Probablemente has oído en más de una ocasión que las personas que comen poco viven más. Una afirmación que, hasta ahora, tenía una base científica incompleta.
Numerosos estudios han demostrado que la restricción calórica, entendida como una disminución del 15% en las calorías ingeridas al día, alarga la vida en moscas, ratones, gusanos... Pero no había estudios realizados en humanos.
Ahora, una investigación de la prestigiosa Universidad de Yale confirma que la restricción calórica moderada también tiene un efecto protector en la salud humana.
Cómo se ha hecho el estudio
Este es el primer estudio controlado de restricción calórica que se realiza en personas sanas. Se ha hecho en 200 personas que, al inicio del estudio, siguieron una dieta con una ingesta calórica normal.
Luego, una parte del grupo redujo un 14% las calorías y el resto siguieron comiendo como de costumbre. Durante dos años, los investigadores analizaron los efectos a largo plazo en la salud de la restricción calórica.
"El objetivo general del ensayo clínico era ver si la restricción calórica es tan beneficiosa para los humanos como lo es para los animales de laboratorio. Y en caso de ser así, averiguar por qué provoca esos beneficios en la salud", señala Vishwa Deep Dixit, autor principal del estudio.
Inflamación crónica de bajo grado
Los investigadores sospechaban que comer menos reduce la inflamación crónica de bajo grado en el organismo.
- La inflamación crónica de bajo grado es un mecanismo fisiológico que provoca un aumento de las citoquinas (sustancias inflamatorias) en sangre.
Es uno de los descubrimientos de la ciencia de la última década y se ha asociado a enfermedades cardiovasculares, el cáncer o las patologías neurodegenerativas.
"Sabemos que la inflamación crónica de bajo grado en humanos es un desencadenante importante de muchas enfermedades crónicas y, por lo tanto, tiene un efecto negativo en la duración de la vida", apunta Dixit.
Por tanto, la restricción calórica afectaría de forma positiva al sistema inmunitario, consiguiendo reducir así esa inflamación que nos acaba enfermando y acortando la vida. Pero, ¿cómo lo consigue?
Rejuvenecer el sistema inmunitario
Los investigadores empezaron analizando el timo, una glándula que se encuentra sobre el corazón y produce células T, un tipo de glóbulos blancos que son claves en el sistema inmunológico.
- El timo envejece a un ritmo más rápido que otros órganos. Cuando los adultos sanos llegan a los 40 años, el 70% del timo ya es graso y funciona peor. A medida que envejece, el timo produce menos células T.
"Conforme envejecemos, empezamos a sentir las consecuencias de la falta de nuevas células T porque las que nos quedan no son buenas para combatir nuevos patógenos. Esa es una de las razones por las que las personas mayores enferman más", asegura Dixit.
Para el estudio, el equipo de investigación utilizó imágenes de resonancias magnéticas para determinar si había diferencias entre el timo de los que restringían las calorías y el timo de los que no.
- Descubrieron que las glándulas del timo en los participantes con una ingesta calórica limitada tenían menos grasa y un mayor volumen funcional tras dos años de restricción calórica, lo que significa que estaban produciendo más células T que al inicio del estudio. Esto no ocurrió entre los que no restringieron la ingesta calórica.
"El hecho de que este órgano pueda rejuvenecerse es, desde mi punto de vista, sorprendente porque hay muy poca evidencia de que eso suceda en humanos, que esto sea posible es muy emocionante", concluye Dixit.
Menos grasa, más salud
La restricción calórica también reduce la grasa acumulada en el cuerpo y eso también es positivo para el sistema inmunitario.
Y es que en el tejido adiposo existen unas células inmunes que, cuando se activan en exceso, provocan inflamación.
Los investigadores observaron que, tras dos años de restricción calórica, en los participantes del estudio cambiaba la expresión génica del tejido adiposo y se activaba una proteína que mejora la respuesta metabólica y antiinflamatoria, lo que ayudaba también a reducir el riesgo de enfermedades crónicas y, en definitiva, alargaba la vida.