Cuando hablamos de tratamiento para mejorar los niveles de presión arterial no nos referimos solo a fármacos. Las medidas dietéticas y la actividad física son dos pilares importantísimos para conseguir ese objetivo.
Se considera que hay hipertensión con valores igual o superiores a 140-90 mmHg
La Dra. Nieves Martell, ex presidenta de la SEH-LELHA (Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial) y Responsable del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínico San Carlos de Madrid nos explica qué estrategia se sigue en cada caso.
Si solo tienes la tensión alta...
Y no tienes diabetes, ni colesterol, ni obesidad, es decir, no sufres ningún otro factor de riesgo cardiovascular y, además, tienes menos de 40 años y practicas ejercicio físico regularmente, el médico te prescribirá una dieta específica para hipertensos y con eso bastará. Esto no quiere decir que debas comer absolutamente sin sal, pero:
- Sí conviene que reduzcas el uso del salero en la cocina (por ejemplo, puedes aderezar con especias) y sobre todo limitar los alimentos muy ricos en sodio (aceitunas, embutidos, encurtidos, ahumados y otros procesados, quesos manchegos, salsa de soja...).
En personas sanas solo se plantea la medicación a partir de 150 mmHg de máxima
La Dra. Martell asegura que "si se trata de un paciente de estas características, hasta que realmente no supera los 150 mmHg de presión sistólica no nos planteamos dar medicación sino controlarla con una alimentación adecuada. Es posible que corrigiendo errores dietéticos mejoren los niveles".
Si se suman otros factores de riesgo
Si a la tensión elevada se suma alguno de los factores anteriores (glucosa alta, dislipemia, sobrepeso...) se empieza a dar medicación cuando la máxima supera los 140 mmHg y no se espera a más.
Solo en el caso de pacientes de edad avanzada se empieza a medicar a partir de 150 mmHg de presión sistólica. La razón es que con la edad ya es normal que la máxima vaya subiendo.
Aunque te mediques tienes que cuidar la dieta y hacer ejercicio
Pero, aunque tengas que tomar fármacos, las medidas dietéticas y el ejercicio no deben abandonarse nunca porque son un pilar más del tratamiento.
¿Qué fármacos me van a dar?
El abanico de medicamentos para la hipertensión es muy amplio, pero los médicos suelen recurrir como primera opción a alguno de estos tres: diuréticos (ayudan a los riñones a eliminar el sodio), inhibidores IECA y bloqueadores del calcio (relajan los vasos sanguíneos por diferentes mecanismos).
- Una, dos y hasta tres pastillas. Un 30% de los pacientes se controlan tomando un solo fármaco, un 40% necesitan dos y un 10% requiere tres. Si con tres medicamentos no se consigue bajar la tensión, la Dra. Nieves Martell asegura que hay que realizar un estudio exhaustivo en una unidad especializada para descartar que no sea una hipertensión secundaria (resultado de otra enfermedad).
menos efectos secundarios
La preferencia a la hora de elegir un medicamento u otro depende del paciente.
- Se empieza con un diurético en mujeres menopáusicas porque es una etapa en la que se retienen líquidos, mientras que en hombres en etapa fértil se evita este fármaco (también el betabloqueante, otra familia de antihipertensivos) porque se asocia a disfunción eréctil.
Si el fármaco provoca efectos indeseados no dudes en comentárselo a tu médico
- Los bloqueadores del calcio pueden originar edemas en las piernas, por lo que se evitan en pacientes sensibles a este tipo de medicamentos.
- Por último, los inhibidores IECA dan tos. Si los estás tomando y te ocurre, pueden buscarse otras alternativas.
Tratamientos en caso de hipertensión resistente
Cuando los medicamentos no logran su efecto, existen opciones de mayor envergadura para bajar la tensión.
Denervación renal
Actualmente, la técnica que ha demostrado ser más eficaz cuando resulta imposible reducir la tensión con fármacos es la denervación renal. El Dr. Luis Miguel Ruilope, consultor senior de la Unidad Cardiovascular del Hospital 12 de Octubre de Madrid lideró un estudio pionero a nivel internacional en el que se comprobó que esta opción era efectiva en casos de hipertensión resistente y nos explica que, hoy en día, no ha surgido ninguna otra que la supere.
- Consiste en colocar un catéter, mediante una cirugía mínimamente invasiva, que emite pequeñas descargas (radiofrecuencia de baja intensidad o ultrasonidos) en las arterias renales principales.
- El objetivo de estas descargas es “desactivar” los nervios renales que pasan justo por la pared de estas arterias. El proceso por el que funciona es complejo, pero se ha demostrado que cuando se anulan esos nervios baja la presión arterial sistólica y se mantiene estable durante más de dos años.
- Es un técnica segura, nos dice el Dr. Ruilope, y puede ser una solución en hipertensos que toman hasta 3 medicamentos y no logran controlar la enfermedad, aunque su práctica no está muy extendida en la sanidad pública.
Cirugía bariátrica
- En caso de obesidad, la cirugía bariátrica (contra los kilos de más) ha demostrado su eficacia para reducir la hipertensión, ya que el exceso de peso está relacionado con la tensión alta. Según estudios recientes, un 40% de los pacientes dejan de tener hipertensión un año después de operarse.
Precauciones si te medicas
- Si estás tomando fármacos para la tensión no puedes recurrir a AINEs como el ibuprofeno más de 5 días porque anulan el efecto de tu medicación.
- En su lugar puedes optar por paracetamol o metamizol, que tienen efecto analgésico. También se puede tomar ácido acetilsalicílico en dosis bajas.
- Tampoco te convienen los preparados efervescentes. Llevan muchísima sal, que sube la tensión. La solución es recurrir a otra presentación.