Las mentiras y falsas creencias sobre salud que se difunden por internet se están convirtiendo en un grave problema que va en aumento.
“Con la pandemia, los bulos se han disparado. Y eso es porque resultan más atractivos que las noticias reales. Es algo diferente que no aparece en otros sitios”, advierte Carlos Mateos, coordinador del Instituto SaludsinBulos.
Las primeras víctimas de los bulos
Afectan especialmente a los problemas de migraña. Es una patología que no se acaba de entender por los que no la padecen, sobre todo entre la gente joven.
Se extienden consejos que "me han ido bien" sin rigor científico y la automedicación
“A los 14 o 15 años ya empieza y les crea incomprensión. Es duro oír que te dicen que ‘solo’ es un dolor de cabeza”, explica Tania Herera, portavoz de grupo de estudio de cefalea de la Sociedad Española de Enfermería Neurológica (SEDENE).
Ellos, y sobre todo ellas, pues es mayoritariamente un problema femenino, son los que más buscan informarse en redes y también las principales víctimas de las mentiras.
No es un tema menor. Estos bulos tienen consecuencias que perjudican aún más la calidad de vida de la persona:
- Hay retraso en el diagnóstico, pues se consulta más tarde al profesional.
- Uso inadecuado de los tratamientos.
- Se siguen medidas ineficaces e incluso peligrosas para la salud.
Los principales tipos de bulos
Para intentar frenar esta desinformación, se ha puesto una campaña de divulgación por parte de la SEDENE. Al mismo tiempo intenta concienciar y aumentar el reconocimiento social de la migraña.
Han detectado varios factores de desinformación:
- Las falsas creencias: como que mejora solo con tener un pensamiento positivo.
- Pseudotratamientos sin ninguna base científica: como que te soplen en el oído ayuda a aliviarla.
- Los consejos sin rigor científico: conocidos que exponen cosas “que me han ido bien” o “que me han ido mal”.
- La automedicación: se compran fármacos de Estados Unidos, a través de internet, sin supervisión médica.
- Las dietas milagrosas. Hay alimentos que perjudican o mejoran la migraña, pero no una dieta que la cure.
- Incomprensión: el desconocimiento hace que otras personas menosprecien la gravedad del problema. Atribuyan a una mala excusa el que los migrañosos no hagan vida normal y no acudan a citas, por ejemplo.
¿Quién y por qué los divulga?
Detrás de estos contenidos hay diversas motivaciones. No todas son con malas intenciones y ese es el problema. Te llegan a través de un familiar o conocido que cree compartir un buen consejo y así se expanden y crece la confianza en lo que dicen.
- Inicialmente, la mayoría de los bulos buscan un beneficio económico.
A veces son para incitar a la compra de un tipo de producto. Es el origen de los pseudotratamientos.
“Otra veces el factor económico no es tan obvio. Lo que hace el bulo es incitar para que entres en una página web, que gana dinero con las visitas”, explica Carlos Mateos.
Algunos ‘influencers’ de moda y belleza dan recomendaciones sin conocimiento, “incluso confundiendo el dolor de cabeza con la migraña”, puntualiza Tania Herrera.
“Es importante que tengan un diagnóstico de un neurólogo y no se dejen llevar por su entorno”, añade la enfermera.
Puede tener consecuencias graves
La migraña es tan invalidante que supone la segunda causa por tiempo de baja por enfermedad en el mundo. La pérdida de calidad de vida es muy grande.
Eso para los jóvenes es un auténtico golpe. “Les mata la juventud. No pueden quedar con amigos”, insiste Herrera.
Por eso encontramos que, sin conocimientos y aislados por la incomprensión de esos amigos y a veces de la familia, buscan soluciones por su cuenta.
- Se gastan mucho dinero en pseduoterapias o medicamentos.
“Vemos muchos casos de pacientes que han empeorado por un exceso de automedicación y que ha obligado al ingreso hospitalario”, advierte.
La banalización de la migraña en redes les hace hasta dudar de su estado.
La migraña se puede tratar
Lo peor es que hoy sabemos que la migraña se puede tratar y hay fórmulas para mejorar la calidad de vida de estas personas.
Pese a ello y a que afecta a un 14% de la población, especialmente a las mujeres, la desinformación sigue ganando batallas.
- Los afectados acuden antes a internet que a su médico.
- Las estadísticas indican que, desde que se empiezan a tener síntomas, de media se tarda seis años en diagnosticar.
Un cómic animado, que se va a distribuir en por redes, es la fórmula para intentar normalizar esta patología. Los creadores, la SEDENE y SaludisinBulos, esperan que así orientar hacia fuentes fiables y concienciar al entorno del que la padece para que le apoyen con criterio.