Qué papel tiene la dieta en el avance de un tumor

Cambios en la dieta podrían ayudar a luchar contra ciertos tipos de cáncer. Un nuevo estudio ha comprobado que una dieta baja en calorías ralentiza el avance de un tumor de páncreas en ratones. Lo que si se sabe es que la dieta puede prevenir la aparición del cáncer.

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Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Qué papel tiene la dieta en el avance de un tumor
iStock by Getty Images

¿Cómo afecta la alimentación a los tumores? Esa es la base sobre la que unos investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han analizado dos tipos de dietas:

  • Una baja en calorías y la dieta cetogénica (baja en hidratos de carbono y alta en grasas y proteínas).

En la investigación se probó la eficacia de ambas en un grupo de ratones con tumores en el páncreas.

Ambos tipos de dieta redujeron la cantidad de azúcar. Como las células tumorales usan azúcar, parecía una buena diana. Sin embargo, los resultados no fueron equiparables.

Los investigadores comprobaron que solo la dieta hipocalórica logró que la evolución del tumor se ralentizara.

¿Por qué se estudia la dieta?

Estudios previos sugerían que las dietas bajas en calorías podían ralentizar un tumor en casos determinados.

Por eso una de las líneas de investigación del cáncer ha sido ver cómo podían cortar el suministro de alimento. Y por tanto se pensó en mirar de reducir la glucosa (el azúcar).

La dieta sí influye en el inicio de un cáncer. No está tan claro que pueda ayudar a frenarlo

¿Es una línea de investigación prometedora? “El papel de la dieta en pacientes con cáncer es controvertido”, nos contextualiza la doctora Paula Jiménez Fonseca, portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica.

  • Lo que sí se ha demostrado es que la dieta influye en la génesis del cáncer.

Una dieta inadecuada, el sedentarismo y la obesidad se asocian con hasta el 35% de los cánceres”, recuerda la oncóloga.

¿Por qué una dieta sí y otra no?

Ahora bien, ¿qué se ha visto en esta última investigación? Según constataron los autores del estudio, publicado en la revista Nature, una clave podría estar en los ácidos grasos.

Todos los estudios llevados a cabo con una dieta cetogénica han dado resultados negativos o poco concluyentes.

Los investigadores del MIT vieron que la dieta hipocalórica es más efectiva, por lo que dedujeron que los niveles de glucosa no son el factor clave a la hora de frenar el avance del cáncer.

Después de analizar más a fondo la concentración de nutrientes en los ratones del laboratorio, vieron que los lípidos (colesterol) subían en la dieta citogénica y bajaban en la hipocalórica. Fue una pista.

Si reduces los lípidos frenas el crecimiento porque las células necesitan los lípidos para construir sus membranas.

¿se puede hacer dieta si tienes cáncer?

Estos son datos preliminares, se necesitan ensayos clínicos en humanos antes de poder recomendar una dieta hipocalórica a pacientes con cáncer”, nos advierte la doctora Jiménez.

Los propios investigadores remarcan que no buscan animar a los pacientes a que sigan una dieta hipocalórica. Son conscientes de que el estudio está en primeras fases.

"Hay evidencias de que la dieta puede afectar pero no es ninguna cura", recalcan los investigadores

Hay evidencias de que la dieta puede afectar a la velocidad en la que progresa un tumor, pero no es ninguna cura del cáncer”, recalca el doctor Matthew Vander Heiden, director del estudio.

La portavoz de la SEOM añade cautelas: “Se ha de ser especialmente cuidadosos en cáncer de páncreas, que es uno de los que más se asocia con pérdida de peso, de apetito y consunción y por tanto, con un déficit de nutrientes”.

¿Cuál es el siguiente paso?

Además de ensayar con ratones, los investigadores comprobaron los análisis de varios pacientes con cáncer pancreático.

Encontraron indicios de que según el consumo de grasas la evolución del cáncer era una u otra. De todas formas, admiten que los datos aún no son suficientemente amplios para llegar a conclusiones.

  • El propósito de nuestros estudios no es necesariamente recomendar una dieta sino comprender el mecanismo biológico subyacente”, aclaran los investigadores.

El siguiente paso es analizar diferentes tipos de grasas (animales y vegetales), monoinsaturadas (aceite de oliva, por ejemplo) y polinsaturadas (pescado azul) y ver cómo reaccionan los tumores.

Mucha investigación por delante. Hay que ser optimistas pero también realistas.

Por tanto, "la dieta es fundamental en la prevención del cáncer y es más dudoso su papel en personas que ya tienen cáncer”, concluye la doctora.