El absceso perianal es una acumulación de pus cerca de la zona anal. Se presenta como un bulto de aspecto inflamatorio rojizo y caliente en el margen del ano.
La causa más habitual por la que se produce esta tumoración, que afecta más a hombres que a mujeres, es por un bloqueo de las glándulas situadas en el interior del canal anal (entre el recto y el ano).
Al producirse la obstrucción de dichas glándulas y no poder drenar su contenido, estas puede sobreinfectarse, acumulándose pues en ellas. Esta acumulación de material purulento da lugar a la formación del absceso.
¿Cuáles son sus síntomas?
En la fase de formación del absceso, los síntomas más habituales son:
- Dolor no muy intenso pero continuo en la zona perianal, que se va haciendo más intenso a medida que el absceso aumenta de tamaño.
- Presencia de un bulto en la zona, generalmente lateralizado, rojizo y caliente y doloroso al tacto.
- Debido a la inflamación puede producirse estreñimiento.
- Las deposiciones pueden ser dolorosas.
- Al tratarse de una infección, en la fase más avanzada puede producir fiebre, escalofríos, cansancio y dolor muscular.
- El absceso puede dar lugar a la formación de una fístula. En este caso se detecta un pequeño orificio en el margen anal por el que emerge el pus.
¿Cómo se diagnostica?
Para su diagnóstico basta con que el especialista conozca los sintomas y observe la zona. Algunas veces puede ser necesario tomar una muestra del material del absceso para realizar un cultivo microbiológico y saber el gérmen que lo ha causado para pautar el tratamiento antibiótico adecuado.
- No se suelen realizar pruebas de imagen, sin embargo, cuando los abscesos se localizan en una situación más profunda dentro del canal anal, sus señales no son tan evidentes por lo que entonces se recomienda la realización de una ecografía endoscópica para identificar la localización de la infección.
Cuál es el tratamiento para un absceso
Algunos abscesos perianales drenan espontáneamente, y, en estos casos, el especialista debe asegurarse que ha salido todo el material purulento. Si el abceso no drena solo se puede necesitar un tratamiento quirúrgico, es decir, habrá que abrirlo lo antes posible para facilitar la salida del pus.
- Este proceso es sencillo, suele ser ambulatorio y con anestesia local si no es muy profundo ni de gran tamaño.
El tratamiento suele ser quirúrgico: se abre el absceso para permitir la salida del pus
Si el bulto es de gran tamaño, entonces se recomienda hacer el drenaje en quirófano con anestesia regional. Una vez drenado se suele colocar una gasa o drenaje en la apertura del absceso para que no se cierre inmediatamente y así vaya saliendo el pus residual.
- La gasa se debe quitar pasados 2 días y si se cae antes, no es necesario colocar otra.
- Una vez vaciado por completo, el absceso se cerrará por sí mismo, aunque tras el drenaje se deben realizar curas que llevarán de 1 a 2 semanas según su tamaño.
Para aliviar el dolor se pueden recomendar antiinflamatorios y depende del tipo de infección el médico puede dejar el tratamiento con antinbióticos por unos días.
Si ha aparecido una fístula el tratamiento quirúrgico es más complejo, porque habrá que localizar su 'trayecto' (es una especie de tunel hacia dentro) y extirparlo, procurando no dañar la musculatura de alrededor. En estos casos, el proceso de recuperación puede ser algo más largo y doloroso.
Causas por la que puede aparecer
La causa más común del absceso perianal, en un 90% de casos, es debido a glándulas obstruidas en la zona anal. Las principales bacterias implicadas en la formación de los abscesos perianales son E. coli, E. faecalis, B. Fragilis y Ps. Aeruginosa.
Hay varios factores que pueden predisponer a que estas glándulas no puedan drenar su contenido, como por ejemplo:
- Aumento del tono del esfínter anal.
- La realización de un edema del canal anal.
- La obstrucción por heces líquidas en caso de diarrea.
- Infección de una fisura anal.
- Infección de transmisión sexual (ITS).
Factores de riesgo
Otras causas que pueden predisponer a la aparición de abscesos perianales son:
- El uso de medicamentos de quimioterapia.
- Diabetes.
- Enfermedad intestinal inflamatoria (enfermedad de Crohn y colitis ulcerativa).
- Tumores anales.
- Traumatismos.
- Radioterapia local.
- Uso de corticoides.
- Sexo anal.
- Tuberculosis.