las operaciones de CATARATAs
A partir de los 60 años alrededor del 35% de la población sufre cataratas, porcentaje que se duplica al llegar a los 70. Una enfermedad asociada a la pérdida de visión cuya tratamiento consiste en una sencilla y rápida operación quirúrgica.
Ahora bien, las técnicas empleadas para la extracción de las cataratas han ido evolucionando y perfeccionándose con los años. "En la actualidad, la que está establecida globalmente como de referencia es la facoemuslificación. Ésta consiste en el empleo de energía en forma de ultrasonidos para fracturar, aspirar y retirar la catarata, a través de pequeñas incisiones en el ojo", describe el profesor Luis Fernández-Vega Sanz, director médico del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega.
Los dispositivos que permiten estas maniobras han ido mejorando, buscando siempre operar con técnicas mínimamente invasivas, esto es intentando usar menos cantidad de energía y realizar incisiones más pequeñas posibles.
En esta línea, el láser de femtosegundo supone un avance tecnológico muy relevante en este campo ya que aporta precisión y seguridad a la facoemulsificación.
- De cara al futuro, están desarrollándose tecnologías que permitan la visualización en tres dimensiones (3D) durante las operaciones.
- Un tema importante se refiere a los avances en lentes intraoculares. Al operar a un paciente de catarata o de presbicia (también denominada vista cansada), se le implanta una lente intraocular, que puede ser monofocal o multifocal.
- Dicha lente realiza las funciones de cristalino y por tanto, si el paciente precisa de una multifocal, ésta puede ser bifocal, que cuenta con un foco de lejos y otro de cerca o trifocal, que permite la visión de lejos, intermedia y de cerca. De este modo, los pacientes siempre pueden ver bien de cerca y lejos, sin necesidad de utilizar gafas.
¿Existe algún factor de riesgo en la operación?
En la actualidad, normalmente siempre es posible llevar a cabo una operación habitual de catarata. Sin embargo, existen situaciones raras y extremas que desaconsejan o imposibilitan esta operación: pacientes con ojos sin potencial visual, graves alteraciones corneales que no permiten la visualización durante la cirugía, enfermedades oculares graves que aumentan el riesgo operatorio, etc.
- También existen algunos factores de riesgo intraoperatorios que pueden aumentar la complejidad técnica durante la cirugía, tales como cataratas muy maduras/evolucionadas, cámaras anteriores estrechas, reducido diámetro pupilar, enfermedades oftalmológicas importantes asociadas, operaciones oculares previas, etc.
- No obstante, en la actualidad, gracias a las técnicas quirúrgicas poco invasivas y perfeccionadas y el apoyo de los avances tecnológicos, las cirugías presentan una seguridad y un éxito muy elevados.