El síndrome del intestino irritable es un trastorno de tipo funcional, es decir, que afecta solo al funcionamiento del intestino. Eso significa que no hay una causa orgánica que lo provoque ni tampoco un fallo en la estructura de este órgano. De todos modos, se cree que puede tener un carácter hereditario. En algunos casos también aparece tras una diarrea infecciosa (gastroenteritis).
Y aunque los alimentos por sí solos no provocan síndrome de intestino irritable, pueden agravar o desencadenar los síntomas. En algunas personas, las molestias aparecen sin una causa concreta, pero también pueden surgir tras una comida rica en grasas. Los lácteos, el café, las bebidas carbonatadas, el chocolate o el alcohol también pueden ocasionar molestias.
Por otro lado, la ansiedad y el estrés no son la causa del síndrome, sin embargo sí pueden intensificarlo, ya que cuando te acechan los nervios, tu sensibilidad es mayor y percibes con más intensidad las molestias.