Nuestro ojo está lleno de vasos sanguíneos diminutos, tan pequeños que muchos de ellos ni los vemos. Se les llama vasos capilares porque son tan o más finos que un cabello. Estamos hablando de grosores inferiores a medio milímetro.
Cuando se rompe uno de estos vasos capilares, la gota de sangre que sale mancha de un modo aparatoso la córnea, el blanco de los ojos. Es lo que se llama una hiposfagma o derrame subconjuntival.
sangre POR DERRAME O INFLAMACIÓN
La aparición de un ojo rojo puede ser por diversos motivos. “Muchas pacientes llaman derrame a lo que es una simple inflamación”, explica la doctora Patricia Pérez, oftalmóloga de la Clínica Baviera.
- Las inflamaciones también hacen que el ojo se ponga rojo. Suele ser una uveítis o conjuntivitis (inflamación de la capa que recubre el interior del ojo) causada por una infección, una alergia o por forzar la vista.
Ese rojo de la conjuntivitis no es sangre: son venitas dilatadas por la irritación. El rojo del derrame sí que es propiamente sangre.
POR QUÉ SE PRODUCE LA HIPOSFAGMA
“Cuando se rompe uno de los capilares en la conjuntiva (en lo blanco del ojo) llama muchísimo la atención, pero es muy poca sangre. Es una gota, y se trata más de un problema estético”, aclara la oftalmóloga.
Al ojo no le afecta para nada ni le quita visión ya que es una mancha externa. De hecho, muchas veces ni te enteras hasta que no te lo dice alguien que te ve. Es meramente un tema estético.
La rotura del vaso sanguíneo puede ser por seis motivos:
- Una subida de tensión arterial. Es el más frecuente. Es por la tensión cardiovascular general. No es por la tensión del ojo, que no tiene nada que ver.
- Un golpe en la cabeza o más concretamente en el ojo.
- Un sobreesfuerzo al hacer ejercicio. Suele estar relacionado también con una subida de la tensión.
- Toser o vomitar. Si has estado tosiendo mucho o vomitando, estos gestos pueden romper una venita. Es el mismo motivo por el que a veces sangras por la nariz. La diferencia es que en la nariz no le damos importancia y en el ojo nos alarmamos.
La tensión arterial y la tensión en del ojo no son lo mismo
- La gente que toma anticoagulantes, como aspirina o sintrom. Uno de los posibles efectos de estos medicamentos es que sangres con más facilidad.
- Venitas frágiles. Hay veces que el médico no encuentra un motivo claro. Es lo que se denomina causa idiopática. Suele ser porque la persona tiene las venas frágiles y se rompen sin motivo.
VIGILA SI OCURRE VARIAS VECES
Si el motivo es por la presión arterial y te pasa de manera recurrente has de consultar con el médico. Pero no con el oftalmólogo, sino con el de cabecera o el cardiólogo. Los hipertensos tienen que tener la tensión bien controlada y un problema ocular como este puede ser una señal de desequilibrio tensional.
Si es por hipertensión y te pasa de manera recurrente has de consultar con el médico
“Igual que lha ocurrido este derrame subconjuntival, podría tener un derrame cerebral, que es también la rotura de una vena, en este caso en el cerebro”, advierte la doctora Pérez.
Por eso, ante un caso aislado no hay que darle más importancia, pero si se repite un par de veces en un trimestre o cuatro veces al año, hay que consultar.
- Este mismo consejo vale para los que se medican con anticoagulantes, porque han tenido trombosis (un coágulo en la sangre) o tienen arritmias. Si sufre varios derrames oculares conviene consultarlo con el cardiólogo para que le modifique la dosis. Igual que ha pasado en el ojo podría tener riesgo de hemorragia cerebral.
Tan malo es tener la sangre demasiado densa, que provoque la trombosis, como demasiado líquida. “Estos derrames son signos. No hay que asustarse, pero si se repiten hay que ver la causa”, añade la especialista.
CÓMO SE TRATA EL DERRAME
Cuando tienes un hiposfagma lo único que puedes hacer es tener paciencia. Es totalmente benigno y por tanto el oftalmólogo se limita a tranquilizar al paciente y recomendarle que se tome la tensión por si es hipertenso. Pero poco más se puede hacer.
Es totalmente benigno y la sangre se reabsorbe en cuestión de días
No hay tratamiento que quite la sangre. El cuerpo reabsorbe él solo este derrame, como en un hematoma. Puede tardar entre una semana y diez días, porque en el ojo la sangre se reabsorbe lentamente. Si es de medio ojo puede alargarse casi un mes.