La grave e insospechada consecuencia de tomar laxantes con frecuencia

Un estudio ha encontrado una relación entre el consumo de laxantes y el riesgo de demencia. Los laxantes alteran el microbioma intestinal, lo que dificultaría la llegada de nutrientes al cerebro y reduciría la producción de neurotransmisores necesarios para una función cognitiva normal.

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El abuso de laxantes osmóticos se asocia con más riesgo de demencia.

Dr. Francisco Marin
Dr. Francisco Marín

Médico de Atención Primaria

Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

Los laxantes son uno de los medicamentos que más se consumen sin supervisión médica, en especial entre las mujeres ya que sufren más estreñimiento que los hombres. Aunque el consejo es tomarlos solo de forma puntual, muchas personas los consumen con regularidad.

La primera consecuencia de habituar el cuerpo a laxantes es que te costará mucho evacuar sin recurrir a ellos porque las terminaciones nerviosas del colon se van adormeciendo y no se generarán las señales que indican al cerebro cuándo es el momento de defecar.

El uso abusivo de laxantes también se relaciona con dolor de barriga, diarrea o gases incontrolables ya que altera la microbiota intestinal. Las diarreas constantes provocan pérdida de electrolitos que aumentan el riesgo de desnutrición, una situación que se agrava si ya sufres algún trastorno que comporta mala absorción de nutrientes, como la enfermedad de Crohn, la intolerancia a la lactosa, la celiaquía, la fibrosis quística o la pancreatitis.

El peligro de los laxantes

Pero más allá de estas consecuencias que afectan al aparato digestivo, abusar de laxantes puede afectar directamente al cerebro y aumentar el riesgo demencia, según un estudio publicado en Neurology, la revista médica de la Academia Americana de Neurología. No quiere decir que los laxantes provoquen directamente demencia, pero los investigadores han visto una asociación entre el consumo de laxantes osmóticos y la demencia.

Tipos de laxantes

Hay básicamente dos tipos de laxantes: los laxantes osmóticos atraen agua a las heces para que sean más blandas y fáciles de expulsar, mientras que los laxantes estimulantes aumentan las contracciones musculares para acelerar el tránsito intestinal.

laxantes y demencia

Los investigadores analizaron datos procedentes del Biobank de Reino Unido de 476.219 adultos entre 40 y 69 años que no tenían demencia al inicio del estudio y se hizo un seguimiento de 10 años. El Biobank es un gran banco con información de salud de cientos de miles de personas que se utiliza para realizar muchos estudios. Alrededor del 3,6 % de los participantes informó haber usado laxantes la mayoría de los días de la semana.

Curiosamente, entre los que tomaban laxantes había más mujeres; tenían enfermedades como hipertensión, ictus o depresión; y tomaban más fármacos como bloqueadores de los canales de calcio (para la hipertensión), estatinas y esteroides, señalan los autores del estudio.

Tras analizar todos los datos del periodo de estudio y tener en cuenta factores como el sexo, la enfermedades crónicas o lo antecedentes de demencia, los investigadores concluyeron que las personas que toman laxantes con regularidad pueden tener hasta un 51% más riesgo de demencia que las que no los toman.

Por qué los laxantes aumentan el riesgo de demencia

Los investigadores no han analizado el mecanismo mediante el cual los laxantes pueden aumentar el riesgo de demencia, pero sugieren una explicación: "los laxantes osmóticos tienen un impacto duradero en el microbioma y podría afectar a la producción de neurotransmisores necesarios para la función cognitiva normal. Un laxante osmótico también podría aumentar la producción de toxinas intestinales", apuntan.

Los laxantes también pueden alterar la barrera intestinal que regula la absorción de nutrientes y es clave para que pasen a la sangre las sustancias necesarias para un correcto funcionamiento del cerebro.

En realidad la hipótesis es muy creíble. Los laxantes alteran el microbioma intestinal, los billones de microorganismos que viven en el intestino, y el microbioma intestinal está relacionado con muchos aspectos de nuestra salud, incluida la cerebral.