¿Últimamente has puesto la letra del WhatsApp a un tamaño más grande porque te costaba leer los mensajes? ¿En el restaurante alejas la carta un poco porque así la ves mejor? ¿Notas que necesitas más luz cuando lees en tu sillón favorito?
- Si has respondido afirmativamente a estas preguntas, y tienes 40 años o más, es muy probable que necesites corregir la vista cansada (que médicamente se conoce como presbicia).
Pero, ante estos síntomas, ¿los españoles tendemos a acudir al oftalmólogo rápidamente para solucionarlo o lo vamos dejando pasar? Es la pregunta que se han hecho los expertos de Multiópticas y que tratan de responder a través de su estudio "Es momento de progresivos".
Gafas: barreras y tabúes
Los datos del sondeo lo dejan claro: 4 de cada 10 españoles se resiste a llevar gafas para corregir su problema de presbicia, y lo hacen sobre todo porque les da pereza ir a hacerse el examen ocular y porque creen que llevar gafas les hará sentirse más mayores de lo que son.
La vista cansada aparece antes de lo que creemos
A pesar de que la mitad de los encuestados considera que la edad media para empezar a usar gafas progresivas se encuentra próxima a los 50 años, en realidad los síntomas de la presbicia pueden empezar a notarse a partir de los 40 años.
- Los problemas para ver de cerca se deben al envejecimiento del cristalino, que va perdiendo elasticidad a medida que cumplimos años.
- Esta lente es la que nos permite enfocar y, al estar más rígida, le cuesta más hacerlo, sobre todo cuando tiene que enfocar de cerca. Por eso, alejar un poco los objetos nos ayuda a verlos mejor.
"Aunque utilizar gafas es una necesidad cada vez más extendida por el aumento de la edad o el uso de las pantallas, llama la atención que aún existan tabúes en el uso de los progresivos", afirma al respecto Carlos Crespo, Director General de Multiópticas.
La presbicia, un problema muy común
Al ser un trastorno asociado al proceso natural de envejecimiento, tener vista cansada es algo habitual. Según el estudio de esta compañía, 2 de cada 3 españoles de entre 40 y 70 años tienen problemas para leer la carta de los restaurantes, y casi un 90% se ha visto en situaciones en las que no veían bien de cerca sin gafas.
Las personas de entre 40 y 49 años son las que más vergüenza sienten al estirar el brazo para ver con claridad la carta del restaurante
- Leer el menú de un restaurante no es la única actividad cotidiana en la que se echan en falta las lentes. Casi un 63% de los encuestados afirma tener problemas de visión al consultar el móvil, y a un 51% le ocurre al trabajar con documentos en el entorno laboral.
Ante este panorama, y a pesar de que casi el 90% de los españoles con problemas de visión se ha planteado llevar gafas, solo el 32% las acaba utilizando.
Cómo se corrige la vista cansada
Lo más habitual es utilizar gafas progresivas, que cuentan con varios focos diferentes en una misma lente y que, por tanto, permiten ver bien tanto de cerca como de lejos sin necesidad de ir cambiando de gafas.
- Son ideales si, además de presbicia, se tiene otro problema a la hora de enfocar los objetos (ya sea miopía, hipermetropía o astigmatismo). Al principio puede costar acostumbrarse a ellas, porque implican mirar por diferentes zonas del cristal en función de si quieres ver de cerca o de lejos, pero al cabo de un tiempo ya se hace de manera natural.
- Otra opción son las lentillas, que también pueden funcionar de una forma similar a las gafas progresivas, enfocando de cerca o de lejos en función de por dónde se mira. Eso sí, al ser el espacio más reducido suele costar más adaptarse a ellas.
Si no tienes problemas para ver de lejos, puedes usar tanto gafas como lentillas monofocales, que únicamente corregirán la vista cansada.
La cirugía es otra posibilidad: actualmente la presbicia se puede operar sustituyendo el cristalino por una lente que enfoca tanto de lejos, como de cerca como a una distancia intermedia.