Preguntas y respuestas sobre los quistes y miomas

¿Cuándo hay que tratar un mioma? ¿Qué pasa si tengo un quiste en el ovario?... Nuestros expertos responden a las principales dudas sobre lo quistes en el ovario y la vagina y los miomas.

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Dr. Palacios
Dr. Santiago Palacios

Ginecólogo

¿Los quistes en el ovario pueden ser peligrosos?

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Normalmente no. Los quistes ováricos son pequeños bultos formados de líquido que se desarrollan en el ovario o sobre él. Suelen aparecer como resultado de la ovulación, y lo más habitual es que desaparezcan espontáneamente en un periodo de 1 a 3 meses: se les llama quistes ováricos “funcionales”.

Estos suelen ser más comunes durante la edad fértil, sobre todo durante la pubertad o en la menopausia. Ocurre porque es precisamente durante estos periodos de la vida cuando se dan más alteraciones hormonales que suelen ser las causantes de su aparición.

Existen otros tipos de quiste de ovario que sí pueden causar problemas y necesitan ser tratados. Lo más grave es que el quiste sea canceroso.

Por eso a veces, cuando aparece uno, aunque sea de tipo funcional, el médico desea controlarlo para comprobar que ese bulto haya disminuido o desaparecido.

En el momento en que el ginecólogo detecta un bultito en el ovario (mediante una ecografía), lo que hace es repetir la prueba al cabo de un tiempo (en 1 o 2 meses) para ver cómo evoluciona.

Si el quiste persiste y el médico sospecha que pudiera ser un tumor cancerígeno (por su tamaño o estructura), entonces realiza más pruebas de imagen y análisis de sangre que sirven para “catalogarlo”. En muy pocos casos el quiste resulta ser un bulto maligno.

Si un quiste en el ovario no desaparece, ¿siempre es necesario eliminarlo?

El bulto puede no desaparecer y, sin embargo, ser benigno, con lo que no siempre debe eliminarse. El tratamiento depende de la edad, de tener o no reglas, del tamaño del quiste, del aspecto y de los síntomas. Lo habitual durante la edad fértil es que los quistes sean benignos, con lo que, si no se trata de un bulto “sospechoso”, lo que hace el ginecólogo es seguir controlándolo cada 6 meses o un año.

Si existe la mínima sospecha de que pueda tratarse de un tumor maligno, no desaparece después de varios ciclos menstruales, si aumenta de tamaño, si su aspecto en la ecografía no es el de un quiste funcional, o si provoca alguna molestia, el médico puede recomendar extirparlo.

Hay diferentes formas de extirpar los quistes. Si es pequeño se puede quitar por laparoscopia, introduciendo un tubito a través de un pequeño corte que se realiza en la zona del ombligo o realizando pequeñas incisiones en la línea de vello púbico. Si el quiste es grande o “sospechoso“ se suele optar por una laparotomía (se realiza una incisión más grande para extraer el quiste).

En caso de tener un quiste benigno en el ovario, ¿cada cuánto hay que hacer revisiones?

Una vez se ha descartado que el quiste en el ovario sea maligno y se ha desestimado la cirugía, lo ideal es hacer una revisión al cabo de unos 3-6 meses.

En ese primer control se valora su comportamiento (si varía el tamaño o sus características, si aparece otro quiste en el otro ovario o líquido en el abdomen) y cómo se encuentra la paciente.

Si sigue igual, se puede hacer un segundo control para confirmar que no hay cambios, o bien espaciar las visitas a, por ejemplo, un año: si el quiste se ha mantenido igual durante todo el seguimiento y la paciente se ha encontrado bien, lo más probable es que siga sin cambiar y nunca dé problemas. Este debe ser tu caso.

No obstante, si tienes hinchazón o dolor abdominal intenso, sensación de estreñimiento no habitual o notas cambios a la hora de orinar (vas muy seguido, no te quedas satisfecha, etc.) conviene que consultes de nuevo con tu ginecólogo.

Cuándo se debe eliminar un quiste vaginal (quiste de Bartolino)

Se interviene en los casos en los que el quiste es igual o superior a 5 cm y siempre que la mujer tenga síntomas: dolor habitual, al sentarse o en las relaciones sexuales.

En los casos agudos (bartolinitis) se prescriben fármacos (antibióticos, antiinflamatorios), aunque si no hay respuesta puede ser necesario un drenaje quirúrgico.

El proceso de bartolinitis aguda se puede repetir mientras la glándula exista. Para extirpar la glándula, no tiene que haber infección, no puede estar en fase aguda.

¿Cuándo se trata un mioma?

Los miomas son proliferaciones de músculo liso y tejido conectivo situadas en el útero y son la tumoración benigna más frecuente en la mujer, hasta un 20-40% tiene alguno.

Solo se tratan los miomas que producen síntomas en la mujer (un 50 %) porque son tumores benignos que nunca malignizan. Lo principal es saber su tamaño y dónde están situados, ya que de ello depende que causen o no síntomas:

  • Los más internos (submucosos) y los que afectan todas las capas (transmurales) suelen darlos con frecuencia, principalmente sangrado anormal (continuo, regla muy abundante...).
  • Los que se sitúan en la parte central del útero (intramurales) y los más externos (subserosos) pueden dar síntomas cuando son de gran tamaño al comprimir órganos vecinos: presión en la vejiga, en el recto, sensación de peso en el bajo vientre...
  • Hay muchos miomas que por ser pequeños y/o estar situados lejos de a capa interna del útero (endometrio) no producen síntomas. En estos casos, hay que ir observándolos.

En algunos casos se pueden tratar con medicamentos que disminuyen el sangrado y el tamaño del mioma. En otras ocasiones, será necesaria la cirugía.