La apnea obstructiva del sueño afecta a más del 20% de la población, pero se estima que hay muchos casos sin diagnosticar porque es un proceso costoso y complejo.
Hay que estudiar el sueño del afectado durante la noche mediante una prueba llamada polisomnografía, lo que implica personal especializado y dormir en el hospital.
Pero la engorrosa polisomnografía puede tener los días contados: investigadores del CIBERES, del IRBLleida y de la Universidad de Lleida han descubierto biomarcadores en la sangre de pacientes sospechosos de sufrir apnea del sueño
El hallazgo abre la puerta a poder diagnosticar la apnea del sueño con un simple análisis de sangre.
Apnea obstructiva del sueño
La apnea obstructiva del sueño es una enfermedad respiratoria en la que la respiración se interrumpe durante el sueño.
- Provoca fuertes ronquidos que suelen estar interrumpidos por períodos de silencio (apneas que duran entre 10 segundos y un minuto) y que finalizan con un ruido fuerte, como de ahogo o gemido, acompañado de movimientos corporales bruscos y despertares.
Los afectados sufren somnolencia y fatiga durante el día porque el sueño no ha sido reparador.
La apnea también provoca cambios en la presión sanguínea y aumenta el riesgo de hipertensión. De hecho, las personas que la sufren también tienen más riesgo de eventos cardiovasculares como arritmias o infartos.
Cómo se detecta la apnea
Hasta ahora, el estudio del sueño es el método de referencia para detectarla.
Se trata de pruebas en las que se registran una serie de señales a lo largo de todo el sueño y para ello se conectan sensores en diferentes zonas del cuerpo.
Se analizan variables como la respiración, la oxigenación, la frecuencia cardiaca, los movimientos de piernas y ojos, la actividad cerebral, la posición corporal, el ronquido... Puede realizarse de dos formas:
- La polisomnografía hospitalaria tiene la ventaja de que se colocan muchos más sensores y ofrece más información, pero implica dormir en el hospital. Es una prueba más costosa que requiere personal especializado y normalmente se reserva a aquellos casos en que la poligrafía respiratoria no ha sido concluyente.
- La poligrafía respiratoria se realiza con un equipo portátil en el domicilio del paciente. Utiliza menos sensores y registra menos variables, pero es más cómodo para el afectado y también más económica.
Pues bien, tanto una prueba como otra podrían tener los días contados y sería más fácil el diagnóstico de esta enfermedad tan común.
la huella de la apnea en la sangre
Para dar con esos biomarcadores (sustancias o moléculas en sangre) que pueden alertar de apnea, los investigadores estudiaron los casos 206 pacientes de entre 18 y 60 años que fueron remitidos a una Unidad de Sueño por sospecha de apnea.
Analizaron los metabolitos (sustancias producidas por la digestión u otros procesos químicos corporales) que circulaban en la sangre de los participantes con el objetivo de encontrar marcadores biológicos que ayuden a detectar la enfermedad.
En paralelo, también evaluaron los cambios que se producían en todas estas sustancias después de la aplicación del tratamiento con CPAP (presión positiva continua en las vías respiratorias), que es el tratamiento estándar para la apnea del sueño.
El CPAP es un equipo que se utiliza mientras la persona duerme para evitar las paradas respiratorias.
- Al analizar los resultados, los investigadores detectaron 33 metabolitos, principalmente lípidos y ácidos biliares, que son habituales en pacientes con apnea.
- Y en concreto detectaron 4 que proporcionaron una precisión del 98% para la detección de la apnea del sueño.
- Al analizar el efecto del tratamiento CPAP en los enfermos, se vio que mejoraban 5 de los metabolitos alterados por la apnea.
El hallazgo es de suma relevancia porque se ha descubierto la huella molecular que deja la apnea en el torrente sanguíneo.
Y ofrecer información muy valiosa para detectar la enfermedad con una simple análisis de sangre en un futuro.