Síndrome de la "depresión sonriente": la depresión que nadie nota

En los últimos tiempos han aumentado los casos de "depresión sonriente", un tipo de depresión en la que el paciente oculta el trastorno incluso a su entorno más cercano.

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DEPRESION SONRIENTE
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EL término depresión sonriente hace referencia a los cuadros depresivos en los cuales la persona afectada muestra un afán de ocultamiento.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Se estima que en los últimos tres años los casos de depresión han aumentado un 28% básicamente como consecuencia de la pandemia. Unas cifras que los expertos consideran bajas. Creen que hay un número significativo de casos sin diagnosticar por ocultación, una depresión atípica que está pasando desapercibida: la depresión sonriente.

Qué la depresión sonriente

El término depresión sonriente hace referencia a los cuadros depresivos en los cuales el sujeto diagnosticado muestra un afán de ocultamiento”, explica la psicopedagoga Vanessa Rodríguez Pousada, profesora de la UOC.

Ese esfuerzo por ocultarlo hace que las personas que lo rodean, incluso su entorno más cercano, no perciban el malestar al que está haciendo frente. No hay señales de alarma y la persona no está recibiendo la atención médica necesaria.

El que lo disimule, no significa que su patología sea menos importante. Quienes sufren la depresión sonriente experimentan el mismo malestar que una persona con depresión típica. De hecho, son conscientes de lo que les pasa, o al menos de que algo no va bien.

Por qué se oculta la depresión sonriente

Hay varios motivos por los que estas personas ocultan su depresión.

  • El autoengaño: creer que su obligación es ser feliz y que no podemos mostrar en público emociones negativas. Detrás de ello hay la presión real de la sociedad, “en la que ser feliz es un imperativo, hay una dictadura de la felicidad, señala esta profesora.
  • El individualismo social: como sociedad estamos restando valor a las circunstancias sociales y estructurales. “Un sistema decidido a convencernos de que la salud y la enfermedad están ligadas casi exclusivamente a deficiencias psicológicas personales”, opina Rodríguez Pousada.
  • Sensación de culpabilidad. Se presupone que estar bien o no estar bien depende exclusivamente de uno mismo. Y ha calado tanto este mensaje que se sienten culpables por experimentar malestar.
  • La vergüenza. “A padecer una depresión se le sumaría la culpa por sufrirla, y en una doble vuelta de turca, se pasaría de la depresión a la culpa y de la culpa a la vergüenza”, avisa la psicóloga.

La depresión representaría para estos pacientes la propia incapacidad para hacer frente a algo que deberíamos saber manejar, revela nuestra propia debilidad”, añade. A ello hay que añadir que las enfermedades mentales, pese a los esfuerzos de normalización, siguen teniendo una estigmatización social. Aún existe la incomprensión y especialmente en ambientes de éxito y superación.

Síntomas para detectar esta depresión

Pese a los intentos por tapar el malestar, hay algunas señales que podrían ayudarnos a detectar en nuestro entorno un caso de depresión sonriente. Algunos estudios apuntan que estas personas:

  • Suelen tener más apetito de lo normal, lo que puede llevarles a un sobrepeso sospechoso.
  • Dormir en exceso.
  • Mayor sensación de pesadez en los brazos y piernas.
  • Rechazo a las críticas de las personas cercanas.
  • Pérdida de interés en actividades que antes eran satisfactorias para ellos.

Son pistas que pueden extrañar a las personas de su entorno y que podrían ayudar a detectar y diagnosticar el problema.

Quién tiene más riesgo de sufrirla

Por lo que se refiere a las personas con más riesgo de verse afectadas por esta depresión atípica, la realidad es que no hay un perfil concreto.

No obstante, sí que parece más fácil que las personas perfeccionistas, aquellas que toleran menos los fallos, puedan ser de las que tengan más riesgo. Hay más posibilidades de que vivan la depresión como un síntoma de debilidad, de fallo personal.

No hay datos sobre una mayor prevalencia entre hombres o mujeres. Pero sí indicios: “Vivimos en una sociedad heteropatriarcal, donde las debilidades propias están más estigmatizadas en los hombres”, recuerda Rodríguez Pousada.

Si la persona está muy presente en redes sociales, puede ser otro factor negativo. Los expertos coinciden en que las redes no ayudan a que se muestren emociones reales.

El peligro de las redes sociales

En las redes muchas veces nos exigimos mostrar una vida perfecta. Y aunque hay excepciones de perfiles que intentan romper con esta dictadura, son los menos.

En las redes lo que prima es mostrar la parte de éxito de nuestra vida. Lo bien que lo pasamos. Lo bien que comemos. Lo último que nos hemos comprado y lo feliz que nos hace. Magnificamos de una manera considerable.

Las redes sociales pueden aparecer como autopistas por las que transitar bajo la ocultación del malestar. En este caso, podrían asomar como el compañero de viaje ideal de la depresión sonriente”, concluye la psicóloga.