Prótesis de pene: una solución a la disfunción eréctil tras la cirugía de próstata

El implante de prótesis de pene es una alternativa que permite recuperar la erección tras una cirugía radical de próstata cuando otras alternativas de tratamiento no funcionan. El problema es que se desconoce y en ocasiones se banaliza.

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Dr. Agustín Fraile
Dr. Agustín Fraile Poblador

Coordinador de Andrología y Urología Reconstructiva del Hospital Ramón y Cajal

Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

Cirugía después de cáncer de próstata
iStock by Getty Images

El implante de prótesis mamarias tras una mastectomía por cáncer de mama está cada vez más normalizado para evitar el impacto emocional que puede tener en la mujer la pérdida de un pecho.

¿Por qué no recurrir a un implante de prótesis de pene tras una cirugía de cáncer de próstata si hay problemas de erección?

Entre un 25 y un 75% de los hombres que se someten a una prostatectomía radical, la cirugía para extirpar el tumor de próstata, sufrirá disfunción sexual posteriormente.

Algunos pacientes recuperan la erección tras la intervención, pero en otros casos esa funcionalidad se pierde para siempre.

El implante de una prótesis de pene es una opción terapéutica que permite recuperar la erección, pero no suele ofrecerse a todos los pacientes que podrían beneficiarse de ello.

Y es que todavía existen tabús que tienden a ridiculizar la disfunción eréctil en lugar de centrarse en la búsqueda de soluciones.

Secuelas de la prostatectomía radical

El cáncer de próstata es el tumor más diagnosticado en la población masculina. La supervivencia se ha triplicado en los últimos quince años gracias a las campañas de detección precoz pero se habla poco de las secuelas.

La disfunción eréctil es una de las principales consecuencias que sufren los hombres que, debido a un cáncer de próstata, deben someterse a una intervención quirúrgica mediante prostatectomía radical o un tratamiento radioterápico.

  • La prostatectomía radical es la cirugía más habitual cuando el tumor no se ha propagado hacia el exterior de la glándula prostática.
  • El cirujano extirpa toda la glándula prostática y parte del tejido que la rodea, incluyendo las vesículas seminales. Antaño se practicaba con cirugía abierta pero actualmente se realiza mediante laparoscopia.

La disfunción eréctil o falta de erección es, junto con la incontinencia urinaria, una secuela que afecta a entre un 25 y un 75% de los pacientes sometidos a esta cirugía, y a un 55% de los que optan por la radiación.

  • Las erecciones son controladas por dos grupos de nervios situados a ambos lados de la próstata. El cirujano intentará que estos nervios no queden afectados durante la prostatectomía, pero si el tumor está creciendo dentro de ellos o muy cerca tendrá que extirparlos. Si es así, no se podrán tener erecciones.

Un tema tabú

A pesar de que esta secuela afecta a un aspecto muy importante del hombre como es la capacidad sexual, con implicaciones no solo a nivel físico sino también psicológico, este tema se sigue banalizando.

"Es un tema que no se puede seguir escondiendo y que se debe normalizar", explica el Dr. Oscar Gorría, urólogo del Complejo Hospitalario de Navarra.

  • "Al igual que las mujeres que se someten a una mastectomía por un cáncer de mama se les realiza una reconstrucción de la misma mediante una prótesis, en muchos casos incluso en el mismo acto quirúrgico, esto no ocurre en el caso de los hombres con cáncer de próstata, que perderán la capacidad de relacionarse sexualmente con su pareja debido a la mutilación que implica la cirugía de esta patología", subraya.

En su opinión, la colocación de la prótesis de pene debería normalizarse dentro de los servicios sanitarios de las diferentes comunidades autónomas, ya que es una parte más de la funcionalidad de una persona, igual que lo son las prótesis utilizadas en otras patologías.

"Nadie se cuestiona el papel de las prótesis en otras enfermedades, pero en el cáncer de próstata, el implante de la prótesis de pene es un debate que no está encima de la mesa y al que no se le da importancia", concluye.

Candidatos a una prótesis de pene

El Dr. Gorría explica que hay perfiles muy claros que podrían beneficiarse de una prótesis de pene para recuperar las erecciones:

  • Son aquellos que ya sufren una disfunción eréctil moderada o severa y que presentan una mala respuesta a tratamientos orales antes de la cirugía o radioterapia.

El abanico de fármacos utilizados en caso de disfunción eréctil es amplio:

  • Inhibidores de la fosfodiesterasa 5 como el sildenafil (Viagra) pueden ayudar a lograr las erecciones siempre que no estén los nervios de la próstata afectados o extirpados.
  • El Alprostadil es una versión sintética de la prostaglandina, una sustancia que produce el cuerpo y que puede producir erecciones. Se inyecta en la base del pene.

Sin embargo, en un paciente que ya sufre disfunción eréctil antes de la cirugía, las posibilidades de que no responda a la medicación una vez realizada la intervención son muy altas.

  • "No debemos someterle a años de tratamientos ineficaces, años de evolución de la enfermedad, en la que esa falta de flujo sanguíneo o inervación va a hacer que el pene se fibrose, pierda longitud y elasticidad", afirma el Dr. Oscar Gorría.

En este perfil de paciente es cuando estaría indicado realizar una implantación de una prótesis de pene en el mismo acto de la cirugía de próstata.

  • La prótesis de pene no produce cambios ni en el eyaculado, ni en el orgasmo, ni en el grosor o la longitud del pene. Solo afecta a la erección, proporcionando una rigidez que permite la penetración, consiguiendo llevar a cabo una relación sexual completa.

Riesgo de disfunción eréctil

Una vez realizada la cirugía de próstata, la recuperación de la función sexual depende de varios factores.

  • En primer lugar, de la edad del paciente y su capacidad eréctil antes del tratamiento.
  • Pero también depende del estadio del tumor y de la técnica quirúrgica utilizada. Hoy en día es habitual operar mediante laparoscopia e incluso con robots de precisión que preservan las estructuras musculares, vasculares y nerviosas para evitar al máximo las secuelas.

Un 25% de los pacientes vuelven a tener erecciones tras la intervención, en la mayoría de casos requerirán medicación oral o inyecciones aplicadas en el pene, pero muchos otros no lo conseguirán a pesar de estos fármacos.

Falta información

La prótesis de implante de pene es la última opción cuando los fármacos no han funcionado, pero muchas veces el paciente no sabe ni que existe.

"Hay muy poca información al respecto, y el paciente no se siente apoyado ni familiar ni socialmente en su incapacidad, sino más bien todo lo contrario, en muchas ocasiones hasta se ridiculiza", puntualiza el Dr. Gorría.

Basta observar las cifras: el Sistema Nacional de Salud implanta solo unas 700 prótesis de pene al año, pero se diagnostican más de 35.000 cánceres de próstata cada año y en muchos casos se realiza una prostatectomía radical.