La combinación de factores biológicos, psíquicos y sociales determina que suceda un episodio depresivo en mujeres de más de 60 años.
Las mujeres tienen más probabilidades de sufrir depresión a lo largo de su vida que los hombres. Aunque la mayor prevalencia de depresión en la mujer tiene lugar durante su etapa fértil, las mujeres mayores también la sufren más que los hombres.
El Dr. Javier Olivera Pueyo, psiquiatra responsable del Programa de Psicogeriatría del Hospital Universitario San Jorge y del Hospital Provincial Sagrado Corazón de Huesca, explicó cuáles son los factores de riesgo de la depresión en las mujeres a partir de los 65 años en el XX Seminario Lundbeck “Depresión y género, en femenino y plural”, que se celebró el pasado día 27 de mayo en Sitges.
Depresión en personas mayores
Se calcula que entre los hombres mayores de 65 años la prevalencia de depresión se sitúa entre el 5% y el 10%, mientras en las mujeres de este mismo grupo de edad es el doble, entre el 15% y el 20%.
En las personas mayores de 75 años, las cifras aumentan: el 22,8% de los hombres y el 40,3 de las mujeres presentan síntomas depresivos.
La diferencia en las cifras entre hombres y mujeres se reduce a partir de los 85 años.
En lo que respecta al suicidio, la consecuencia más fatal de la depresión, las cifras son más altas en los hombres que en mujeres en todas las franjas de edad, pero la diferencia es aún más grande en las personas mayores, especialmente a partir de los 70 años.
Sin embargo, se producen más tentativas de suicidio entre ellas.
Abordar la depresión es fundamental porque, como recuerda el Dr. Olivera, aumenta el riesgo de sufrir otras patologías como enfermedades del corazón, diabetes, cáncer, obesidad, deterioro cognitivo, así como la discapacidad y la mortalidad.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
La combinación de factores biológicos, psíquicos y sociales (lo que se denomina modelo biopsicosocial) determina en gran parte que suceda un episodio depresivo, .
Entre los factores biológicos, es importante la fluctuación hormonal, especialmente en la perimenopausia y en la postmenopausia, ya que el descenso de estrógenos se puede asociar con depresión pues afecta a la memoria y aumenta el deterioro cognitivo.
La depresión también se asocia a las enfermedades físicas, el deterioro cognitivo y las enfermedades neurodegenerativas más frecuentes en esta franja de edad, como el Alzheimer y otras demencias, las patologías cerebrovasculares, o la enfermedad de Parkinson, así como factores como el dolor y la discapacidad funcional.
Entre los factores psíquicos hay que destacar algunas situaciones que se dan en esta etapa como los procesos de duelo (especialmente de un hijo), la soledad o el empeoramiento del autoconcepto y la autoimagen.
- “El duelo por la muerte de un hijo se considera el acontecimiento vital más estresante para una persona mayor”, explica el Dr. Olivera, que también es secretario de la Sociedad Española de Psicogeriatría (SEPG).
Tampoco hay que olvidar factores sociales como el ageismo o edadismo (discriminación por la edad) o los problemas económicos, que en muchos casos son más graves en las mujeres porque no estuvieron aseguradas y no cobran una pensión o esta es muy reducida, algo que hace que su dependencia económica sea mayor.
El papel de cuidadora, que normalmente recae en las mujeres, comporta un elevado riesgo de sobrecarga que también puede derivar en síntomas depresivos.
Casi el 80% de “los” cuidadores son mujeres y, de ellas, el 40% tienen más de 60 años, de acuerdo con el informe “El Cuidador en España. Contexto actual y perspectivas de futuro. Propuestas de intervención”.
Además, a menudo las mujeres mayores, al no haber podido trabajar fuera de casa y haber restringido su vida social al cuidado de los hijos y la familia, tienen una menor red de amistades, lo que fomenta su aislamiento.
Síntomas de la depresión en mujeres mayores
En las mujeres mayores se manifiestan más los síntomas cognitivos de la depresión como los trastornos de memoria, los problemas de concentración, de atención y razonamiento, con una sensación de embotamiento mental.
“Suelen existir también más síntomas somáticos y corporales, como cansancio, molestias digestivas, estreñimiento, dolores articulares, cefalea y síntomas dolorosos corporales en general”, destaca el psicogeriatra.
“Los síntomas emocionales (tristeza, labilidad, llanto…), aun estando presentes, pueden estar en segundo plano o enmascarados por los síntomas somáticos, físicos y cognitivos”, asegura.
Prevención y tratamiento
El Dr. Olivera destaca como factor protector frente a la depresión el estilo de vida mediterráneo, que no se reduce a la dieta, sino que incorpora elementos como compartir, socializar, el contacto con la naturaleza, realizar actividades placenteras…
Los hábitos saludables y tratamientos no farmacológicos como la biblioterapia, la terapia con mascotas o la jardinería también pueden prevenir y mejorar la depresión de las mujeres mayores.
En cuanto a los tratamientos farmacológicos, el especialista señala que son eficaces y advierte: “en las personas mayores la depresión es global, hay que buscar fármacos que engloben todos los neurotransmisores, con escasos efectos secundarios y con mínimas interacciones”.