Por qué ocultar las emociones negativas es mala idea

Todas las emociones cumplen una misión: sin ellas, perderíamos nuestra capacidad de supervivencia. Reprimir o ocultar nuestros sentimientos puede producirnos niveles más altos de estrés y ansiedad que pueden llevarnos, incluso, a enfermar.

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Riesgo de ocultar las emociones

Ocultar las emociones puede afectar al intestino, el estómago, la piel...

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Sira Robles
Sira Robles

Periodista especializada en salud

Puede que, en ocasiones, hayamos tenido dolores (de cabeza, de tripa...) o erupciones en la piel que no parecen estar justificadas por un problema médico.

¿Cuál puede ser el origen, entonces? La ciencia ha demostrado que reprimir o esconder las emociones puede, en muchos casos, ser el origen de nuestras alteraciones.

Al ocultar los sentimientos se crea una carga emocional interna que puede llevar a niveles más altos de estrés y ansiedad. Y se ha demostrado que el estrés crónico está relacionado con diversas afecciones médicas.

Por tanto, es importante reconocer y expresar las emociones de manera adecuada y saludable. Aprender a manejar los sentimientos de manera constructiva y compartir lo que se siente con personas de confianza puede ser beneficioso para el bienestar, tanto emocional como físico.

esconder las emociones nos hace daño

Nuestro estado anímico afecta directamente a nuestro estado físico: ciertas emociones no solo producen malestar, también pueden activar el sistema nervioso autónomo y el endocrino.

Esconder los sentimientos puede afectar al intestino, el estómago, la piel...

O, lo que es lo mismo, reprimir las emociones favorece que nuestro cuerpo las somatice, "transformándolas" en trastornos que afectan sobre todo a órganos como el intestino, el estómago, el hígado o la piel.

identifica las emociones que ocultas

Expresar la emoción implica ser consciente de lo que estamos sintiendo. Por ello es esencial reconocer nuestras emociones y no reprimirlas.

No pierdas de vista que el origen de gran parte de nuestras preocupaciones tiene que ver con situaciones emocionales de nuestro pasado o con presagios sobre el futuro.

  • Nuestra mente no siempre es objetiva, así que trata de alejarte de la situación y mirarla "desde fuera".
  • ¿Qué te preocupa? Reflexionar sobre lo que nos preocupa y no negarlo es un paso esencial para poder contárselo a otra persona correctamente.

Para poder "abrirte" debes saber antes qué te ocurre

  • ¿Cómo reaccionas? Pensar en cómo solemos responder en determinadas situaciones nos permite estar prevenidos ante ellas.

hablar es de gran ayuda

A veces, tras liberar esas emociones ocultas que nos preocupan, creemos que no ha valido la pena decir nada porque nos sentimos poco comprendidos.

El miedo a no saber expresar bien lo que sentimos o a romper a llorar y mostrarnos "flojos" también son motivos que pueden llevarnos a ocultar nuestros sentimientos. Para evitarlo, previamente ...

  • Etiqueta tus emociones. Trata de poner nombre a lo que sientes: alegría, enfado, rabia, tristeza, miedo, frustración… A veces las emociones son tan rápidas que nos cuesta saber por qué se han producido, pero con "entrenamiento" todos somos capaces de comprenderlas.
  • Piensa qué quieres decir. Una vez que entiendas cómo te sientes, te resultará mucho más fácil explicarlo. Quizá no lo quieras compartir todo de golpe. Analiza qué parte de tus sentimientos quieres transmitir.
  • Y cómo lo quieres explicar. Te facilitará mucho las cosas intentar estructurar el discurso (en tu mente o escribiéndolo en un papel). Aunque luego no lo sigas al pie de la letra, esto te ayudará a no dejarte nada.

cómo expresar bien tus sentimientos

Para que los demás entiendan cómo te sientes, lo mejor es que busques un momento de tranquilidad.

  • ¿Es la situación ideal para hablar? Antes de seguir, piensa en qué estado te encuentras. Por ejemplo, si estás demasiado enfadado para mantener una conversación, puedes decirle a tu interlocutor: “Ahora estoy enfadado, por favor espera unos minutos a que se me pase y luego hablamos”.
  • Trata de recuperar la calma. Practicar técnicas como la meditación o el mindfullnes puede ayudarte tanto a recuperar la tranquilidad antes de intentar expresarte como, a la larga, a mejorar tu capacidad de reaccionar ante las emociones.

Busca el momento idóneo para explicar lo que te pasa

  • Ten en cuenta a tu interlocutor... Cuando te "abres" ante alguien esperas que esa persona esté también predispuesta a escuchar lo que dices y que intente comprender tus emociones. Para que esto ocurra, resulta también importante que tengas en cuenta su estado emocional. Si está nerviosa, busca otro momento.

transmitirás mucho mejor tus emociones si eres...

A veces identificamos qué sentimos, pero no sabemos cómo decirlo. Mejorar estos tres aspectos te ayudará a liberar mejor tus emociones:

  • Asertivo. Situada entre la pasividad y la agresividad, consiste en conocer los propios derechos y defenderlos, respetando siempre a los demás.
  • Empático. Es la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Te ayudará a entender otros puntos de vista y a llegar a soluciones consensuadas.
  • Reflexivo. Ante situaciones que te parezcan complicadas, repasa con antelación las posibles soluciones y salidas. Ganarás confianza.