Todo lo que puede hacer que tu pulso cambie

¿Sabías que no todo el mundo tiene el mismo número de pulsaciones? Además de la propia naturaleza de la persona hay otros factores que pueden influir en tu pulso.

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cambio pulso
Teresa Romanillos cardiologa
Dra. Teresa Romanillos

Cardióloga y especialista en Medicina Interna

Lo normal es que nuestro corazón lata entre 60 y 100 veces por minuto, pero dentro de este rango pueden haber variaciones. La edad, la actividad que hagas y el momento del día en el que te encuentres son los factores más conocidos que influyen en ello pero hay otros.

Factores internos que alteran el pulso

Determinadas características corporales pueden aumentar o enlentecer el pulso.

  • El peso las acelera. La obesidad puede hacer que las pulsaciones sean un poco más rápidas y que cueste más medir el pulso (porque las arterias son menos superficiales). Pero con un poco de práctica es muy sencillo encontrarlo, sobre todo en la arteria de la muñeca (la radial).
  • ...Y también los nervios. Cuando estás nervioso todo tu organismo se encuentra en alerta, y hay un mayor nivel sanguíneo de las conocidas como hormonas del estrés (catecolaminas), que provocan un aumento en las pulsaciones del corazón.
    Este hecho es mucho más evidente si el estrés es importante, como por ejemplo durante una discusión acalorada.
  • Diferencias entre sexos. Las mujeres, por norma general, tenemos las pulsaciones un poco más altas que los hombres. Al parecer esto es debido a pequeñas diferencias en el sistema nervioso que se encarga de regularlas.
    Paradójicamente se ha comprobado que, durante el ejercicio, el corazón de los hombres aumenta más de pulsaciones y que, después del esfuerzo, se normalizan antes que en las mujeres.

Las mujeres suelen tener las pulsaciones más altas que los hombres

  • La postura puede influir. De pie, el pulso tiende a ser un poco más alto; y si te levantas con rapidez se acelera un momento para que tu cuerpo se adapte al cambio de posición.
    En cambio, si estás acostado tus pulsaciones son más pausadas y notas con más claridad los latidos. También es más probable que percibas algún latido cuando “no toca”.

El entorno también afecta

La temperatura ambiental tiene su influjo en el número de pulsaciones.

  • En ambientes calurosos los vasos sanguíneos se dilatan y perdemos líquidos a través del sudor, lo que provoca un descenso de la presión arterial. Como compensación, aumentan las pulsaciones del corazón para garantizar que el oxígeno y los nutrientes sigan llegando a todas las células del organismo.

Si haces deporte en un día caluroso notarás que tu pulso es más alto

  • Los ambientes fríos, asimismo, provocan un ligero aumento en las pulsaciones y la tensión arterial, debido a que durante el invierno el organismo se activa para mantener su temperatura.
    Si haces ejercicio al aire libre en esas fechas, protégete con prendas confortables que eviten a tu corazón un esfuerzo excesivo.
  • En zonas con mucha polución la atmósfera está más cargada de partículas contaminantes que pueden afectar a las pulsaciones.
    Algunos estudios han demostrado que la contaminación del aire hace que el corazón tenga menos capacidad de aumentar o disminuir sus latidos cuando es necesario, y esto aumenta el riesgo de infarto.

fármacos que alteran tus pulsaciones

Si tienes la costumbre de medir tu pulso de forma regular y notas cambios sin razón aparente, repasa mentalmente si te has tenido que medicar esos días, porque hay fármacos que pueden acabar alterando el ritmo cardiaco.

En algunos casos, como en el de los betabloqueantes, precisamente esto es lo que se pretende para proteger el corazón ante varios trastornos. Pero en otros es un efecto secundario que te conviene conocer.

  • Ciertos antigripales pueden acelerar las pulsaciones debido a que, entre sus componentes, incluyen principios activos con efecto excitante, como la pseudoefedrina (que ayuda a combatir la congestión nasal). Lo mismo ocurre con varios inhaladores usados en el tratamiento del asma.
  • Algunos de los medicamentos usados en la quimioterapia pueden afectar también el ritmo del corazón, pero no es un efecto muy frecuente. Lo habitual es que, debido al tratamiento, lo que se acabe debilitando es el músculo cardiaco, no el ritmo en sí. Las ecografías pueden ayudar a vigilarlo.

En todo caso, ante cualquier cambio extraño que notes en tu pulso y que se repita con cierta frecuencia, acude a tu médico para que valore si esta alteración puede estar indicando algo más.

mejor bajo... que alto

Algunos estudios realizados en personas sanas, así como en pacientes con enfermedades del corazón, muestran que los que tienen las pulsaciones un poco más bajas viven más años.

  • Esta relación también se ha observado en los animales: el corazón de un ratón, que vive entre uno y dos años, late unas 500 veces por minuto; y el de un elefante, que vive unos 60 años, late unas 25 veces por minuto.
  • ¿Y si son demasiado bajas? Si late alrededor de unos 50 latidos por minuto, no te preocupes; es normal, sobre todo si practicas mucho deporte. Acude a tu médico si observas menos de 45 latidos por minuto, y también te mareas o padeces lipotimias.