Son muchos los estudios que sugieren que una dieta saludable como la mediterránea y hacer ejercicio protege de enfermedades y alarga la vida. Una correcta hidratación también es vital para la salud pero no se ha estudiado tanto el efecto protector que tiene beber suficiente agua sobre el envejecimiento. ¿Viven más las personas que beben dos litros de agua al día? ¿Envejecen más tarde y mejor? ¿Sufren menos enfermedades que se asocian con muerte prematura? Parece ser que sí.
Un estudio realizado por Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de Estado Unidos ha comprobado que las personas que se mantienen bien hidratadas están más sanas y desarrollan menos afecciones crónicas como enfermedades cardíacas y pulmonares.
Beber suficiente agua alarga la vida
Los investigadores analizaron datos de salud de 11.255 adultos recopilados durante un período de 30 años y estudiaron los vínculos entre la concentración de sodio en la orina y varios indicadores de salud. La concentración de sodio en la orina (niveles séricos de sodio) aumenta cuando bebes menos líquidos.
Descubrieron que los adultos con concentraciones de sodio altas tenían más probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas y mostrar signos de envejecimiento biológico avanzado en comparación con aquellas personas que se hidrataban correctamente. También tenían más probabilidades de morir a una edad más temprana.
"Los resultados sugieren que una hidratación adecuada puede retrasar el envejecimiento y prolongar una vida libre de enfermedades", señala Natalia Dmitrieva, autora del estudio.
Marcadores de salud que se relacionan con el envejecimiento
Los investigares evaluaron los principales marcadores de salud, al margen de la edad o el sexo, que se relacionan con el envejecimiento biológico:
- Presión arterial sistólica.
- Colesterol.
- Azúcar en sangre.
- Funcionamiento del sistema cardiovascular, respiratorio, metabólico, renal e inmunológico de cada persona.
- Niveles de inflamación.
- Tabaquismo.
Analizaron la información que los participantes del estudio facilitaron durante cinco visitas médicas: las dos primeras cuando tenían 50 años y las últimas cuando tenían entre 70 y 90 años. El objetivo era analizar cómo la hidratación se relacionaba con esos indicadores de salud que nos hacen envejecer mejor o peor y que pueden causar muerte prematura.
Beber poco y riesgo de enfermedades crónicas
Al observar los resultados, comprobaron que las personas con niveles más altos de sodio en la orina tenían más riesgo de sufrir un envejecimiento biológico más rápido.
- Beber poca agua se asoció con un10-15% más probabilidades de tener un organismo más envejecido que lo que correspondía por la edad cronológica. El riesgo podría a llegar a ser un 50% cuando la hidratación era muy deficiente.
- Beber poco también se relacionó con un 21% más riesgo de muerte prematura.
- Las participantes que bebían poco también tenían más riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular, fibrilación auricular y enfermedad arterial periférica, así como enfermedad pulmonar crónica, diabetes y demencia. Por el contrario, las personas que se hidrataban correctamente tenían menos riesgo de enfermedades crónicas.
¿Cuánta agua hay que beber?
El agua representa el 60% de nuestro peso, por lo que es el componente principal del organismo. A pesar de su importancia, el cuerpo no tiene la capacidad de almacenar agua.
Según señala la Guía de Hidratación, del Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS), cada día perdemos aproximadamente 2 litros de agua al día a través del sudor, la transpiración, la orina y las heces. Así pues, una persona adulta debería tomar unos 2 litros de agua cada 24 horas, que es la cantidad diaria que se pierde.
El consejo es no esperar a tener sed para beber agua sino hacerlo de forma regular porque cuando notas sed es que el cuerpo ya ha perdido un 1% de líquido. Se recomienda beber unos 330 ml de agua cada dos horas, a pequeños sorbos y a una temperatura entre 10 y 15°C para favorecer su absorción.