Las verduras de hoja verde son ricas en vitamina K, que favorecen la coagulación de la sangre.
Según la Fundación Española del Corazón (FEC), la formación de coágulos es un mecanismo complejo que tiene como finalidad prevenir el sangrado tras sufrir un daño.
Sin embargo, en ocasiones este proceso puede acabar en un infarto, un ictus o en la formación de coágulos en las venas o dentro de las aurículas del corazón. En estos casos, la administración de fármacos anticoagulantes es fundamental.
¿Qué son los anticoagulantes?
Los anticoagulantes, como su propio nombre indica, son medicamentos que impiden la coagulación de la sangre, evitando por tanto la formación de coágulos o impidiendo su crecimiento y favoreciendo su disolución (desaparición) en caso de que ya se hayan formado.
Las personas que está siguiendo un tratamiento con este tipo de fármacos deberían tener en cuenta que ciertos alimentos y medicamentos pueden interferir en su eficacia, con el peligro que eso conlleva para su salud.
El doctor José Luis Palma, vicepresidente de la FEC, nos ha ayudado a recopilar algunos de los alimentos y fármacos cuyo consumo debemos controlar en el día a día.
¿Qué son los anticoagulantes directos?
Los nuevos fármacos anticoagulantes, denominados anticoagulantes directos, a diferencia del Sintrom –cuyo efecto varía mucho de un paciente a otro–, tienen una acción mucho más previsible gracias a su mecanismo de acción.
- Los clásicos actúan directamente sobre la vitamina K, impidiendo que produzca proteínas que favorecen la coagulación. En cambio, en la efectividad de estos nuevos medicamentos no interfiere lo que comamos, y su efecto es más estable.