¿Sufres nexting? Podría ser la explicación de por qué no estas satisfecho con tus planes

Prepararse para un viaje, una fiesta o cualquier actividad que nos guste ya es parte de la diversión. El problema es que nuestro cerebro puede jugarnos una mala pasada que nos impida disfrutarlo y cree ansiedad. La vida actual de la inmediatez lo favorece y los psicólogos le han puesto nombre.

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Nexting

Los que padecen nexting no pueden disfrutar plenamente de lo que hacen.

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Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

John Lennon dijo que la vida es eso que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes. Poco podía imaginarse que en el futuro su frase pasaría a ser prácticamente la descripción de una patología.

Un futuro en el que la inmediatez es la norma. Las redes sociales y un sinfín de canales de entretenimiento nos incitan a buscar una nueva forma de entretenimiento. Una necesidad de gratificación instantánea y de estimulación constante.

Qué es el nexting

Hacer planes no es malo. Sí lo es cuando se convierte en una tendencia compulsiva. Y cada vez pasa más. Queremos nuevos incentivos, nuevos proyectos, hasta el punto de que acabamos por no disfrutar completamente ninguno. Eso se llama nexting.

‘Nexting’ es un término inventado a partir del inglés ‘next’ (lo siguiente). Los que padecen nexting no pueden disfrutar plenamente de lo que hacen. Lo habían imaginado tan idílico que luego decepciona.

Además, mientras están viviendo ese plan, ya están pensando en el siguiente, que ha de ser por fuerza mejor, puesto que este plan no era lo que esperaba. El resultado es un vivir en constante insatisfacción. Muchas veces sin ser plenamente conscientes. La emoción está por venir y no en lo que está sucediendo.

Cuál es la explicación científica del nexting

Uno de los últimos expertos que lo ha abordado ha sido el doctor Mitch Abblett, psicólogo, exdirector clínico en Harvard y especialista en adolescentes. Abblett explica que detrás de esta anticipación compulsiva está un mecanismo de nuestro cerebro en busca del placer.

Cuando hacemos planes que nos ilusionan segregamos dopamina, una de las hormonas del placer. En busca de más dopamina nos imponemos el siguiente plan. Pero lo siguiente “puede resultar ser ansiedad, insatisfacción y una desconexión del presente”, ha escrito el doctor Abblett en la revista Psychology Today.

Este mecanismo del cerebro que nos hace adictivos en post de la dopamina ya ha sido muy estudiado. Es el mismo mecanismo que encontramos en las compras compulsivas, por ejemplo.

Estos estudios señalan que hay elementos de nuestra sociedad de consumo que nos impulsan al deseo constante: los anuncios, multiplicados en todas las pantallas, o los estímulos sensoriales, como los olores, que impregnan las tiendas y que elaborados por expertos en marketing y ciencia del comportamiento humano.

Cómo podemos aprender a disfrutar del presente

No podemos escaparnos de la sociedad en la que nos ha tocado vivir. Eso no significa que no podemos hacer nada para frenar esa continua búsqueda de planes de futuro que nos satisfagan.

El primer paso es centrarnos y aprender a disfrutar del momento, el aquí y el ahora. Eso es algo que se está poniendo en práctica desde hace años con éxito. Es aprender la atención plena, el mindfulness.

Estudios recientes de imágenes de resonancia magnética muestran que la práctica constante y breve de la atención plena puede reducir la actividad en la red de estructuras cerebrales relacionadas con este tipo de pensamientos insatisfactorios”, explicaba el doctor Abblett.

Con la atención plena no estamos eliminando pensamientos. Lo que haces es elegir hacia dónde dirigir estos pensamientos y que sea hacia el disfrute del momento.

Cómo se practica la atención plena

No creas que practicar la atención plena es una tarea complicada que exige yoga u otras técnicas introspectivas orientales. Basta con realizar unos minutos de práctica sentado por la mañana. Es concentrarse en el instante presente y en la respiración.

El mindfulness no te exige lo de “dejar la mente en blanco”. Deja pasar los pensamientos y céntrate en tu postura, en tu respiración acompasada, los puntos donde apoyas tu cuerpo. Y luego prueba esta misma actitud con actividades cotidianas, como al lavar los platos, ordenar la casa e incluso mientras haces cola en un centro comercial.

Los beneficios de la atención plena van más allá de ayudarte a superar el nexting. Entre las ventajas que se ha comprobado está que funciona como analgésico. Una terapia de mindfulness durante un par de meses reduce la dependencia de los medicamentos en personas con dolor crónico.