La medicina de precisión, secuenciar el gen de una persona y los biomarcadores son términos que nos parecen muy técnicos y del futuro.
Quizá te sorprenda saber que son tan presentes que pueden ser la clave para que un cáncer reciba el tratamiento adecuado.
“También el TAC tardó en entrar en el lenguaje corriente y hoy es una palabra de uso común en las pruebas diagnósticas”, explica el doctor Xavier Matías-Guiu, presidente de la Sociedad Española de Anatomía Patológica.
EL PATÓLOGO, EL MÉDICO INVISIBLE
El doctor Matías-Guiu es patólogo, que es una de las especialidades más desconocidas, porque tiene poco trato directo con el paciente.
Sin embargo, su tarea es básica. Se encarga de analizar las muestras de tejido y determinar, por ejemplo, si un tumor es benigno o maligno.
La información del patólogo es clave para la toma de decisiones
Ahora, gracias los biomarcadores, pueden especificar más el tipo de cáncer y afinar el tratamiento para hacerlo personalizado a esa persona.
“Somos el médico invisible. Podemos proponerle opciones terapéuticas que hasta ahora no tenían, pero no lo hemos sabido transmitir bien”, admite el patólogo.
QUÉ SON LOS BIOMARCADORES
Los biomarcadores son sustancias presentes en el cuerpo o que se introducen y que nos permiten detectar una enfermedad o ayudarnos a saber cómo va a evolucionar.
Unos nuevos biomarcadores en la sangre detectan riesgo de cáncer de mama
Biomarcadores hay muchos y algunos conocidos desde hace décadas. Un simple análisis para saber si hay muchas o pocas proteínas es un biomarcador.
Algunos otros ejemplos de biomarcadores:
- Los ya famosos IgG e IgM, los anticuerpos específicos que crean nuestras defensas ante el coronavirus. Son biomarcadores que nos ayudan a detectar la Covid-19.
- El antígeno prostático específico (PSA), una variable que aparece en los análisis de sangre, puede avisar del cáncer de próstata.
LA REVOLUCIÓN DE LOS MARCADORES GENÉTICOS
Precisamente, unos investigadores han anunciado recientemente cinco biomarcadores detectables en un análisis de sangre que pueden indicar el riesgo de padecer cáncer de mama: se trata de unas moléculas, denominadas microRNAs, que se encargan de inactivar algunos genes.
La descodificación del código genético nos ha traído otro tipo de biomarcadores. La falta de un gen o la localización de un gen en un lugar erróneo pueden ser indicios de enfermedad. Por ejemplo:
- La aparición de un tipo de gen (el PR y ER) determina el riesgo que tiene una mujer de padecer cáncer de mama.
Las pruebas genómicas permiten la selección personalizada del tratamiento para algunos pacientes.
CÓMO AFECTA AL TRATAMIENTO DEL CÁNCER
“La identificación de los biomarcadores ha sido una de las grandes revoluciones de la oncología en los últimos 10-15 años y su número está aumentando rápidamente”, explica el doctor Álvaro Rodríguez, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Actualmente, son una herramienta fundamental en la toma de decisiones.
Se aplican ya al cáncer de mamá, ovario, piel y pulmón
La identificación de alteraciones moleculares ha permitido avances muy importantes, sobre todo en cáncer de mama, ovario, piel y pulmón.
El análisis de los biomarcadores genéticos en el diagnóstico permite la individualización de los tratamientos y que las terapias sean más efectivas y con menos efectos secundarios.
UNA CIENCIA AÚN EN DESARROLLO
“Cuando empecé te enseñaban que para el diagnóstico es fundamental la anatomía patológica (ver el estado del paciente). Ahora también tendría que ser obligado el diagnóstico de biomarcadores”, reclama el doctor Antonio González, vocal de la SEOM y jefe de oncología de la clínica Universidad de Navarra.
La medicina personalizada con biomarcadores está aún en una base embrionaria. Se han extendido procedimientos, pero no a todas las comunidades ni a todos los hospitales.
El diagnóstico y tratamiento es una tarea que tendría que involucrar a varios especialistas.
Hace medio siglo se clasificó los tumores en función de tres aspectos:
- Tamaño y órgano.
- Afectación de los ganglios.
- Metástasis a otras zonas.
Hoy ya se sabe que no hay un cáncer de mama o de pulmón, sino muchos subtipos, que requieren tratamientos diferentes.
FALTA INFORMACIÓN AL PACIENTE
Hay desconocimiento entre los profesionales y, por supuesto, también entre los pacientes.
El paciente está en shock y no suele poder analizar bien
“Cuando le llega el diagnóstico el paciente está en estado de shock. Tiene dificultades para asumir el diagnóstico. No digamos oír hablar de tratamientos”, explica Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes de Cáncer.
Dos problemas que se juntan. Porque si el médico no le informa de las opciones de hacerse el análisis genómico y el paciente desconoce esta opción, quizás este obviando un aspecto importante de cara a su tratamiento.