Los porridges están muy de moda últimamente, y su apariencia recuerda mucho a la de nuestras gachas de toda la vida, que se elaboran cociendo harina en leche y añadiendo, posteriormente, azúcar y pan.
- En el porridge, de origen británico, se sustituye la harina por copos de avena, y el pan por frutas troceadas. Aunque también hay variantes con otros ingredientes, como la quinoa.
- Es una opción de desayuno muy equilibrada, saciante, energética y digestiva.
Cómo se prepara un buen porridge
Para conseguir una buena textura, mezcla 1 litro de líquido (500 ml de agua, y 500 ml de leche o bebida vegetal) con 200 g de copos finos de avena.
- Añade una pizca de sal y ponlo a calentar en un cazo, removiendo constantemente.
- Cuando empiece a hervir, baja el fuego y retira cuando tenga la consistencia que deseas. Piensa que cuanto más tiempo esté al fuego, más espeso quedará.
- Deja reposar, bien tapado, unos 5 minutos.
- Sirve el porridge en un bol, y añade las frutas o toppings que desees.
Otra opción: dejarlo listo por la noche, en frío
Si te levantas con el tiempo justo, puedes mezclar los copos de avena con la bebida y el agua por la noche y dejar que el porridge repose en la nevera. Los copos se hidratarán y, por la mañana, ya estarán blanditos y listos para incorporar las frutas.
- Puedes calentarlos o tomarlos fríos, como prefieras.
Si nunca has preparado un porridge, las siguientes ideas pueden servirte para empezar a elaborarlos y a disfrutarlos en tus desayunos.