Descubrir que tus niveles de plaquetas están altos puede despertar inquietud cuando revisas los resultados de tu analítica. Pero... ¿sospechas qué puede haber detrás? Probablemente no.
Así como en el caso del colesterol o la glucosa puedes saber o al menos intuir sus implicaciones, en el caso de unas plaquetas altas la mayoría de pacientes acuden desorientados a la consulta del hematólogo, o piensan directamente en algún problema de la médula ósea.
Para salir de dudas y darte pistas hablamos con el Dr. Carles Besses, Jefe del Servicio de Hematología del Hospital del Mar de Barcelona.
Qué función tienen las plaquetas
Llamadas también trombocitos, las plaquetas son pequeños fragmentos de células que resultan claves para la coagulación sanguínea cuando se produce una herida, ya que son las responsables de cerrar los vasos sanguíneos para reducir el sangrado.
Los niveles normales de plaquetas oscilan entre 150.000 y 450.000 mm3. Cuando están por encima de este valor se denomina trombocitosis y esta condición, dependiendo de la causa que la produce, puede favorecer la formación de trombos en las arterias. Pero, tal y como afirma el Dr. Besses, no hay que alarmarse de antemano porque esto, insistimos, solo ocurre cuando la trombocitosis pasa por unas causas concretas.
Por eso, ante unos niveles alterados de plaquetas, el consejo es acudir al hematólogo para que estudie la causa y tratar el origen de ese desajuste.
Qué eleva los niveles
El Dr. Besses afirma que la lista de causas que pueden elevar el nivel de plaquetas en sangre es muy larga, pero lo primero que descarta el hematólogo es que no se trate de una anemia ferropénica o de un proceso inflamatorio, que suele ser lo más habitual.
Anemia ferropénica
Unas plaquetas altas pueden estar provocadas por un descenso de los depósitos de hierro en sangre, lo que se conoce como ferropenia, o por una anemia ferropénica, es decir, cuando la falta persistente de hierro es el causante de la anemia. Es relativamente frecuente que delante de estas 2 situaciones la cifra de plaquetas aumente.
Por tanto, en los análisis debe solicitarse la ferritina como indicador de los depósitos de hierro y un hemograma que nos indicará si existe anemia.
La falta de hierro puede estar provocada por varias situaciones:
- Si se trata de una mujer en edad fértil, lo más común es que las menstruaciones abundantes hagan descender los niveles de hierro y, en consecuencia, aumenten de las plaquetas.
- En el caso de un hombre, una anemia ferropénica también puede ser un indicio de pérdidas de sangre ocultas, una de las primeras señales de un cáncer de colon, aunque puede ser por otras causas.
Enfermedades inflamatorias crónicas
De la misma manera que la falta de hierro dispara las plaquetas, los procesos inflamatorios también las elevan. Por eso enfermedades inflamatorias como la colitis ulcerosa o la artritis reumatoide pueden asociarse a unos niveles aumentados de plaquetas.
¿Y si el problema está en la médula ósea?
El Dr. Besses asegura que una vez descartadas las causas anteriores, el siguiente paso es pensar en todas aquellas situaciones en que la médula ósea produce un exceso de plaquetas, es decir, en las llamadas:
- Enfermedades mieloproliferativas crónicas. Son trastornos de las células madre que producen células sanguíneas, provocados por alguna mutación genética que hace que fabriquen un exceso de plaquetas.
Si el hematólogo sospecha de ello se realizan análisis de sangre específicos para determinar si existen mutaciones genéticas causantes del aumento de plaquetas.
¿las plaquetas altas implican más riesgo de trombosis?
Depende. Las plaquetas son necesarias para la coagulación de la sangre, por tanto hay que pensar que un número alto puede favorecer la formación de coágulos, sin embargo, tal y como afirma el Dr. Besses:
- Si la causa de las plaquetas elevadas es secundaria (falta de hierro, enfermedad inflamatoria) no hay riesgo de problemas vasculares ni de trombosis.
- Pero si el aumento de la cifra de plaquetas es por una enfermedad de la médula ósea, sí existe riesgo de trombosis.
Qué ocurre si están bajas
La disminución de plaquetas (por debajo de 150.000) se denomina trombocitopenia y suele estar provocada también por múltiples causas, pero lo más habitual es que se deba a:
- Infecciones por virus o bacterias. En el momento que se supera la infección se regulan los valores.
- Enfermedades autoinmunes. También reducen el número de plaquetas produciendo una trombocitopenia inmunológica primaria (tu organismo produce anticuerpos que actúan contra las propias plaquetas).
En cuanto a las consecuencias de una plaquetas bajas, los hematólogos consideran que cualquier valor por debajo de 50.000 se asocia con un alto riesgo de hemorragia.
Tumores que "disparan" las plaquetas
- Los cánceres de pulmón, mama u ovario también provocan una trombocitosis (nivel alto de plaquetas). Esto ocurre porque el propio tumor da lugar a un proceso inflamatorio, y ya hemos visto que la inflamación puede aumentar los niveles de estas células sanguíneas.
- De todas maneras, la "pista" para detectarlos no suele ser unas plaquetas altas en una analítica. Normalmente son otro tipo de pruebas (una imagen radiológica del pulmón, una mamografía...) las que determinan el diagnóstico.