El vitíligo o leucodemia es una anomalía de la piel que hace que se pierda en algunas zonas la melanina, que es la que le da su color.
El resultado es la aparición de manchas o zonas extensas de la piel totalmente blancas.
En realidad es un problema bastante extendido. Se calcula que una de cada cien personas la padece en mayor o menor grado.
NO es peligroso para la piel
Más allá del tema estético, la realidad es que no supone ningún problema de salud, ya que no hay otras reacciones adversas en la piel ni el organismo por sufrir vitíligo.
Lo que sí es cierto es que visualmente puede ser muy llamativo y no se puede limitar su repercusión, porque hay personas que psicológicamente se ven muy afectadas.
El caso mediático de la modelo Winnie Harlow, lo convirtió en seña de identidad, y ayudó a normalizar el vitíligo socialmente.
“Fue una gran ayuda, porque es cierto que hay personas, sobre todo de piel oscura, que padecen cuando la gente se les queda mirando o se creen que es una enfermedad contagiosa”, explica la doctora Rosa Taberner, de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
¿POR QUÉ APARECE EL VITÍLIGO?
La pregunta no es tanto por qué aparece sino por qué desaparece el color natural de la piel. El vitíligo se produce porque desaparecen las células que aportan el pigmento a la piel.
El origen no está claro. La teoría más extendida lo relaciona con un problema del sistema inmunitario. Nuestras defensas confunden las células de melanina con enemigos y las eliminan.
Varios factores avalan esta teoría. Se dan más casos entre personas con diabetes o problemas de tiroides y otras enfermedades relacionadas con el sistema inmunológico.
También tiene un factor hereditario, pues se ve con frecuencia entre miembros de una misma familia.
¿EMPEORA EN VERANO?
En realidad no es que el verano le afecte especialmente, lo que pasa es que se ve más: “como mucho, al oscurecerse el resto de la piel se hace más evidente”, recuerda la doctora Taberner.
Y, claro está, al haber perdido la pigmentación (la protección natural del cuerpo) es más probable que la zona de piel afectada se queme y esa parte de la piel se vea en un tono rosado.
Por eso es importante no dejar que te dé el sol y poner protección muy altaen la zona de las manchas. “Tampoco estas personas tienen más riesgo de cáncer que el resto”, añade la dermatóloga.
Curiosamente puede ocurrir lo contrario. En los pacientes con tratamiento por un melanoma, un cáncer de piel, el hecho de que aparezcan manchas de vitíligo es una buena señal de que el tratamiento está haciendo efecto.
¿el vítiligo tiene tratamiento?
El vitíligo hoy por hoy no tiene cura efectiva. Hay varios tratamientos, pero poco eficaces o con demasiados efectos secundarios.
“Los dermatólogos ponemos en la balanza riesgos y beneficios. El vitíligo no supone riesgos para la salud, por lo que nos cuesta recetar tratamientos que sí pueden resultar perjudiciales”, aclara la doctora.
Entre los que pueden ofrecer alguna mejora están:
- La fototerapia: el tratamiento con rayos ultravioleta mejora algo el aspecto ya que aumenta la sensibilidad de la piel. Se recomienda en casos en que se ha extendido por todo el cuerpo de manera muy llamativa.
- Cirugía: se colocan implantes de piel de otras partes del cuerpo en zonas más visibles.
Hay otros tratamientos, como corticoides, cuyos efectos secundarios, los hacen no recomendables y otros cuyo coste los hacen inviables. “Hay varias vías de investigación prometedoras abiertas, es un problema muy extendido y la industria no ha dejado de investigar”, explica la dermatóloga.
¿POR QUÉ SE EXTIENDE MÁS?
No se puede saber si las manchas se pararán o irán a más. Depende de cada persona.
Sí hay algunos hechos comprobados. El vitíligo aparece con mayor frecuencia en gente joven y suele tener un nuevo repunte a partir de los 50 años.
Las fases en que la persona vive momentos de estrés pueden ser también un desencadenante de que crezcan las manchas.
La forma de las manchas suele ser simétrica, aunque no es una norma. Tampoco hay una zona descartable en donde no aparezcan. Suele ser más habituales en zonas expuestas al sol, que es además donde resultan más visibles. Pero también aparecen en pliegues como las ingles, las axilas o incluso en los genitales.