Nadie discute sus ventajas: nos permite comunicarnos o localizar a alguien en cualquier momento, pedir ayuda en caso de una emergencia, consultar cualquier duda en internet, compartir fotos y risas...
Pero ya hace tiempo que los médicos alertan de que debemos aprender a ponernos unos límites y a hacer un uso responsable del móvil, ya que estar siempre "enganchados" a él puede crear dependencia y perjudicar seriamente nuestra salud.
Deberíamos poner nuestros propios límites en el uso del móvil
En Saber Vivir ya te hemos explicado en otras ocasiones cómo pasar demasiado tiempo con el móvil puede dañar tu vista y tus cervicales. O por qué usarlo por la noche puede dificultar tu descanso. Ahora te contamos los últimos descubrimientos que han hecho los científicos.
produce cambios químicos en el cerebro
¿Podría tener algo en común la dependencia del móvil con otro tipo de adicciones? Esto es lo que han querido averiguar investigadores de la Universidad de Corea del Sur en Seúl. Y al parecer han encontrado la respuesta que sospechaban:
- Estar siempre pendiente del smartphone produce cambios químicos en el cerebro similares a los que provocan otras adicciones.
En el estudio participaron adolescentes, algunos de ellos diagnosticados de adicción a los móviles e internet. Los científicos habían evaluado previamente su nivel de dependencia mediante preguntas sobre cuánto tiempo usaban el móvil, y cómo afectaba a su vida cotidiana, su productividad, sus relaciones sociales, sus emociones y sus patrones de sueño.
Los niveles de un neurotransmisor aumentan en una región del cerebro asociada a la recompensa
Después estudiaron imágenes de sus cerebros obtenidas mediante espectroscopia por resonancia magnética, una técnica utilizada para comprobar las concentraciones de sustancias bioquímicas en el cerebro y otros tejidos.
Y lo que vieron fue que los adolescentes más "enganchados" a sus smartphones mostraban mayores niveles de un neurotransmisor llamado ácido gamma-aminobutírico (GABA) en la corteza cingulada anterior comparado con aquellos jóvenes que hacían un uso moderado de sus teléfonos.
Seguir una terapia cognitiva-conductual para superar la adicción logra revertir este efecto
Además de participar en funciones básicas del organismo, esta zona del cerebro está relacionada con los sistemas de recompensa, control de la inhibición y de los estados del ánimo. Los expertos creen que el uso excesivo del móvil altera por tanto la función de esta área cerebral.
- Los jóvenes que tenían mayor adicción al móvil también tuvieron puntuaciones más altas en las escalas que se utilizan para valorar trastornos como depresión, ansiedad, impulsividad y alteraciones del sueño.
Es decir, que el efecto del móvil en el cerebro puede ser similar al de otras adicciones. Al parecer, el neurotransmisor GABA actúa en las mismas áreas del cerebro que la dopamina, otra sustancia cerebral también vinculada a la adicción.
- Los hallazgos de esta investigación pueden ayudar a prevenir y tratar este tipo de patologías. Y la buena noticia es que en los adolescentes que siguieron una terapia cognitivo-conductual para tratar su adicción los niveles del neurotransmisor GABA volvieron a la normalidad al cabo de 9 semanas.
La adicción al móvil tiene nombre: nomofobia
El nombre procede de la abreviatura de la expresión en inglés "no mobile-phone phobia": nomofobia. Y alude al miedo irracional e incontrolable a estar sin móvil, a olvidárselo en casa, a quedarse sin batería... O sea que, salvando las distancias, vendría a ser una especie de síndrome de abstinencia como el que provocan otras sustancias que crean adicción.
Según un estudio realizado en Reino Unido en 2011, el 53% de las personas sufren ansiedad y otros síntomas si no tienen el móvil. Y en los siete años que han pasado desde entonces, seguramente la cifra habrá subido.
Más de la mitad de la población tiene dependencia del móvil
Si te sientes identificado con algunos de los siguientes síntomas cuando estás sin el móvil, probablemente tengas nomofobia y deberías empezar a poner límites para acabar con esa dependencia:
- Te aseguras varias veces antes de salir de casa de que has cogido el móvil.
- Si te das cuenta después de que no lo tienes, haces todo lo posible por volver para cogerlo.
- Si te lo has olvidado, se te ha acabado la batería o estás fuera de cobertura, sientes ansiedad, irritabilidad, sensación de inseguridad, nerviosismo, taquicardia, dolor de estómago... y no te lo puedes quitar de la cabeza.
- Y cuando tienes el móvil cerca, miras cada dos por tres si te ha entrado algún mensaje.
Peor vida social, peor salud
Paradójicamente el dispositivo que más facilita las comunicaciones también puede conducir al aislamiento de la persona. Según el reciente estudio "Cigna 360 Wellbeing Survey", el 34% de los españoles confiesa que el excesivo uso de smartphones y tablets repercute negativamente en su vida social. Y uno de cada tres asegura que le sería imposible vivir sin su móvil.
Y es que estos dispositivos dificultan la socialización en persona y cara a cara, es decir, fuera de las redes y del mundo online. Abusar de ellos reduce la interacción personal y puede llevar al aislamiento.
Disfrutar con los amigos previene depresión, ansiedad e incluso hipertensión
- Infinidad de investigaciones han demostrado que tener relaciones sociales gratificantes repercute positivamente en la salud, reduciendo el riesgo de sufrir depresión, ansiedad, estrés...
- Incluso, según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte (EE. UU.), las personas que disfrutan de un amplio círculo de amistades tienen la presión arterial más baja y, por lo tanto, menos probabilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular.
- Por el contrario, los investigadores afirman que el aislamiento y la falta de amigos pueden afectar al sistema inmunológico y tener el mismo impacto negativo para la salud que fumar o ser sedentario.