La punción lumbar es una prueba realizada principalmente por el neurólogo o el anestesista.
- Propiamente dicha, la punción lumbar consiste en pasar una aguja entre dos vértebras de la parte baja de la espalda (la zona lumbar). Con ella se atraviesa la membrana que protege las estructuras del sistema nervioso central (la duramadre) para llegar cerca de la zona de la médula espinal, el tronco por donde van los conductos nerviosos que conectan el cerebro con el resto del cuerpo.
Mediante una aguja se llega al líquido que rodea y protege la médula espinal
La médula espinal, como todo el cerebro, está rodeada de una sustancia que lo protege, el líquido cefalorraquídeo. Ese es el objetivo.
¿PARA QUÉ Sirve LA PUNCIÓN?
Con la punción, se extrae una pequeña muestra de ese líquido, que suele ser transparente, para analizarlo.
- Sirve para confirmar o descartar infecciones momo la meningitis o la sífilis.
- O enfermedades como el cáncer cerebral o la esclerosisis múltiple.
- Puede servir para comprobar si se ha producido una hemorragia cerebral.
- O si la presión del líquido es alta (señal de una problema grave que es la hipertensión intracraneal).
punción lumbar cómo ANESTÉSICO
Este tipo de punción puede tener otros fines como aplicar una anestesia. “Aunque no lo hacemos para el mismo fin que un neurólogo, puesto que obviamente no queremos sacar líquido, sino inyectar un anestésico”, aclara el doctor Miguel Díaz, anestesiólogo de Santa Cruz de Tenerife. “Lo llamamos una raquianestesia”.
- Tampoco el sistema es igual. La aguja del neurólogo es igual, quizá algo más gruesa y realizada específicamente para la extracción.
Los casos en los que se aplica la anestesia raquídea son muy variados, y van desde una operación por una fractura ósea del pie o la pierna a una cirugía de vejiga o una operación ginecológica.
Se utiliza para anestesiar de cintura para abajo, pero no es una epidural
- NO ES LA EPIDURAL: Por su procedimiento, podría pensarse que la raquianestesia es otro nombre para la epidural, el método más conocido de anestesia, por su uso extendido en el momento del parto. No es así.
La epidural no atraviesa la duramadre, sino que es una anestesia que se coloca a nivel más superficial.
De hecho, etimológicamente, epidural significa eso: por encima de la duramadre.
LA puede hacer el HEMATÓLOGO
Hay otros especialista que la suelen practicar asiduamente, aunque en un porcentaje mucho más reducido.
- Se trata de los hematólogos. Estos especialistas, que tratan enfermedades relacionadas con la sangre, puede hacer una punción para confirmar si se ha extendido un cáncer (una leucemia), después de que un primer análisis en la médula ósea haya dado positivo.
Puede ser una prueba útil en los tratamientos de la leucemia
También la realizan para inyectar un fármaco en la lucha contra la leucemia. Se trata pues, como en el caso de los anestesistas, no de extraer líquido raquídeo sino de que llegue el fármaco directamente al fluido cerebro-espinal para obtener mejor eficacia.
¿duele esta PUNCIÓN?
La impresión que puede dar que se introduzca una aguja entre las vértebras impresiona. Pero no hay que ir con miedo, pues bien hecha, es una prueba habitual y sin mayores riesgos.
Tanto la punción para extraer líquido como para inyectar anestesia o medicamentos se realizan con una cierta preparación.
- El anestesiólogo suele pedir no comer nada durante las horas previas y te preguntará sobre los medicamentos que tomes. Los anticoagulantes son especialmente importantes o si tienes alergia a algún fármaco.
- Para evitar la molestia del pinchazo, previamente te anestesian la piel alrededor de donde se hace la punción.
- Durante la punción puedes sentir algunas molestias leves en la espalda, como una especie de presión. Nada más.
El especialista te tranquilizará pues es una prueba habitual y bien hecha, sin riesgo
Puede que el médico te pida que te pongas en una postura determinada para poder extraer mejor el líquido.
la debe hacer un especialista
Pese a ser una prueba que a veces se hace en ambulatorio y que cualquier especialista podría en teoría realizar y que no hay que temer, tampoco hay que tomarla a la ligera. Hay voces críticas que recuerdan que mal hecha puede dar lugar a complicaciones.
“He visto demasiadas secuelas por punciones hechas alegremente”, critica el neurólogo Guillermo Ozonas. “No es una punción cualquiera, es una intromisión en el sistema nervioso”.
El doctor Ozonas señala que hay peligro real de que mal realizada se produzcan infecciones no deseadas, como una meningitis.
Realizada sin las adecuadas medidas hay riesgo de meningitis
El anestesista Miguel Díaz está de acuerdo: “Es una técnica difícil, no es como pinchar una vena”.
Requiere una preparación y práctica. Además, hay que ser consciente de que el lugar debe estar especialmente aséptico para evitar las infecciones, que pueden ser más graves que en otras partes del cuerpo.