secreción. La enzima se llama PorU y es la que hace que la bacteria P. gingivalis saque todo el provecho de la proteína para hacer daño.
Pues bien, lo que han descifrado por primera vez los investigadores del CSIC es exactamente la estructura de esta enzima.
Lo han hecho en colaboración con la Universidad Jaguelónica de Cracovia (Polonia), la Universidad de Tesalia (Grecia) y la Universidad de Louisville (EEUU).
El hallazgo abre la puerta a desarrollar antisépticos para destruir esta bacteria.
Qué altera el microbioma oral
El microbioma bucal de cada persona cambia a lo largo de la vida. Poco después de nacer, la boca de un bebé está colonizada por S. salivarius. Con la aparición de los dientes, surgen microorganismos como S. sanguinis y S. mutans. Y estos microorganismos siguen aumentando a medida que la persona crece.
Ese microbioma oral en perfecto equilibrio protege la boca de enfermedades, pero puede alterarse por muchas razones:
- Una dieta rica en azúcares modifica el pH del entorno y favorece la formación de placa dental. Es importante reducir la ingesta de azúcar para disminuir el riesgo de que las bacterias se alimenten de los hidratos de carbono y aumenten el riesgo de caries y periodontitis.
- La falta de hidratación desequilibra el microbioma bucal ya que disminuye la producción de saliva, y esta realiza un efecto limpieza en la boca.
- El reflujo gastroesofágico. En estos pacientes, la boca puede verse invadida por patógenos como la Helicobacter pylori, que también favorece la aparición de periodontitis.
- Abusar de los antibióticos puede reducir las bacterias buenas de la boca (al igual que ocurre en el intestino) y provocar desequilibrios en el microbimoma oral.
- Por supuesto, una mala higiene dental también altera el microbioma oral. Es clave cepillarse los dientes 3 veces al día con una pasta dentífrica con flúor.