El paracetamol es para adultos y niños pero tiene efectos secundarios, como cualquier otro medicamento.
El paracetamol es, sin duda, el analgésico más vendido del mundo. Lo tenemos siempre a mano: en el botiquín de casa, en el trabajo, en el bolso...
Además, es muy común encontrarlo combinado con analgésicos como el tramadol y suele formar parte de las fórmulas que se comercializan para procesos gripales y catarrales, donde se halla combinado con antitusivos para la tos, antihistamínicos o descongestionantes nasales.
Es adecuado tanto para adultos como para niños (en la dosis adecuada) pero tenemos la falsa creencia de que no tiene ninguna contraindicación.
Sin embargo, como todos los fármacos, debe tomarse con cautela, por más "inofensivo" que nos parezca. Raquel Martínez, Secretaria General del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, nos explica en qué casos conviene, la forma adecuada de tomarlo y cuando está desaconsejado.
no es un antiinflamatorio
El paracetamol es un fármaco que actúa en la parte del cerebro que regula el umbral del dolor y la temperatura del cuerpo. Por ello tiene una acción:
- Antipirética o antitérmica, con lo que reduce la fiebre.
- Analgésica, de forma que ayuda a aliviar el dolor.
Sin embargo, contrariamente a lo que pueda creerse, no tiene absolutamente ningún efecto antiinflamatorio como lo puede tener el ibuprofeno.
cuándo tomar paracetamol
Este fármaco es ideal básicamente en dos supuestos:
- Para los procesos catarrales o gripales cuando cursan con fiebre. De hecho en este supuesto es cuando resulta más efectivo.
- Cuando hay dolores leves o moderados: dolor de cabeza, ligero dolor menstrual, dolor dental, molestias musculares poco intensas...
efectos secundarios del paracetamol
Es cierto que el paracetamol no es agresivo con la mucosa gástrica como sí ocurre con otros antiinflamatorios, sin embargo hay que tomar precauciones en determinados casos. La razón, tal y como explica la farmacéutica Raquel Martínez, es la siguiente:
- Este fármaco se metaboliza por el hígado, por lo que si existe alguna insuficiencia hepática, cirrosis, hígado graso o algún otro problema relacionado con este órgano hay que tener mucho cuidado ya que puede haber toxicidad si se toma paracetamol en dosis altas.
Por eso, aunque es un medicamento que puede consumirse sin receta médica, siempre hay que consultarlo con un profesional, ya sea médico o farmacéutico. Ellos valorarán lo que más nos conviene en función de nuestro caso teniendo en cuenta algún otro trastorno que suframos, otros fármacos que estemos tomando...
- Y hay que ser especialmente cauteloso con las personas mayores, ya que en estos casos el hígado puede sufrir cierta insuficiencia como consecuencia del envejecimiento.
Interacciones con otros fármacos
La lista es larga y siempre debe ser un profesional el que dé el último consejo porque si se controlan las dosis de los dos fármacos no suele haber problema. Pero en líneas generales el paracetamol no combina bien con:
- Los anticoagulantes: pueden aumentar el efecto del anticoagulante en dosis altas.
- Ciertos antibióticos que también se metabolizan por el hígado, por lo que puede generar toxicidad. También puede ocurrir con las estatinas, aunque si se toman bajo control médico seguramente la persona no tendrá ningún problema.
- Los diuréticos. El paracetamol puede reducir su efecto.
Y cuidado si además de paracetamol tomas algún medicamento para la gripe o el resfriado. Estas fórmulas ya suelen incluir paracetamol, por tanto es fácil que te estés excediendo en la dosis.
la dosis que hay que tomar de paracetamol
El paracetamol se presenta en dosis de 500 mg, 650 mg y 1 g.
Raquel Martínez remarca que es muy importante usar la dosis mínima que sea efectiva.
- Si con 500 mg cada 8 horas encuentras mejoría no tienes porqué tomar dosis más altas. "El problema –asegura la farmacéutica– es que mucha gente viene a la farmacia y te pide directamente la dosis de 1 g porque cree que la de 500 mg no le va a hacer nada. Tendemos a vanalizar este fármaco y no debería ser así".
Por eso lo aconsejable es empezar por las dosis más bajas (la de 500 mg cada 6 u 8 horas) e ir aumentando si es necesario.
- De hecho, dosis de 650 mg deberían tomarse solo bajo prescripción médica, asegura Raquel Martínez.
Y hay que recordar que la dosis máxima al día es de 3 g. Si se supera esta cantidad puede haber toxicidad que puede ir acompaña de malestar general. Solo en casos graves de toxicidad del hígado la mucosa del ojo puede volverse amarillenta o puede haber ictericia (piel amarilla).