Muchas personas siguen teniendo dudas o aceptando por ciertas algunas afirmaciones sobre los implantes que son completamente falsas.
Cada año se colocan en España entre 1.200.000 y 1.400.000 de implantes dentales al año, una cifra que da un idea de lo generalizado que está hoy en día este tratamiento.
"Los procedimientos en Implantología dental llevan usándose más de 35 años y están contrastados como un método eficaz para suplir la falta de alguna pieza dental", afirma la Dra. Rosa Puigmal, miembro de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA).
A pesar de ello, "hoy en día muchas personas siguen teniendo sus dudas o aceptando por ciertas algunas afirmaciones que son completamente falsas, y que podrían mitigar la confianza en este tratamiento y truncar las expectativas", añade.
La Dra. Rosa Puigmal ha explicado en la revista divulgativa de la SEPA los falsos mitos más comunes que todavía circulan alrededor de los implantes dentales.
Mito 1: Los implantes son para toda la vida
La duración de los implantes es distinta en cada paciente y no existe una caducidad exacta, pero no están exentos de sufrir complicaciones, sobre todo en pacientes con periodontitis no diagnosticadas y/o no tratadas, fumadores y los que no son capaces de mantener una higiene bucodental adecuada.
En el caso de personas que fuman, son diabéticos o tienen otros problemas de salud, esta duración puede verse significativamente reducida.
"La falta de higiene dental provocará infecciones que también afectarán al tiempo de vida útil de estos implantes", asegura la Dra. Puigmal.
Mito 2: No hace falta cuidar los implantes
"Los implantes dentales deben ser cuidados igual que los dientes naturales, manteniendo una adecuada higiene bucodental para evitar que se infecten, dando lugar a enfermedades como la mucositis o la periimplantiitis", aconseja la Dra. Puigmal.
Hay que llevar una correcta limpieza oral y acudir a visitas de control. Durante las visitas, el especialista evaluará el estado de los tejidos periimplantarios, eliminará tanto los depósitos bacterianos visibles como aquellos no visibles (localizados por debajo de la encía) y comprobará si la higiene oral es la correcta. Es muy importante revisar periódicamente el estado de las prótesis, su ajuste, necesidad de reparación y comprobar si es fácil su limpieza.
Mito 3: la tasa de rechazo es muy elevada
Es otro de los mitos más extendidos. Los implantes dentales están generalmente fabricados de titanio quirúrgico, un material inerte, biocompatible, con capacidad de integrarse en el hueso y muy bien tolerado por los tejidos blandos.
Es un material que lleva varias décadas utilizándose en diferentes especialidades médicas en forma de válvulas cardíacas, placas, tornillos y prótesis tras lesiones traumatológicas.
El titanio no ha mostrado ninguna reacción tóxica ni irritativa sobre los tejidos vivos. Por el momento, no se ha identificado rechazo biológico de un paciente hacia un implante, aunque puede haber fracasos en la osteointegración (proceso por el cual el implante se fija al hueso).
Los fracasos tempranos son pocos y suelen estar relacionados con infecciones o malas condiciones de la zona operada. Además, que implante se pierda no quiere decir que el paciente no pueda llevar implantes en su vida: una vez retirado, y transcurrido el periodo de curación de los tejidos, puede colocarse otro con éxito.
Mito 4: poner un implante es doloroso
"Es un tratamiento complejo, pero no doloroso, ya que se realiza con anestesia local, o que puede estar acompañada de sedación asistida si la complejidad del caso lo requiere", recuerda la Dra. Rosa Puigmal.
Los implantes pueden colocarse en cirugías ambulatorias de poco tiempo de duración, bajo el efecto de la anestesia local, y la recuperación suele ser rápida. El postoperatorio tampoco es especialmente doloroso ni molesto. En cada caso, el especialista establecerá la medicación adecuada durante los primeros días tras la intervención.
Mito 5: No tengo edad para colocarme implantes dentales
Una función masticatoria óptima es de gran importancia a cualquier edad, y los implantes dentales son una buena opción para restituir dientes que faltan. La edad no tiene que ser un impedimento para la colocación de implantes. La única limitación es el estado de salud del paciente y, por ello, es importante realizar una buena historia clínica.
Sí existe, en cambio, una edad mínima para la colocación de implantes: es a partir de los 18-21 años, cuando ha finalizado el periodo de crecimiento óseo, por lo que no se aconseja poner implantes antes de esa edad, aunque habrá que valorar cada caso.
Mito 6: Con poco hueso no es viable el implante
"Se cree que si un paciente tiene poco tejido óseo en los huesos maxilares no podrá ser candidato a un implante dental; sin embargo, es completamente falso", subraya la Dra. Puigmal.
Existen diversos métodos y técnicas, como la regeneración ósea, que permiten rehabilitar los huesos mediante ciertos tratamientos. Los injertos de hueso, así como los avances en tecnología y materiales, permiten ofrecer unos resultados óptimos.
Mito 7: si llevo implantes no pueden hacerme una resonancia magnética
La resonancia magnética nuclear (RMN) es una prueba diagnóstica común para las exploraciones musculoesqueléticas o cerebrovasculares que se utiliza para obtener imágenes de alta resolución del cuerpo humano, sobre todo de los tejidos blandos. Es un procedimiento no invasivo que no emplea radiación ionizante (rayos X).
Los aparatos RMN pueden interferir con objetos de hierro o ferromagnéticos, pero los implantes dentales están hechos de titanio o zirconio y no se incluyen en estas categorías. No obstante, antes de una RMN, es importante avisar que se es portador de un implante dental.
Mito 8: Cualquier dentista puede poner implantes
"El profesional dental que coloque los implantes debe estar capacitado en cirugía implantológica y tener los conocimientos, habilidades y experiencia necesarias en el manejo de tejidos duros y blandos (esto es, hueso y encía)", alerta la Dra. Puigmal
Y es que, en ocasiones, para llegar al resultado óptimo con implantes son necesarios tratamientos más complejos, como procedimientos de regeneración ósea e injertos de encía.