Sí, es importante ser prudente. En los pacientes diabéticos están aumentados los riesgos asociados a procedimientos quirúrgicos bucodentales, como la extracción o la colocación de un implante.
Toda cirugía va ligada a la posibilidad de que aparezcan una hemorragia, una infección o un retraso de la cicatrización. Y en los pacientes con diabetes no controlada, estos riesgos son mayores.
- Por eso, es fundamental informar al dentista de que se tiene esta patología.
Si la diabetes no está bien controlada, es muy posible que, antes de someterlo a una intervención bucodental, el dentista solicite que el paciente consulte con su médico. Este indicará si puede realizarse el tratamiento o si es preferible esperar para estabilizar los niveles de glucosa del todo.
Además, después de cualquier tipo de intervención en una persona que tiene una diabetes que no está bien controlada, es muy probable que el dentista quiera verla de nuevo al cabo de unos días para realizar un seguimiento.
Y en general, tanto si se tienen controlados los niveles de glucosa como si no, deben extremarse las medidas de higiene bucodental para disminuir las complicaciones.